Fuera de la ruta del bacalao: la Lisboa de ca?a y percebes
Rompiendo t¨®picos, las cervecer¨ªas portuguesas sirven el mejor marisco acompa?ado de cerveza y rematado con un filete de carne
Fuera t¨®picos. No solo de bacalao vive Portugal, y menos si se visitan ¡ªy hay que hacerlo¡ª las t¨ªpicas cervecer¨ªas lisboetas. Aqu¨ª, la cerveza, en los locales respetables, se acompa?a de percebes; de marisco del fr¨ªo Atl¨¢ntico, vamos. Y de muchas otras cosas curiosas, como los sabrosos bocadillos de filete con huevo y ajo, que el turista, en general, y el espa?ol, en particular, no se espera. Una cervecer¨ªa lusa es un restaurante intergeneracional del que toda la familia sale contenta. Incluso los que ni beben cerveza ni comen marisco.
Los 5 imprescindibles
O Relento. Una verdadera cervecer¨ªa de barrio de calidad, en Alg¨¦s. Los clientes son fijos; los propietarios y los camareros, excepcionales. Nunca te ofrecen nada que no deban ofrecer; el marisco o es fresco o no lo sirven.
Ramiro. De due?os originariamente gallegos, es uno de los locales m¨¢s frecuentados por locales y turistas. La larga fila de espera lleva a los locales a llegar a horas intempestivas. Se ha modernizado, lo que no es buena noticia.
Nunes. Es m¨¢s reciente (2001), m¨¢s elegante y tambi¨¦n m¨¢s caro. Buen¨ªsimos arroces y marisco muy fresco, con enormes langostas y las famosas brujas. Situado cerca de la Torre de Belem.
Trindade. Una de las m¨¢s antiguas cervecer¨ªas de la ciudad, en el Chiado. Originariamente fue un convento y su sala principal es un refectorio cuajada de preciosos azulejos.
Farol. Al otro lado del r¨ªo, en Cacilhas. Tiene el encanto de llegar en barquito y encontrarse all¨ª con el sabor de una clientela habitual y familiar. Permite ver Lisboa desde la otra orilla saboreando una buena zapateira.
Para empezar y antes de mostrarte el men¨², es costumbre que ofrezcan algunos entrantes m¨¢s o menos originales. Lo f¨¢cil es la mantequilla y la aceituna, pero en cervecer¨ªas que se enorgullecen de serlo, como O Relento de Alg¨¦s, el camarero te recibe con una bandeja de fritos de calidad, de donde escoger chamuzas (empanadilla africana de cusc¨²s picante), rissois (empanadillas de gambas em bechamel) o bu?uelos de bacalao (la ¨²nica receta del pescado salado permitida). La casa invita. Hay que pedir, enseguida, las tradicionales jarras de aluminio llenas de cerveza helada. Si no las tienen, es que esa cervecer¨ªa no est¨¢ a la altura.
En estas cervecer¨ªas lisboetas, donde abunda la clientela local, es bueno dejarse aconsejar por el camarero, aunque hay quienes prefieren acercarse a los acuarios y, cual romano en el circo, elige el marisco que condena a muerte o le alarga la vida. Un marisco muy popular en tierras lusas es la zapateira (el buey de mar) que, dada la dimensi¨®n de la pieza, abarata el men¨² y alarga el ¨¢gape, pues es muy distra¨ªdo de comer. Viene con su martillo y sus tenacillas para sacarle la carne. Si no lo impides, antes de que te des cuenta, el camarero te habr¨¢ atado un babero al cuello.
En cuanto a la gamba, mejor pedir la de la costa o del Algarve (es la de Huelva, pero pescada al otro lado de la frontera e igual de buena). Para los que les guste exagerar, est¨¢ la gamba tigre, a menudo llegada de Mozambique, o las enormes langostas que se amontonan en los acuarios con guantes de boxeo en sus pinzas.
En estas cervecer¨ªas hay que probar las gambas ao alhinho, plato que incorporaron los gallegos en los men¨²s de sus restaurantes portugueses y que ahora, algo m¨¢s subido de picante (algunos le echan piripiri), entusiasma a los chinos y rusos que visitan Lisboa.
Los m¨¢s exquisitos, los que est¨¦n dispuestos a pagar por una gran sorpresa, han de probar las brujas, un crust¨¢ceo que los marisqueros pescan (no siempre se encuentran) en la misma costa de Cascais, y que es como un gran cangrejo de r¨ªo o una peque?a langosta, de color azulado y un ligero sabor dulce. La curiosidad, aviso con antelaci¨®n, se paga.
Tampoco es gratis el percebe, de la misma costa portuguesa. Al visitante espa?ol hay que advertirle que aqu¨ª es costumbre servirlo fr¨ªo, lo que a m¨¢s de uno decepcionar¨¢.
Y para acabar, carne. El prego es el rey de las cervecer¨ªas. Se trata de un filete de carne que viene en su cazoleta, con salsa, o en bocadillo; se puede y debe a?adir queso y/o huevo. Siempre saldr¨¢ acompa?ado de una generosa bandeja de patatas fritas y de arroz.
Las historias de cada portugu¨¦s con su prego no p?o son interminables; cada uno tiene la suya y esa es la perfecta. Hay los que necesitan un tipo de mostaza, otros que son capaces de devolver el panecillo tres veces si no viene bien untado, o viene demasiado, de la mantequilla adecuada. A los ni?os, a todos, les entusiasma, sobre todo si encima le han puesto un huevo frito.
El remate de la carne es la clave de la popularidad y tradici¨®n de las cervecer¨ªas portuguesas, con cadenas como la de Portugalia, pero tambi¨¦n con presencia en los barrios m¨¢s humildes. Una ca?a y unas almejas bulh?o pato, son tan lisboetas como el mejor de los bacalaos.
S¨ªguenos en Twitter y en Flipboard
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.