La sentencia de La Manada
Sin entrar a valorar la sentencia, la verdadera pena no son los nueve a?os de c¨¢rcel, sino los cientos de comentarios de chicas que realmente llegan a tener miedo. Como hombre siento verg¨¹enza. Siento una tristeza dif¨ªcilmente explicable. Me siento responsable sin serlo. Por favor, no podemos permitir que la pr¨®xima generaci¨®n de chicas sepa lo que es sentir ese miedo.¡ª M. Daniel P¨¦rez. Sevilla.
Hace unos a?os, cuando ten¨ªa 17, fui v¨ªctima de una agresi¨®n sexual por parte de un desconocido. La sentencia catalog¨® los hechos como una violaci¨®n. Al parecer, con suerte, mi reacci¨®n fue tratar de correr, de gritar, de pedir auxilio. No recuerdo c¨®mo llegu¨¦ a mi casa; ese recuerdo, simplemente, ha sido borrado de mi vida. Cuando te sucede algo as¨ª, tan brutal, tan inesperado, el miedo y la indefensi¨®n son tales que la mente hace lo que sea para escapar de la realidad. Por eso no me sorprende la inmensa variabilidad de conductas que se pueden dar en una v¨ªctima, entre ellas, por supuesto, quedarse paralizada. Nadie deber¨ªa hacer un juicio de valor acerca de la reacci¨®n ¡°adecuada¡± de una mujer ante un acto as¨ª. Yo, que lo he vivido, s¨ª te creo. Por supuesto que s¨ª.¡ª L. P¨¦rez. Madrid.
Perseguir, arrinconar, desnudar y penetrar varios hombres a una mujer en un portal. Es f¨¢cil entender que no se trata de sexo consentido ni de una org¨ªa ?En qu¨¦ momento puede dar una joven su consentimiento ante tal vejaci¨®n? ?Se podr¨ªa haber negado a tales actos imponiendo su fuerza a cinco hombres? Adem¨¢s de denunciar, ?qu¨¦ m¨¦todos de defensa deber¨ªa de haber aplicado para demostrar que no estaba de acuerdo con sus abusadores? Ninguna mujer puede ser presa de una banda urbana. Cualquier hombre con una suficiente capacidad craneal entiende que, cuando una mujer dice no, es no.¡ª Jos¨¦ Solano Mart¨ªnez. Cartagena (Murcia).
Es indignante que en una agresi¨®n de cinco chicos contra una sola chica se diga que no hubo intimidaci¨®n. Claro que ella se dej¨®, es lo que hacemos las mujeres si nos enfrentamos a esta terrible experiencia para evitar que, adem¨¢s de violarnos, nos maten. Me ha parecido lamentable el trato a la v¨ªctima durante el proceso, lamentable el proceso en s¨ª y lamentable la sentencia. Nuestra justicia deja mucho que desear.¡ª Vanesa Brinza Matamoros. Madrid.
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