Machismo
Los legisladores tienen la obligaci¨®n de cambiar los tipos delictivos para que no vuelvan a producirse sentencias como la de La Manada
Cuento hasta diez antes de teclear cada palabra. Me propongo desterrar la rabia y escribir sobre lo que conozco. Desde mi conocimiento de la lengua espa?ola, creo que el tribunal de Pamplona no ha apreciado intimidaci¨®n en lo que no fue otra cosa que una violaci¨®n m¨²ltiple, porque sus miembros pueden y porque no les ha dado la gana. Lean los hechos probados en la sentencia, consulten el diccionario y lo comprobar¨¢n f¨¢cilmente. La insostenible interpretaci¨®n de los t¨¦rminos intimidaci¨®n y consentimiento viciado ¡ªsi es viciado, porque el tribunal reconoce que se obtuvo a la fuerza, gracias a la superioridad num¨¦rica de los agresores, ?c¨®mo puede ser consentimiento y no existir intimidaci¨®n?¡ª en la que se basa la calificaci¨®n del delito, s¨®lo se explica por motivos ideol¨®gicos. Los jueces de Pamplona nos dicen que una mujer tiene que defender su honra con sangre, que si no expone su vida, no puede esperar que la consideren una v¨ªctima y, lo peor de todo, que una violaci¨®n en grupo, en el contexto de unas fiestas y con alcohol de por medio, es una leg¨ªtima juerga de chavalotes que igual se han pasado un pel¨ªn, pero que s¨®lo quer¨ªan divertirse. Lo ¨²nico que he echado de menos es el tristemente c¨¦lebre atenuante del instinto del cazador, la insuperable necesidad de sexo que anula la voluntad del macho. Con esa ¨²nica excepci¨®n, la sentencia de La Manada rezuma el viejo y eterno machismo de todos los tiempos. ?Hace falta decirlo una vez m¨¢s? S¨®lo s¨ª significa s¨ª. No es no, y todas las violaciones son el ¨²nico y mismo delito. Yo creo a la v¨ªctima, pero interpelo a los legisladores. Son ellos quienes tienen la obligaci¨®n de cambiar los tipos delictivos para que no vuelvan a producirse sentencias como ¨¦sta. Y tienen que hacerlo ya.
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