Machos
En las violaciones grupales lo que excita de verdad a los matones es la visi¨®n de las vergas de sus colegas
En la ¨²ltima novela de Fred Vargas, Cuando sale la reclusa, hay varios centros de irradiaci¨®n de la violencia. Un orfanato, comisar¨ªas, c¨¢rceles, centros psiqui¨¢tricos, las reclusas voluntarias, en fin, un sinn¨²mero de polos de intriga, como debe ser en toda novela de asesinatos, aunque quiz¨¢s esta vez Vargas ha embrollado en exceso la madeja. Entre los grupos que circulan por ese entramado hay uno especialmente repulsivo. Son unos pupilos de orfanato que se dedican a aterrorizar a sus compa?eros y se mueren de risa cuando los ven aplastados por el miedo y la humillaci¨®n. Ese grupo de matones ir¨¢ creciendo y se convertir¨¢ en una manada que se re¨²ne para violar a mujeres desvalidas. Siguen desternill¨¢ndose cada vez que una de sus v¨ªctimas queda abandonada y humillada en alg¨²n portal o en medio del campo. Les hace much¨ªsima gracia.
Esos miserables ser¨¢n perseguidos con determinaci¨®n por el inspector Adamsberg, pero solo pillar¨¢ a uno antes de que se resuelva el caso. Aquel al que logra atrapar pertenece al grupo de los matones, pero confiesa no haber participado en las violaciones conjuntas porque le daba horror que vieran su pene, m¨¢s bien peque?o, y se burlaran de ¨¦l. Solo por esa raz¨®n es el ¨²nico que se salva.
En las violaciones grupales lo que excita de verdad a los matones es la visi¨®n de las vergas de sus colegas. Esa es la principal atracci¨®n, la pinga del amigo, si no, ?por qu¨¦ iban a hacerlo todos juntos? Lo sospech¨¦ al ver ese v¨ªdeo en el que los de La Manada bailan sevillanas unos con otros. Lo hacen con mucha sensualidad y lascivia. Se advierte que su objeto de seducci¨®n es, m¨¢s que la chica, el colega. Ahora, en la c¨¢rcel, tendr¨¢n ocasi¨®n de experimentar en carne propia las violaciones en grupo. Se van a morir de la risa.
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