Las cosas que confunden a los espa?oles cuando llegan a Portugal
Comer a las 12, besarse una vez, fumar en los restaurantes y la abundancia de 'doctores', entre las peculiaridades vecinales
Seremos ib¨¦ricos, seremos latinos y vecinos, europeos y sure?os, pero no somos tan iguales como algunos creen ni tan diferentes como otros piensan. Aunque entre Madrid y Lisboa apenas separe una hora de avi¨®n, las diferencias horarias, sociales y protocolarias son mayores.
La 'cobra' es habitual. A los espa?oles se les reconoce por su saludo, incluso antes de que hablen. Si dan dos besos, son espa?oles. En Portugal la costumbre es un solo beso, as¨ª que no se extra?e si le hacen la cobra con su segundo ¨®sculo, fue sin querer, como dir¨ªa David Bisbal.
Ni se come a las 3 ni se cena a las 11. S¨ª, en Portugal van como en Canarias, con una hora menos (ojo, en Azores son dos menos), pero eso es casi lo de menos. Para cosas m¨¢s pr¨¢cticas, no ose almorzar a las tres de la tarde ni cenar a las 11; aqu¨ª se almuerza a partir de las 12 y se cena a partir de las 8. En ambos casos, sobre todo en el almuerzo, no m¨¢s de una hora. Los relajados horarios espa?oles no se entienden. Aqu¨ª cuando se queda a mediod¨ªa, quiere decir a las 12, 'mediod¨ªa' no es un espacio de tiempo entre las 13 y las 15 horas.
Hay 'falsos amigos', pero agradecidos: el 'espantoso' portugu¨¦s es nuestro maravilloso
Cifuentes ser¨ªa doctora aqu¨ª. Aunque la moda de inventarse t¨ªtulos tambi¨¦n hace furor en Portugal (recientemente dimiti¨® el secretario general del PSD por eso), aqu¨ª cualquiera es doutor y doutora, al menos as¨ª son cumplimentados como forma de respetuoso saludo. Los formalismos, muy en desuso en Espa?a, en Portugal son norma de conducta. Pero el uso extensivo del doctor que, originariamente, se reservaba para los licenciados, ha hecho que el Colegio de M¨¦dicos se plantee su retirada?y que sus colegiados sean llamados m¨¦dicos para diferenciarse de la plebe doctora.
Fumar en los restaurantes, beber en la calle. La educaci¨®n y los formalismos son sagrados en las relaciones personales y privadas, otra cosa son las costumbres practicadas en el espacio p¨²blico. Ah¨ª cada cual va a la suya. Fumar es habitual en los restaurantes. En Portugal rige la ley antitabaco que permite la convivencia de fumadores y no fumadores en espacios p¨²blicos. En teor¨ªa ¡ªcomo la primera ley espa?ola en ese campo¡ª hay que separar los espacios de unos y de otros; en la pr¨¢ctica la barrera es una pegatina. Da igual que por en medio haya ni?os, se fuma siempre. Tambi¨¦n es habitual beber en la calle hasta altas horas de la madrugada en zonas como Bairro Alto, Cais de Sodr¨¦ o Chiado. Las consecuencias son calles convertidas en basureros y urinarios p¨²blicos nocturnos.
Espantosos putos. Dos palabras para que las empleen Alfred y Amaia sin miedo a meter la pata durante su estancia en Eurovisi¨®n. Aunque espa?ol y portugu¨¦s comparten muchas palabras, m¨¢s incluso de las que creen ¡ªla geringon?a, Gobierno portugu¨¦s con apoyo de 4 partidos, en espa?ol es jerigonza¡ª, hay otras que no significan lo mismo, sino todo lo contrario. Son los famosos falsos amigos del lenguaje. M¨¢s de un escritor espa?ol ha quedado sorprendido cuando el presentador de su libro lo ha calificado de espantoso; que agradezca el elogio, pues significa que le pareci¨® la obra 'maravillosa'. Con la misma naturalidad se emplea la palabra puto?¡ªaunque no su femenino¡ª para hablar de los j¨®venes. No tiene ninguna connotaci¨®n peyorativa.
Mayores de 65 a?os, casa asegurada. La avalancha tur¨ªstica trae dinero y con ¨¦l grandes ventajas, como la rehabilitaci¨®n de palacios en las ¨²ltimas, pero tambi¨¦n un aumento del precio de los alquileres, que provocan el desahucio de vecinos que no pueden asumir el aumento. Esto sucede especialmente en barrios humildes ¡ªpero con el mayor atractivo portugu¨¦s¡ª como Alfama y la Morer¨ªa. Ancianos que nunca salieron del barrio tienen que irse de la casa que los vio nacer. Una ley reciente ha cortado con ello. Mayores de 65 a?os, personas con minusval¨ªas o con m¨¢s de 25 a?os en la casa no pueden ser desalojados.
En Lisboa, es posible que compartan pared el Pal¨¢cio del Governador de Bel¨¦m?¡ªuna noche 200 euros¡ª y una humilde casita rosa ¡ªpintada por el propio hotel¡ª, en donde la inquilina paga menos de dos euros al d¨ªa (mensualidad de 50 euros). Son las cosas espantosas de Lisboa.
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