Caroline Kennedy recuerda su tragedia
Un documental sobre la boda de su hermano John F. Kennedy Jr., reaviva los momentos dram¨¢ticos de la ¨²nica superviviente de la familia directa del presidente m¨¢s carism¨¢tico de Estados Unidos
El 17 de julio de 1999, la maldici¨®n de los Kennedy volv¨ªa a golpear a la que era considerada ¡®la familia real¡¯ de Estados Unidos. El hijo de John F. Kennedy, el presidente estadounidense convertido en mito tras su asesinato en Dallas el 22 de noviembre de 1963, desaparec¨ªa junto a su esposa y su cu?ada mientras pilotaba una avioneta desde New Jersey hasta la isla de Martha¡¯s Vineyard, en Massachussets. Lo que era un viaje de tr¨¢mite para asistir a la boda de una prima del inexperto piloto, se convirti¨® en una nueva tragedia que dej¨® absolutamente hu¨¦rfana a su ¨²nica hermana, Caroline. Por suerte, Jacqueline Kennedy, aquella primera dama vestida de rosa que estaba en el coche descubierto cuando la cabeza de su esposo se desplom¨® tras el disparo de un francotirador, no tuvo que volver a asumir esta nueva tragedia. Jacqueline Bouvier Kennedy Onassis hab¨ªa fallecido en 1994 v¨ªctima de un c¨¢ncer y su vida de consorte, primero de un presidente y despu¨¦s del multimillonario armador griego Arist¨®teles Onassis, no hubiera admitido m¨¢s desdichas aunque sobre el papel pintara del color de los cuentos de hadas.
Ahora el canal de televisi¨®n estadounidense TLC est¨¢ trabajando en una pel¨ªcula de cerca de dos horas sobre la glamurosa pareja que formaron John F. Kennedy Junior y Caroline Bessette, en quienes muchos quisieron ver la reencarnaci¨®n del savoir fair de los padres del hombre que volver¨ªa a llevar el apellido Kenndy a la Casa Blanca. El filme incluir¨¢ im¨¢genes in¨¦ditas de aquella boda blindada que se celebr¨® el 21 de septiembre de 1996 en Cumberland, una isla del estado de Georgia a la solo se pod¨ªa acceder en barco. Ocurri¨® como quer¨ªan los contrayentes, ante un altar de madera, con la ¨²nica presencia de familiares y amigos cercanos, y sin prensa que convirtiera el enlace en otro momento m¨¢s de una vida expuesta desde la infancia.
Con el t¨ªtulo provisional de JFK Jr. & Carolyn Bessette: A Camelot Wedding, la pel¨ªcula recrear¨¢ una historia de amor truncada por la fatalidad de un accidente y dejara al descubierto por primera vez detalles de aquel enlace tan privado que despert¨® a¨²n m¨¢s la curiosidad del p¨²blico y aument¨® la fama de la ¡®pareja de Am¨¦rica¡¯.
En paralelo, hace solo unos d¨ªas sal¨ªa a subasta el diario de la ni?era de Caroline y John Kennedy. La brit¨¢nica Maud Shaw, que comenz¨® a trabajar con los Kennedy poco antes del nacimiento de su primog¨¦nita, cuenta meticulosamente la infancia de los ni?os e incluye algunas de las cartas y postales que Caroline intercambi¨® durante a?os con esa cuidadora a la que adoraba y que fue precisamente quien tuvo que hablar con los hermanos cuando asesinaron a su padre.
Recuerdos que para cualquier familia resultar¨ªan un repaso de su historia y que en este caso est¨¢n salpicados de desgracias que volver¨¢n a abrir las heridas de la discreta Caroline. Desde 1989 est¨¢ casada con el artista y dise?ador Edwin Schlossberg con quien ha tenido tres hijos, Rose (29 a?os), Tatiana (28) y John Jack (25), que el a?o pasado acompa?¨® a su madre a su ins¨®lita asistencia a una cita social, la gala del MET que organiza su amiga la editora de Vogue, Anna Wintour. El esculpido rostro, firma de la casa, de Jack le puso en la diana de los ¨¢vidos en buscar al nuevo ¡®sex symbol¡¯ de la familia. Su madre maneja el legado familiar desde un segundo plano, sin estar presente habitualmente en la vida social como hicieran sus padres y su propio hermano, y sin los vaivenes amorosos que tambi¨¦n les caracterizaron. Pero Caroline lleva la pol¨ªtica en la sangre y, aunque parec¨ªa que su vida estar¨ªa alejada de ella, en 2008 anunci¨® su inter¨¦s por el puesto en el Senado que ocupaba Hillary Clinton, aunque nunca lleg¨® a ocupar este puesto porque las abiertas cr¨ªticas que recibi¨® la hicieron retirarse. En 2009 opt¨® sin conseguirlo a ser embajadora de los Estados Unidos ante la Santa Sede, y finalmente s¨ª ocup¨® este mismo cargo en Jap¨®n desde noviembre de 2013 hasta enero de 2017.
Su aparici¨®n en la gala del MET en Nueva York acompa?ada de su hijo y vestida con un llamativo vestido de la dise?adora japonesa Rei Kawakubo, se interpret¨® como una declaraci¨®n de intenciones y un cerrojazo a la vida de luces y sombras de su familia. Su padre y su t¨ªo Robert, asesinados; dos primos fallecidos muy j¨®venes en extra?as circunstancias; su propio hermano y su cu?ada m¨¢s la hermana de esta, muertos en accidente de avioneta¡ Demasiadas l¨¢grimas para volver a recordar cuando uno quiere vestirse de colores.
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