Trump juega a la guerra permanente
Para el mandatario, la pol¨ªtica es un juego basado en mentiras y decisiones unilaterales
Peligrosa y ca¨®tica, la estrategia de Donald Trump en Oriente Medio persigue dos objetivos centrales: restablecer el papel imperial de EE?UU frente al eje Rusia-Ir¨¢n y, de modo m¨¢s significativo, vincular claramente a Israel con Arabia Saud¨ª ¡ªenemigos ac¨¦rrimos de Ir¨¢n¡ª, que se han vuelto, en adelante, aliados principales. Este eje Washington-Riad-Tel Aviv crea las condiciones para recomponer todo Oriente Pr¨®ximo bajo la batuta americana.
Es el retorno de la antigua estrategia de contenci¨®n del nacionalismo iran¨ª (versi¨®n moderna en forma de islamismo chi¨ª), gravitando sobre Israel como vector militar, y el islamismo sun¨ª reaccionario (el wahabismo) como caballo de Troya dentro del mundo musulm¨¢n. Es tambi¨¦n un golpe al balanceo estrat¨¦gico hacia Asia impulsado por Barack Obama. Si la apuesta resulta exitosa, EE?UU tendr¨ªa por delante d¨¦cadas de hegemon¨ªa frente a Rusia y Europa. Pero afirmar este reto supone, como premisa, la destrucci¨®n de Ir¨¢n, lo que es m¨¢s complejo de lo que piensan los ide¨®logos guerreros trumpistas.
La intenci¨®n de denunciar el pacto nuclear firmado con Ir¨¢n por EE?UU, Europa, Rusia y China se inscribe en este contexto y solo es el primer paso para alcanzar esos objetivos. Donald Trump act¨²a sabiendo perfectamente que Ir¨¢n respeta el acuerdo, que no hay prueba de violaci¨®n del mismo: pero de nuevo se reproduce la ficci¨®n, con Netanyahu de buf¨®n, de las armas de destrucci¨®n masiva de Bush en 2003 contra Irak. Estratagema criminal dirigida a manipular a la opini¨®n p¨²blica mundial y hacer de Arabia Saud¨ª, que est¨¢ destruyendo Yemen, el principal gendarme de la regi¨®n, papel que el rey Salm¨¢n se apresta de buen grado a cumplir.
Por otra parte, romper el pacto es demostrar, una vez m¨¢s, que Europa no puede aspirar a un papel en la regi¨®n (salvo aportar fondos cuando es necesario), y que la guerra comercial que Washington ha declarado contra Bruselas adquiere tambi¨¦n una dimensi¨®n de neutralizaci¨®n geopol¨ªtica. As¨ª se debe entender la ¨²ltima vociferaci¨®n de Trump: ¡°Europa ha sido creada contra EE?UU¡±.
Israel, que quiere una revancha por su fracaso frente a Hezbol¨¢ en 2006, busca paralizar la ayuda que Ir¨¢n aporta a esa milicia libanesa para emprender otra guerra. Ello explica los bombardeos sobre las posiciones de la milicia libanesa y las instalaciones militares sirias. El mandatario norteamericano act¨²a de este modo porque, para ¨¦l, la pol¨ªtica, en su esencia, es solo otra versi¨®n del capitalismo ultraespeculativo que defiende: se trata de un juego basado en mentiras y toma de decisi¨®n unilateral. En esta visi¨®n del mundo, la pol¨ªtica es una mera forma de contienda, tanto como la econom¨ªa y el comercio. La diplomacia debe servir a la fuerza, no la sustituye.
Ahora bien, en Oriente Pr¨®ximo, las lecciones de la historia ense?an otras verdades; la fuerza da?a pero no puede nada contra la resistencia de los pueblos. Frente al pa¨ªs de los ayatol¨¢s, el juego de la guerra permanente de Trump puede acabar en camino de calvario.
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