Un error de proporciones hist¨®ricas

De los numerosos desprop¨®sitos protagonizados por el presidente Trump en materia de pol¨ªtica exterior, la reimposici¨®n de sanciones nucleares a Ir¨¢n y la consiguiente violaci¨®n del acuerdo nuclear (JCPOA) es probablemente el m¨¢s incendiario. Trump acaba de romper unilateralmente con un acuerdo alcanzado en 2015 tras doce a?os de negociaciones, cuya complejidad conozco de primera mano, ya que me correspondi¨® iniciarlas como alto representante de la Uni¨®n Europea. Este acuerdo, que constituye una garant¨ªa del r¨¦gimen internacional de no proliferaci¨®n nuclear, fue incluso respaldado por una resoluci¨®n un¨¢nime del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Pero a Trump no parece importarle demasiado el fondo o la forma del acuerdo, ni tampoco que el Organismo Internacional de Energ¨ªa At¨®mica venga certificando el cumplimiento iran¨ª con el mismo. Lo que m¨¢s preocupa a Trump es que el JCPOA se firmase durante la era Obama. La actitud de Trump fue id¨¦ntica en los casos del Acuerdo Transpac¨ªfico y del Acuerdo de Par¨ªs sobre el cambio clim¨¢tico, otros dos grandes logros de su predecesor. La reacci¨®n del resto de implicados ha de ser tambi¨¦n id¨¦ntica a la que se produjo en los dos casos anteriores: preservar el acuerdo, independientemente de los vaivenes de Estados Unidos.

Hay que celebrar que Europa, Ir¨¢n, China y Rusia ya hayan manifestado su voluntad de avanzar en esta l¨ªnea. A este respecto, la Uni¨®n Europea tiene una responsabilidad may¨²scula. Sin duda, las relaciones transatl¨¢nticas deben seguir siendo una prioridad, pero tambi¨¦n debe serlo el proteger los mecanismos existentes de cooperaci¨®n multilateral. Y m¨¢s cuando la amenaza no viene ya del ¡°America first¡±, sino m¨¢s bien del ¡°Trump first¡±.

En paralelo, la Uni¨®n Europea debe contribuir a enfriar la escalada de tensiones en Oriente Pr¨®ximo. La regi¨®n est¨¢ siendo escenario de una dura pugna entre Ir¨¢n ¡ªcuyas operaciones exteriores no infringen el JCPOA, pero siguen representando un problema¡ª y dos aliados desmesuradamente influyentes de Estados Unidos: Israel y Arabia Saud¨ª. El recrudecimiento de las hostilidades est¨¢ afectando directamente a terceros pa¨ªses como Siria y Yemen, inmersos en terribles crisis humanitarias. Una mayor implicaci¨®n europea en la resoluci¨®n de estos conflictos es clave para frenar el deterioro de la estabilidad regional.

Ayer, mientras Trump anunciaba que dejar¨ªa de implementar el JCPOA, hab¨ªa movimientos en otro frente nuclear: el secretario de Estado Mike Pompeo se dirig¨ªa a Corea del Norte para preparar la cumbre entre Trump y Kim Jong-un. A la vista del esperp¨¦ntico golpe que acaba de propinar Estados Unidos a su propia credibilidad y coherencia diplom¨¢tica, no nos queda otra que desearle suerte. ?l la va a necesitar, y el mundo tambi¨¦n.