Con la salud no se juega
Desmontando los mitos antiecol¨®gicos
Pese a que numerosos informes y expertos avalan que la alimentaci¨®n ecol¨®gica es una alternativa saludable para el ser humano y el medio ambiente, existen voces cr¨ªticas con este tipo de productos. VRAI, marca l¨ªder en yogures y postres ecol¨®gicos en Europa desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, desmonta los falsos mitos antibio a partir de su s¨®lida experiencia.
Desde hace ya alg¨²n tiempo, los expertos en nutrici¨®n admiten que los alimentos ecol¨®gicos aportan un mayor valor nutritivo que los alimentos convencionales, aquellos que se elaboran a base de productos qu¨ªmicos o aditivos. Estos productos bio aportan al organismo importantes elementos nutricionales y de salud como una mayor concentraci¨®n de antioxidantes, niveles m¨¢s altos de ¨¢cidos grasos omega 3 y una menor presencia de metales pesados t¨®xicos como el cadmio. Pero tienen muchas m¨¢s ventajas: son respetuosos con el medio ambiente y con la vida animal.
Lo cierto es que cada vez m¨¢s personas apuestan por el consumo de productos ecol¨®gicos. En una sociedad concienciada y preocupada por su entorno y su propio bienestar, la alimentaci¨®n bio gana terreno. Un buen ejemplo es Espa?a, donde en solo dos a?os la demanda interna de este tipo de productos ha aumentado el 40%.
Los mitos antiecol¨®gicos
No obstante, los alimentos ecol¨®gicos tambi¨¦n cuentan con numerosos detractores que niegan cualquier beneficio para la salud o el medio ambiente. Desde 1951, la compa?¨ªa francesa Triballat Noyal conoce bien las virtudes y las ventajas de los procesos org¨¢nicos completamente naturales que intervienen en la elaboraci¨®n de sus productos l¨¢cteos. Hace m¨¢s de 20 a?os, que la tercera generaci¨®n de la familia Triballat lanz¨® al mercado VRAI, la marca l¨ªder (y pionera) de yogures y postres ecol¨®gicos en Europa, por lo que puede desmontar toda una serie de mitos antiecol¨®gicos con argumentos s¨®lidos bas¨¢ndose en su propia experiencia. Los repasamos.
1. Los productos ecol¨®gicos contienen qu¨ªmicos y pesticidas. Por supuesto, es una afirmaci¨®n falsa. Si algo caracteriza a este tipo de productos es que son cien por cien naturales, por lo que en sus procesos ni tienen ni se utilizan conservantes, colorantes, fertilizantes qu¨ªmicos o pesticidas. Este tipo se sustancias dejan residuos t¨®xicos en los alimentos que consumimos y, a largo plazo, pueden influir en el desarrollo de ciertas enfermedades. La normativa europea, adem¨¢s, proh¨ªbe de forma tajante el uso de pesticidas y fertilizantes qu¨ªmicos en la agricultura ecol¨®gica.
2. Los alimentos ecol¨®gicos no aportan beneficios adicionales a la salud. Otra falsedad. Por un lado, al prescindir de sustancias qu¨ªmicas, se eliminan muchos de los riesgos asociados que pueden afectar a la salud. A su vez, los productos ecol¨®gicos aportan beneficios al organismo. Por ejemplo, al carecer de trazas sint¨¦ticas y estar libres de residuos t¨®xicos, no tienen incidencia negativa en nuestro metabolismo, ya que se asimilan mejor. Adem¨¢s, gracias al uso de fertilizantes naturales contienen m¨¢s nutrientes, son m¨¢s ricos en vitaminas (sobre todo la C), minerales esenciales (calcio, magnesio, hierro, cromo) y antioxidantes.
3. Este tipo de producci¨®n no es m¨¢s sostenible. Tampoco es cierto. Dos de los grandes objetivos de la producci¨®n ecol¨®gica pasan por cuidar el planeta y conseguir un consumo sostenible. Reducir la contaminaci¨®n del agua y el aire con buenas pr¨¢cticas supone evitar riesgos para nuestra salud y un compromiso con el futuro, al luchar contra el efecto invernadero y conseguir una mayor eficiencia energ¨¦tica con el uso de fuentes renovables. La agricultura ecol¨®gica es tambi¨¦n m¨¢s respetuosa con la fauna aut¨®ctona, genera una contaminaci¨®n m¨¢s baja de aerosoles, produce menos di¨®xido de carbono, no causa residuos contaminantes y ayuda al ahorro energ¨¦tico.
?4. La agricultura ecol¨®gica perjudica el medio ambiente. Nada m¨¢s lejos de la realidad. Los beneficios que este tipo de agricultura aporta al planeta son innumerables: fertiliza la tierra y frena la desertificaci¨®n; favorece la retenci¨®n del agua y no contamina los acu¨ªferos; fomenta la biodiversidad; mantiene los h¨¢bitats naturales de los animales silvestres; respeta los ciclos naturales de los cultivos y evita la degradaci¨®n y contaminaci¨®n de los ecosistemas; favorece la biodiversidad y el equilibrio; recicla los nutrientes al incorporarlos de nuevo al suelo como compost o abonos org¨¢nicos y utiliza de forma ¨®ptima los recursos naturales.
5. Los animales sufren porque no se les trata con antibi¨®ticos. Otro bulo. De hecho, los animales que participan en la producci¨®n ecol¨®gica viven en mejores condiciones ya que no viven hacinados ni encerrados en espacios reducidos. Tampoco se les introducen hormonas ni se usan m¨¦todos de asistencia reproductiva, lo que incide en el desarrollo de las especies locales. Y, por supuesto, no se les suministra antibi¨®ticos ni medicamentos similares. Pero esto no significa que est¨¦n m¨¦dicamente desatendidos. En la asistencia veterinaria se emplean productos inocuos tanto para los animales como para el consumo humano.
6. Los productos ecol¨®gicos no son ni mejores ni m¨¢s sabrosos, solo m¨¢s caros. Una falsedad m¨¢s por varios motivos. Por un lado, la agricultura ecol¨®gica utiliza un sistema de producci¨®n muy fiable, sujeto a una trazabilidad regulada desde el campo hasta el lineal. Desde la selecci¨®n de la materia prima hasta la compra final, pasando por todo el proceso de elaboraci¨®n, envasado, etiquetado y el transporte, las empresas de control y certificaci¨®n garantizan que todos los actores que participan en esta cadena cumplan con su parte. De esta manera, tenemos la seguridad de que los productos que consumimos han superado todas las exigencias de calidad y que son fiables al cien por cien a la hora de consumirlos. Respecto al sabor, los productos ecol¨®gicos est¨¢n elaborados de forma m¨¢s artesanal y cuidadosa, por lo que conservan su aut¨¦ntico aroma, color y sabor. Y la demanda, cada vez m¨¢s alta, ha concienciado a m¨¢s marcas y ha conseguido que estos productos sean cada a?o m¨¢s accesibles para todos.
7. El miedo a los transg¨¦nicos carece de base. Esto es una verdad a medias. Los organismos transg¨¦nicos no se aceptan en los est¨¢ndares de la agricultura ecol¨®gica, aunque todav¨ªa no se ha probado al cien por cien su efecto nocivo a largo plazo. Lo que s¨ª se sabe es que este tipo de agricultura puede encaminarnos hacia una menor variedad de especies, con enormes extensiones mono-cultivo donde no hay cabida para variedades locales. Por el contrario, la conservaci¨®n de semillas utilizada en la agricultura ecol¨®gica impide que desaparezcan productos muy valiosos por sus propiedades y sabores que de otra manera estar¨ªan en peligro.