El devastador negocio del tr¨¢fico de arena
Es el recurso natural m¨¢s demandado, despu¨¦s del agua. El r¨¢pido crecimiento urbano del planeta ha convertido este material humilde en un bien escaso. Su sobreexplotaci¨®n tiene efectos ambientales devastadores.
Bucear por uno de los mayores arrecifes de coral en las pr¨ªstinas aguas de las islas Gili. Recorrer las infinitas playas de arena blanca de Lombok. Sucumbir a la cautivadora espiritualidad de Bali. Maravillarse con los templos y volcanes de Java. Descubrir los orangutanes de la selva de Borneo. Sorprenderse con los dragones de Komodo. Son algunas de las maravillas de Indonesia, pa¨ªs de ensue?o compuesto por 17.500 islas. Un para¨ªso que corremos el riesgo de perder, porque se est¨¢ hundiendo lentamente.
?El motivo? La actividad clandestina de los ladrones de arena, que de noche se acercan a las costas para robarla y venderla en el mercado negro. A principios de la d¨¦cada de 2000, el comercio ilegal de arena en Indonesia lleg¨® a una situaci¨®n tan extrema que el pa¨ªs empez¨® a perder territorio. Hoy d¨ªa, unas 25 islas ya han desaparecido, y con ellas, sus playas.
La arena es hoy el recurso natural m¨¢s demandado del mundo, despu¨¦s del agua y por delante de los combustibles f¨®siles. Se ha convertido en un bien muy cotizado, imprescindible para las civilizaciones modernas. ¡°Nuestra sociedad est¨¢ literalmente ?construida sobre arena¡±, reconoce Pascal Peduzzi, jefe de la Unidad de Cambio Global y Vulnerabilidad del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y autor del informe Arena, m¨¢s escasa de lo que uno cree (2014).
Todo lo que nos rodea contiene arena: el cemento, el vidrio, el asfalto, los aparatos electr¨®nicos. Hasta los pl¨¢sticos, los cosm¨¦ticos o la pasta de dientes contienen este elemento. Pero su principal uso es la construcci¨®n, que consume una cuarta parte de la arena del planeta. Debido a los granos angulares y desiguales de la arena de playa, esta se adhiere mejor al hacer cemento; de ah¨ª que el boom inmobiliario devore cantidades ingentes de este recurso. La escasa regulaci¨®n en muchos pa¨ªses alienta la presencia de redes mafiosas.
Seg¨²n un informe de Naciones Unidas, el 54% de la poblaci¨®n mundial vive en zonas urbanas y se prev¨¦ que la cifra aumente hasta el 66% en 2050, siendo India y China los dos pa¨ªses donde se producir¨¢ un mayor incremento. Este desarrollo urbano exige cantidades ingentes de arena para el cemento. Una casa de tama?o medio necesita 200 toneladas; un hospital, 3.000; un kil¨®metro de autopista, 30.000. Cada a?o se extraen unos 59.000 millones de toneladas de materiales alrededor del mundo; hasta el 85% es arena para la construcci¨®n, se?ala Pascal Peduzzi.
Todo lo que nos rodea contiene arena: el cemento, el vidrio, el asfalto¡ Hasta el pl¨¢stico
El problema es que la formaci¨®n de arena es un proceso natural lento, que requiere a?os, y la demanda es superior a la capacidad de regeneraci¨®n y suministro de la propia naturaleza. ¡°A nivel mundial, consumimos el doble de arena de la que los r¨ªos pueden transportar, por lo que necesitamos excavar en otras partes¡±, explica Nick Meynen, de la Oficina Europea de Medio Ambiente. ¡°Ahora se obtiene dragando r¨ªos y, en mucha menor medida, fondos marinos. Se estima que entre el 75% y el 90% de las playas del mundo se est¨¢n reduciendo¡±.
Las consecuencias medioambientales son irreversibles: destrucci¨®n de los h¨¢bitats, degradaci¨®n de los fondos marinos, incremento de materiales en suspensi¨®n, aumento de la erosi¨®n¡ De continuar el ritmo vertiginoso de la extracci¨®n de arena, las generaciones venideras se encontrar¨¢n con un entorno de paisajes lunares, playas de rocas y agitadas olas, r¨ªos y pantanos secos, territorios ¨¢ridos y extinci¨®n de la flora y la fauna. ¡°Todos estos cambios ambientales ponen en riesgo los ecosistemas en los r¨ªos, deltas y zonas costeras, de ah¨ª que haya una gran variedad de especies amenazadas, desde peque?os crust¨¢ceos hasta delfines de r¨ªo o cocodrilos¡±, explica Aurora ?Torres, investigadora del Centro Alem¨¢n para la Investigaci¨®n Integral de la Biodiversidad. Y eso no es todo. ¡°No somos conscientes del efecto cascada que esta degradaci¨®n tiene en nuestro bienestar¡±, advierte, ya que la sobreexplotaci¨®n de arena se ha asociado con un aumento de sequ¨ªas, inundaciones, vulnerabilidad frente a tormentas y tsunamis o a la proliferaci¨®n de enfermedades infecciosas, como la malaria. Tambi¨¦n puede expulsar a la poblaci¨®n de los lugares m¨¢s afectados y convertir a los ciudadanos en refugiados clim¨¢ticos.
No hace falta viajar hasta Indonesia para comprobar los efectos del tr¨¢fico de arena. El negocio cotiza al alza en Marruecos. Armados con simples palas, los trabajadores furtivos cargan la arena a lomos de burros que tiran hasta camiones de transporte. Entre Saf¨ª y Esauira, al oeste del pa¨ªs, este contrabando ha transformado la costa dorada en un paisaje rocoso. La arena se obtiene incluso del S¨¢hara. Pese a que no es tan id¨®nea como la de las playas, las urbes de hoy necesitan tan desesperadamente este ?recurso finito y limitado que lo obtienen de donde haga falta.
Las islas Canarias son uno de los principales destinos espa?oles de la arena de ese desierto, seg¨²n denuncia la ONG Western Sahara Resource Watch (WSRW), que lleva a?os investigando el material que sale del puerto de El Aai¨²n (S¨¢hara) hacia Espa?a para la regeneraci¨®n de playas y construcci¨®n de edificios. ¡°Canarias importa arena saharaui; la playa de Las Teresitas es un ejemplo conocido¡±, explica Cristina Mart¨ªnez, portavoz de WSRW.
El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente de Espa?a admite que la arena de nuestras playas es un recurso muy escaso. ¡°La Ley de Costas de 1988 estableci¨® una serie de medidas para limitar la extracci¨®n de materiales rocosos naturales en los tramos finales de los cauces de los r¨ªos y prohibi¨® taxativamente la extracci¨®n de arena para la construcci¨®n¡±, dice un portavoz. El punto 2 del art¨ªculo 63 de dicha ley proh¨ªbe las extracciones de ¨¢ridos para la construcci¨®n, salvo para la creaci¨®n y regeneraci¨®n de playas. El Ministerio de Fomento a?ade que la tendencia actual espa?ola es ¡°usar arena de machaqueo, que es la que generamos los seres humanos a trav¨¦s de la trituraci¨®n [machaqueo] procedente de material de cantera¡±.
El negocio de la arena es tan lucrativo que se ha vuelto un fen¨®meno mundial, expandi¨¦ndose a la misma velocidad que la urbanizaci¨®n. Lo que hace un cuarto de siglo era una materia prima mundana, abundante y barata, es hoy un recurso escaso. Su ?explotaci¨®n es dif¨ªcil de controlar, porque est¨¢ al ?alcance de todos. Pese a que cada vez hay m¨¢s normativa que regula su extracci¨®n, todav¨ªa no es suficiente. ¡°En muchos casos el problema no es la ausencia de leyes, sino su falta de aplicaci¨®n¡±, apunta la investigadora Aurora Torres.
Esta laxa aplicaci¨®n de las leyes crea el escenario perfecto para que aparezcan grupos organizados que controlan el negocio. En India estas mafias son ?particularmente poderosas, porque tienen lazos con la Administraci¨®n y pueden acceder a los procesos de contrataci¨®n. La extracci¨®n y venta de arena en este pa¨ªs est¨¢n reguladas a nivel provincial, pero el ?Gobierno central no hace hincapi¨¦ en el cumplimiento de la ley. La corrupci¨®n es palpable. ¡°Normalmente, los ?pol¨ªticos est¨¢n involucrados y controlan directamente el negocio il¨ªcito de arena¡±, afirma ?Sumaira Abdulali, ecologista, fundadora de la Fundaci¨®n Awaaz y una de las principales voces de denuncia en su pa¨ªs. ¡°Los dirigentes consideran que poner restricciones a este negocio frenar¨ªa los ambiciosos planes de crecimiento de India¡±. El pa¨ªs extrae cada a?o 500 millones de toneladas de arena, alimentando una industria que mueve unos 42.000 millones de euros. Las redes de extracci¨®n de arena emplean a menudo a personas en condiciones deplorables, sin equipo ni herramientas, buceando hasta el fondo de los r¨ªos con un cubo met¨¢lico.
Cada a?o se extraen del lago Poyang, en China, 236 millones de metros c¨²bicos de arena
Como India, ninguno de los pa¨ªses que est¨¢n viviendo un periodo de expansi¨®n y prosperidad urbana sin precedentes est¨¢ dispuesto a poner freno a este lucrativo negocio. Puesto que la arena est¨¢ cada vez m¨¢s en alza, estos escenarios son caldo de cultivo para su contrabando, que est¨¢ creciendo en otras partes del mundo. Y cuanto m¨¢s se sobreexplota este recurso, m¨¢s r¨¢pido aumentan los impactos en el medio ambiente y la econom¨ªa a nivel global.
China usa el 57% del cemento del mundo y es adem¨¢s el principal productor mundial. Con todo lo que usa, se podr¨ªa construir cada a?o un muro de 27 metros de ancho por 27 de alto alrededor de la Tierra, seg¨²n Pascal Peduzzi. La mayor¨ªa de la arena que usa sale del lago Poyang, una de las mayores reservas de agua dulce y hoy la mayor mina de arena del mundo, seg¨²n investigadores de Harvard. Cada a?o se extraen de ese lago 236 millones de metros c¨²bicos de arena, y los efectos medioambientales son devastadores.
Y no se trata solo de cubrir las necesidades ?inmobiliarias de su poblaci¨®n: desde 2014, China ha construido siete islas artificiales en el archipi¨¦lago de Spratly, en el Pac¨ªfico sur, que se disputa con Taiw¨¢n y Vietnam. El da?o al ecosistema marino es irreparable. Una de las principales consecuencias que m¨¢s preocupan a los ecologistas es que est¨¢ ?destrozando las barreras de coral que hay en esta zona, que usan como base para levantar el nuevo territorio. Sus ?vecinos Vietnam, Malasia, Filipinas y Taiw¨¢n tambi¨¦n han expandido su territorio en este archipi¨¦lago, pero ninguno lo ha hecho con la magnitud y velocidad de China.
Con todo, a la cabeza de los pa¨ªses que est¨¢n aumentando su territorio de manera artificial se encuentra Singapur, que adem¨¢s es el mayor importador per capita de arena del mundo. En los ¨²ltimos 40 a?os ha crecido 130 kil¨®metros cuadrados en tierra (un 20%), empleando unos 637 millones de toneladas de arena. Y todav¨ªa pretende extenderse 100 kil¨®metros cuadrados m¨¢s antes de 2030. Los principales proveedores son pa¨ªses vecinos: Indonesia, Filipinas, Vietnam, Myanmar (antigua Birmania) y Camboya. Pero todos ellos empiezan a ver c¨®mo sus reservas escasean y est¨¢n parando las exportaciones, lo que ha disparado el precio de la materia prima un 200%.
El primero en hacerlo fue Indonesia, tras ver c¨®mo muchas de sus islas iban hundi¨¦ndose y desapareciendo. En 2007 decidi¨® cortar todos los negocios de arena, especialmente con Singapur, su principal importador. Una decisi¨®n que le cost¨® una trifulca pol¨ªtica con su vecino sobre los l¨ªmites exactos de sus fronteras y el derecho de uso de este recurso.
¡°Muchas playas de Canarias se regeneran con arena de fuera¡±, dice un empresario
En verano de 2017, el Gobierno de Vietnam anunci¨® que si el ritmo de la demanda continuaba como hasta ese momento, en 2020 se quedar¨ªa sin arena. Al mismo tiempo, el Ministerio de Minas y Energ¨ªa de Camboya anunci¨® que frenaba todas las exportaciones de arena a Singapur, que en la ¨²ltima d¨¦cada le habr¨ªa comprado, seg¨²n datos de Naciones Unidas, m¨¢s de 72 millones de toneladas, equivalente a unos 624 millones de euros. Pero muchos expertos dudan de que la situaci¨®n haya cambiado. ¡°En Camboya gobierna una cleptocracia que saquea los recursos naturales a costa del medio ambiente¡±, asegura George Boden, dirigente de la ONG Global Witness.
Emiratos ?rabes Unidos (EUA) es otro de los mayores importadores de arena, pese a vivir rodeado de desierto. Como consecuencia de la erosi¨®n del viento, esta arena no es la m¨¢s adecuada para cemento porque resulta de baja calidad. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, Dub¨¢i ha importado de Australia enormes cantidades de arena para la construcci¨®n de diversos complejos y edificios. Solo para la torre Burj Khalifa, la m¨¢s alta del mundo, con 828 metros, se han necesitado 110.000 toneladas de cemento. Y las Islas Palm, un proyecto a¨²n no terminado formado por tres conjuntos de islas que aumentar¨¢ alrededor de 520 kil¨®metros la superficie de las playas de Dub¨¢i, han ?devorado 385 millones de toneladas de arena, con un coste de unos 10.000 millones de euros.
El mercado manda. Y la demanda de arena est¨¢ en alza. Nada va a frenar la sobreexplotaci¨®n y el comercio ilegal de este recurso si la sociedad internacional no a¨²na fuerzas. ¡°Los Gobiernos y l¨ªderes pol¨ªticos deben aumentar su conciencia sobre el tema y buscar alternativas al uso de arena¡±, piensa Peduzzi. Y urge hacerlo r¨¢pido, porque el tiempo corre en contra.
En un pa¨ªs como Espa?a, que vive del turismo, la erosi¨®n de las playas puede causar estragos en la econom¨ªa. No solo se necesita un marco legal nacional ¡ªque ya existe¡ª, sino est¨¢ndares internacionales que regulen la extracci¨®n y obliguen a pa¨ªses como India, Marruecos o Camboya a cumplir las reglas del juego para preservar el medio ambiente y la econom¨ªa tanto de sus pa¨ªses como de terceros.
Singapur ha crecido un 20% y es el mayor importador de arena ¡®per capita¡¯ del mundo
¡°Nuestra dependencia de la arena es enorme y en un futuro pr¨®ximo no vamos a dejar de usarla¡±, reconoce Peduzzi. Pero su empleo puede racionalizarse con medidas como evitar el desarrollo de infraestructuras innecesarias, planificarlas para que duren m¨¢s o modernizar las existentes. Varios equipos de investigaci¨®n en todo el mundo estudian materiales alternativos en la construcci¨®n, a partir de la reutilizaci¨®n de escombros o vidrio, pero hoy por hoy no hay nada que pueda responder a la enorme demanda de este recurso. ¡°En zonas que no tienen un ritmo de desarrollo elevado, el reciclaje de materiales de construcci¨®n puede cubrir parte de la demanda, pero los pa¨ªses que est¨¢n experimentando un r¨¢pido desarrollo urbano no pueden satisfacer la necesidad de arena mediante reciclaje¡±, reconoce Torres. Adem¨¢s, el precio del material alternativo suele ser m¨¢s elevado y genera m¨¢s emisiones de gases de efecto invernadero en su producci¨®n.
¡°Es absolutamente necesario desarrollar un marco internacional para evitar el incumplimiento en el que incurren ciertos pa¨ªses¡±, se?ala Sumaira Abdulali. Y eso implica conocer qu¨¦ cantidades de arena se usan a nivel local y global, as¨ª como cu¨¢nta se puede reponer a trav¨¦s de procesos naturales. ¡°Hay que saber qu¨¦ reservas hay y supervisarlas para poder hacer cumplir la ley¡±.
De lo contrario, a este ritmo, el drag¨®n de Komodo, los arrecifes de coral o amplias ¨¢reas del desierto del S¨¢hara van camino de convertirse en recuerdos que las futuras generaciones solo podr¨¢n ver en fotograf¨ªas y documentales.
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