Superlativa por naturaleza, gu¨ªa profesional de tacones y bastante personaje. Esa soy yo.
El martes que viene me subo a un escenario. Respiren ustedes tranquilos que no se trata de que saque mi vena m¨¢s artista, que la tengo, sino de contarles una intimidad a los que acudan. Tengo un tiempo limitado para mi mon¨®logo, siete minutos, a lo sumo ocho. Dicen que a partir de diez, la atenci¨®n del p¨²blico decae. Y se trata de que nuestra historia enganche. Los atrape. Tengo que seducir a 700 desconocidos ante los que me abrir¨¦ en canal. Desconozco cu¨¢les pueden ser las consecuencias de este mes de terapeuta con sesiones hasta en sue?os, psicoterapia pura, y de las duras. Se comienza recordando una gracia por tener nombre de actriz porno y se termina contando qui¨¦n te empotra en un lavabo.
Ya tengo la historia.
Me fascinan los secretos. Me inquietan y excitan por igual. Cada uno decide qu¨¦ es lo que quiere esconder, y alg¨²n tejemaneje de cama siempre se oculta. Razones hay para todos los gustos y cada uno establece cu¨¢les son las importantes. Ni siquiera los que alardean de multitud de amantes, lo cuentan todo, afortunadamente. No le tengo el m¨¢s m¨ªnimo respeto a las personas que no tienen secretos. Mi intimidad es la base de mi personalidad. Me niego a contar toda mi vida, pero al tiempo, justo son los asuntos que oculto de ella los que m¨¢s distorsionan, como si la vida de cada uno fuera igual de homog¨¦nea que la de los dem¨¢s. No hay nada imposible. Leyendo T¨®ca(te) el magn¨ªfico libro editado por Jotdown, me encontr¨¦ unas cuantas folladas inconcebibles. La literatura desnuda a los amantes conforme decide quien escribe. Disculpen que no est¨¦ muy acostumbrada a que un pol¨ªtico hable de sexo, ?con la falta que nos hace! pero Gabriel Rufi¨¢n entiende por Fraternidad algo bastante inquietante. Me descoloca ubicarlo en su propio relato. Me humedezco con los textos basados en vicios reales y busco las referencias sexuales personales, fabricando la intimidad de los autores. Los imagino en cueros, toc¨¢ndose, ara?ando la espalda de sus amantes, escribiendo las letras que, como aparece en el libro, solo pueden entrar con la lujuria. Fantaseen conmigo, por favor. B¨²squenme y humed¨¦zcanse con el ballenero de ojos azul at¨²n. El que mezcl¨® un buen pu?ado de mis desgarros. Si no se han le¨ªdo El Salvaje, de Guillermo Arriaga, no s¨¦ a qu¨¦ esperan. A Carlos Pardo le pareci¨® maniquea,?a m¨ª la mejor manera de provocarme. Me gusta que haya opiniones diversas; se aprende mucho de c¨®mo somos por c¨®mo interpretamos la literatura. Lean El Salvaje, por favor. Quiero que cuando se topen con #SalvajadaArriaga, entiendan que cuento lo mejorcito de mis secretos de alcoba. Pero tambi¨¦n es cierto que soy maniquea y me gusta serlo.
Jam¨¢s me follar¨ªa a nadie intermedio.
He ido a conocer a escritores que me gustaban a la Feria del Libro de Madrid y a alguno simplemente lo he saludado de lejos. Me qued¨¦ con las ganas de estar con mi primer libro, Con dos tacones, pero Elsa Pataky acapar¨® toda la atenci¨®n? y, a pesar de que lo ped¨ª, ning¨²n librero me quiso en su caseta, o eso es lo que me dijeron las de La Esfera de los libros. Ten¨ªan raz¨®n. Elsa va por la s¨¦ptima edici¨®n y yo lo paseo por el planeta en #Liberaci¨®nLiteraria. Esta ser¨¢ mi primera vez en la #FLM. La primera vez. Hac¨ªa que no un¨ªa esa frase a sexo desde cierta fiesta de Golfxs con principios. Solo he tenido firma de libros en una ocasi¨®n. Ocurri¨® en la Librer¨ªa Ocho y medio, justo el d¨ªa que el escritor Hanif Kureishi estuvo en Madrid.??Tres libros firm¨¦, tres. Y me qued¨¦ sin conocer al autor de mi honestidad amatoria. Me promet¨ª hace 15 a?os, cuando le¨ª Intimidad, que no hablar¨ªa con su autor hasta que no dominara el ingl¨¦s como para que nos entendi¨¦ramos. Necesito explicarle que me masturb¨¦ con Jay, el personaje que ¨¦l m¨¢s detesta. Para tirarte a un canadiense en Nagano'98 no hace falta declamar a Shakespeare. Para poner tus tripas encima de la mesa, s¨ª.
Diario Vivo van a ser siete minutos de orgasmo. D¨¦jenme correrme en p¨²blico.
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