En el laberinto grotesco

En v¨ªsperas de la Guerra Civil, el poeta catal¨¢n Salvador Espriu publica Ariadna al laberint grotesc, un conjunto de peque?os relatos donde un enjambre de personajes estrafalarios se mueven en escenas presididas por la muerte. Las esperanzas resultan fugaces, como en la historia del nacimiento de una peque?a jirafa que llena de orgullo al patriota catal¨¢n: ¡°?No tenemos nada ya que envidiar al resto del mundo!¡±, proclama. Pero la jirafita muere pronto, cuando ¡°nuestro zoo nada ten¨ªa ya nada que envidiar a ning¨²n otro del mundo¡±, se lamenta el fanfarr¨®n. El librito de Espriu se cierra con una reflexi¨®n pesimista sobre ¡°el pa¨ªs moribundo¡±, agudizada incluso en el pr¨®logo retrospectivo, tras evocar el destino feliz que esperaba a Ariadna: ¡°Llegaron tiempos dif¨ªciles, y aquel destino se malogr¨®, y tambi¨¦n el m¨ªo, y quiz¨¢s el de todos nosotros¡±.

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EDITORIAL | Quebrar la Generalitat

La reflexi¨®n de Espriu recupera actualidad ante las palabras del vicario de Puigdemont en el Parlamento catal¨¢n. Palabras propias del portavoz de un discurso estrafalario, tristemente generalizado, que pasa por alto todos los problemas de Catalu?a en la presente crisis con tal de cumplir las exigencias impuestas por una mentalidad maniquea. Y con antecedentes catalanes en el independentismo filofascista de Josep Denc¨¤s durante la Rep¨²blica. No todo fue democracia ni seny. Ahora que el tuit reemplaza en el lenguaje a las consignas y a las imprecaciones del pasado totalitario, por mucha cultura catalana exhibida, esta es solo la m¨¢scara bajo la cual se esconde la irracionalidad, como cuando un dictador alem¨¢n elogiaba a Beethoven.

Pensar y difundir que Catalu?a est¨¢ ocupada desde 1714 y que sufre adem¨¢s ¡°crisis humanitaria¡± ¡ª?sabe de qu¨¦ habla?¡ª, que de seguir as¨ª los catalanes acabar¨¢n tan locos como los espa?oles, que ¡°los espa?oles solo saben expoliar¡± o que al enemigo le caracterizan ¡°la mala educaci¨®n, la pijer¨ªa espa?ola, la sensaci¨®n de inmundicia¡±, algo ¡°horrible¡±, nos lleva por l¨ªnea directa al universo de El jud¨ªo S¨¹ss, esto es, al grado extremo de xenofobia, acorde por lo dem¨¢s con los aires que soplan en Hungr¨ªa o en Polonia.

Asustado pidi¨® disculpas, como cuando alguien te empuja, pero no rectific¨® tales exabruptos. Una omisi¨®n del todo compatible con su planteamiento de lucha a muerte que emprender¨¢ desde el Govern contra la Constituci¨®n espa?ola y el Estatut. El proc¨¦s contin¨²a, pero m¨¢s enfangado que antes, para ¡°seguir avanzando¡±, seg¨²n propone desde Ara un ensayista aqu¨ª conocido. De paso la palabra ¡°rep¨²blica¡± resulta profanada. Y Catalu?a tambi¨¦n.

Volviendo a Espriu, nada excluye que veamos destruido nuevamente el esp¨ªritu de Ariadna, ¡°y quiz¨¢s el de todos nosotros¡±.