Atorrantes
Ya que Puigdemont y Torra est¨¢n fascinados con las viejas tradiciones supremacistas, les recomiendo que analicen el impacto que caus¨® el muro de Berl¨ªn
Ya que Puigdemont est¨¢ por Berl¨ªn y que su amigo Torra lo frecuenta, y ambos est¨¢n fascinados con las viejas tradiciones supremacistas y con la propaganda de las genealog¨ªas patrias, les recomiendo que se pongan a analizar el impacto que caus¨® la construcci¨®n del muro de Berl¨ªn en agosto de 1961. Especialmente ahora, cuando nos confirman que la trama rusa apoya de lleno al independentismo catal¨¢n, regresan los ecos de la Guerra Fr¨ªa. En aquel tiempo, los rusos de entonces se llamaban sovi¨¦ticos y apoyaron plenamente la construcci¨®n del muro de Berl¨ªn, que parti¨® la ciudad en dos, dejando a su poblaci¨®n disgustada y perpleja.
?C¨®mo planean Torra, Puigdemont y sus ac¨®litos esa posible divisi¨®n? ?Por d¨®nde cortar¨¢n la Sagrada Familia, el Barrio G¨®tico o el parque G¨¹ell? ?Qui¨¦n se quedar¨¢ con la Barceloneta? ?Por d¨®nde dividimos una ciudad en que sus gentes est¨¢n divididas? ?En esto va a consistir el independentismo, en partirnos en dos? La Ciudad Condal se divide, entre la Catalu?a unionista espa?ola y la independentista rusa, que construir¨¢ un gran muro que dir¨¢n que es de protecci¨®n antifascista. Como el independentismo catalanista se va a radicalizar a¨²n m¨¢s, impondr¨¢ fuertes restricciones con una nueva guardia de control vigilando todas las salidas, para que sus ciudadanos no viajen al resto de la Pen¨ªnsula, no sea que los usos y costumbres de los unionistas catalanes y del resto de las provincias espa?olas tengan una mala influencia.
Para prevenir posibles desmanes y los vestigios del temperamento espa?ol que puedan quedar en su herencia compartida desde siempre, los independentistas prohibir¨¢n el castellano. Con un discurso firme dir¨¢n que quieren cortar con esos restos coloniales del habla de Cervantes que tanto les pesan, pero para mantener el biling¨¹ismo lo compensar¨¢n imponiendo el ruso. La hermosa lengua de Tolst¨®i consolidar¨¢ su futuro mercado y marcar¨¢ la era de una nueva identidad que les har¨¢ sentirse plenos y dichosos. Su cava tendr¨¢ un leve gusto a vodka, y sus caganers ser¨¢n tipo matrioskas.
La Catalu?a unionista espa?ola hablar¨¢ catal¨¢n y castellano con soltura y alegr¨ªa, y har¨¢ del pan con tomate el acompa?amiento de las comidas en todos los rincones de la Pen¨ªnsula. Nos doler¨¢ much¨ªsimo ese trozo amurallado de nuestra Catalu?a separada en dos mitades, pero no le guardaremos rencor a los rusos por el respeto que nos merecen sus grandes escritores, que no sus pol¨ªticos, y so?aremos con que alg¨²n d¨ªa caiga ese muro de Barcelona que, como el de Berl¨ªn, esperemos que no dure m¨¢s de veintiocho a?os.
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