Nahuel, el estudiante de piano madrile?o que ha conquistado a James Rhodes
NAHUEL HAGELSTROM golpea con furia el piano. Su cuerpo de adolescente se mueve con la pasi¨®n de quien llevase toda una vida tocando. Sus dedos se deslizan con agilidad por las 88 teclas del instrumento y suena Rachmaninov. El famoso concertista brit¨¢nico James Rhodes le observa perplejo. Es la primera vez que lo escucha. Su forma de sentir al compositor ruso, de transmitir su fuerza, le cautiva. Y en ese mismo instante invita al joven madrile?o a su casa, en el centro de la capital.
Unos meses despu¨¦s de aquel encuentro, Hagelstrom ha recibido varias clases maestras gratuitas con el m¨²sico. El d¨ªa de la foto es la tercera. En cuanto el chaval entra por la puerta, se nota la complicidad. Se muestran cari?osos y bromean sobre algo que ocurri¨® el s¨¢bado anterior. El alumno se sienta entonces al piano, estira los brazos y toca una vez m¨¢s el Preludio Op. 3 N? 2 de Rachmaninov. A su lado, Rhodes agita un l¨¢piz a modo de batuta. De pronto, le interrumpe con ternura. ¡°Stop, stop¡±. Posa las manos junto a las suyas y le explica: ¡°En este cambio de nota, ponlas as¨ª. Te ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil y sonar¨¢ mejor¡±. Nahuel lo hace y sonr¨ªe. ¡°Desde que vengo con James he cambiado radicalmente mi forma de tocar. Yo antes era todo t¨¦cnica y m¨¢s t¨¦cnica. ?l me ha ense?ado a sacarle toda la musicalidad al piano y a disfrutar m¨¢s. He mejorado mucho¡±, reconoce. Tanto que acaba de ganar el primer premio en el Concurso Internacional de Piano Gran Klavier, que se celebra en Alcal¨¢ de Henares. El galard¨®n se lo ha dedicado a James Rhodes. ¡°Conocerle es una de las mejores cosas que me han pasado en la vida, si es que no es la mejor¡±.

El chico descubri¨® a Rhodes hace dos a?os. Y se convirti¨® en su ¨ªdolo. Desde hace meses, pasa las ma?anas del s¨¢bado pegado a la radio para escuchar la secci¨®n que tiene el m¨²sico en A vivir que son dos d¨ªas, de la cadena Ser. ¡°Un d¨ªa dijo que Rach?maninov no sol¨ªa gustar a los j¨®venes. Y como es mi autor predilecto, escrib¨ª en la p¨¢gina del programa¡±. No esperaba respuesta, pero la obtuvo. Y super¨® todas sus expectativas. Le propusieron visitar la radio y actuar en directo ante Rhodes. ¡°Casi me desmayo¡±. Los nervios no le impidieron hacer una actuaci¨®n ¡°brillante¡±. Y aquel fue el momento en que el aprendiz conquist¨® al maestro y la admiraci¨®n se volvi¨® mutua. ¡°Sent¨ª que, si pasaba unas horas con ¨¦l, pod¨ªa ayudarle a convertir su muy buena ejecuci¨®n en una fant¨¢stica interpretaci¨®n¡±, explica Rhodes en ingl¨¦s. Aunque el pianista se mud¨® a Madrid hace un a?o y est¨¢ aprendiendo el idioma, se maneja con m¨¢s fluidez en su lengua materna. ¡°No es f¨¢cil encontrar a un ni?o con tanto talento, ganas y capacidad de trabajo¡±.
Hagelstrom no es como los dem¨¢s chicos de su edad. Creci¨® entre sonatas de Liszt y sinfon¨ªas de Beethoven. Su padre es profesor de piano. Cuando ten¨ªa tres a?os ya se estaba preparando para entrar en el conservatorio. Ahora que acaba de cumplir 15, no imagina su vida sin la m¨²sica cl¨¢sica. Su sue?o es entrar en la Escuela Superior de M¨²sica Reina Sof¨ªa y convertirse en un gran concertista ¡°como Rhodes¡±. Sus amigos no lo entienden. Los cl¨¢sicos les aburren. Pero a ¨¦l poco le importa. ¡°Cuando toco me voy a mi mundo. Siento amor, alegr¨ªa, tristeza. Y ganas de romper el piano tambi¨¦n. Es mi refugio¡±. Rhodes asiente con la cabeza a cada palabra. ¡°Para m¨ª es exactamente eso. La m¨²sica siempre ha sido mi ox¨ªgeno. Y fue mi mejor amiga en los malos momentos¡±. No lo dice, pero se refiere a su infancia, marcada por los abusos sexuales que sufri¨® durante a?os. Tambi¨¦n a su juventud, entre drogas y psiquiatras. Vivencias que comparti¨® en 2014 con la publicaci¨®n de su primer libro, Instrumental (Blackie Books). ¡°De peque?o no ten¨ªa palabras para describir lo que sent¨ªa. Las notas se convirtieron en esas palabras¡±, dice ahora, a sus 43 a?os.
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La m¨²sica le sac¨® del infierno. Pero siempre ha rechazado el estereotipo del artista atormentado. Reivindica que el ¨¦xito no tiene por qu¨¦ ir ligado al dolor. La m¨²sica nace de los sentimientos. Por eso, anima a su alumno a disfrutar de su adolescencia. ¡°Hay que practicar y ser constante. Pero sin pasarse. Algunos profesores te machacan demasiado. Yo creo que es el momento perfecto para que Nahuel experimente nuevas emociones y cree m¨²sica a partir de ellas¡±. Y est¨¢ convencido de que as¨ª ser¨¢. ¡°Tiene mucho que decir dentro y fuera del piano. Fue lo primero que pens¨¦ cuando nos conocimos. Ese d¨ªa me convert¨ª en su primer fan, pero tendr¨¢ muchos m¨¢s en el futuro. Me muero de ganas de verle actuar sobre un gran escenario¡±. Cuando Hagelstrom escucha todo eso, se ruboriza. Su mirada, t¨ªmida, busca el suelo. Pasados unos segundos, encuentra una respuesta. ¡°Es como si a un ni?o que sue?a con ser futbolista, Cristiano o Messi le dice que le admira¡±. Rhodes sonr¨ªe. La conexi¨®n es evidente. El cari?o, tambi¨¦n. ¡°Los dos amamos la m¨²sica, a los mismos autores y las mismas piezas. Me siento identificado con Nahuel. Me recuerda mucho a m¨ª cuando era peque?o. Y realmente creo que llegar¨¢ muy lejos y que estar¨¦ entre el p¨²blico para verlo¡±.
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