¡°El cine marroqu¨ª nunca ha sido libre¡±
Ali Essafi, cineasta de Marruecos, repasa la historia del cine de su pa¨ªs en el libro ¡®La s¨¦ptima puerta¡¯
¡°El cine marroqu¨ª nunca ha sido libre, siempre ha estado sometido al r¨¦gimen¡± opina Ali Essafi, director de documentales y videoartista marroqu¨ª. Solo unos pocos cineastas han logrado zafarse de ese control, uno de ellos es, sin duda, Ahmed Bouanani, fallecido en 2011.
Essafi conoci¨® a Bouanani en 2007 y desde entonces dedica gran parte de su tiempo a recopilar su legado. Todo este trabajo se ha visto plasmado en un documental titulado Obour al bab assabea (Cruzando la s¨¦ptima puerta) y un libro de pronta aparici¨®n. La pel¨ªcula, junto a algunas de Bouanani y de cineastas marroqu¨ªes contempor¨¢neos suyos, se ha podido ver en el XV Festival de Cine Africano Tarifa-T¨¢nger (FCAT) dentro del ciclo En torno a Bouanani, dirigido por Essafi.
El libro en realidad fue escrito por Bouanani y abarca la historia del cine marroqu¨ª entre 1907 y 1986, pero nunca se public¨®. Ahora Essafi la recupera y edita. ¡°El cine lleg¨® a Marruecos con la colonizaci¨®n¡±, explica el director. Fue un poder en manos de los colonizadores. Desde un primer momento, los colonizadores franceses prohibieron el acceso de los marroqu¨ªes a la industria cinematogr¨¢fica. Solo se les permiti¨® aprender cine y empezar a rodar pel¨ªculas en los ¨²ltimos a?os de la Colonia.
¡°Lo que llamamos cine colonial est¨¢ al servicio de la propaganda de los colonizadores y por eso nunca tiene un protagonista marroqu¨ª. La ¨²nica excepci¨®n es el director franc¨¦s Andr¨¦ Zwobada que hizo algunas pel¨ªculas basadas en la cultura y las leyendas marroqu¨ªes. Una de ellas se titula La s¨¦ptima puerta¡±, explica el director. Cuando Bouanani comenz¨® su estudio encontr¨® que Zwobada era el ¨²nico que pod¨ªa ser un modelo para ¨¦l y su generaci¨®n, de ah¨ª que escogiese el t¨ªtulo de esta pel¨ªcula para su libro. ¡°Es una pena que hoy muy pocos conozcan la obra de este cineasta, sobre todo en Marruecos, aunque sucede igual en Francia. Adem¨¢s, ¨¦l tambi¨¦n produjo la primera pel¨ªcula africana: Le docker noir, de Ousmane Semb¨¨ne, lo que significa que sigui¨® toda su vida en contacto con el cine africano¡±.
Adem¨¢s de director, Bouanani, era escritor y poeta, ¡°por lo que su libro se convierte en una historia contempor¨¢nea de Marruecos a trav¨¦s del cine¡±, afirma Essafi. En ¨¦l plantea controversias como la relaci¨®n entre cine y pol¨ªtica o el tema del idioma. ¡°Cuestiones que a¨²n hoy siguen muy vivas¡±. El idioma es una de las razones por las que el cine colonial no lleg¨® a los marroqu¨ªes. ¡°Incluso cuando intentaron hacer cine en ¨¢rabe, lo hicieron en ¨¢rabe cl¨¢sico, no en el dialecto utilizado en Marruecos. Pero luego, con la independencia, el r¨¦gimen marroqu¨ª tambi¨¦n ha marginado nuestro dialecto en el cine. Si queremos llegar a la gente hay que utilizar el idioma que habla y entiende¡±.
En Marruecos faltan escuelas y salas de cine
¡°La imagen que hay en ?frica del cine marroqu¨ª es que es una gran industria¡±, asegura Ali Essafi. ¡°Es verdad que en Marruecos tenemos suerte porque al menos tenemos laboratorios y estructuras para el cine. Sin embargo, es interesante notar que en los sesenta y setenta, los directores independientes no ten¨ªan acceso a las salas de cine, que estaban controladas por un grupo de distribuidores cercanos al r¨¦gimen que prohib¨ªa sus pel¨ªculas. Y ahora que producimos entre 20 y 30 pel¨ªculas al a?o y cientos de cortos, no tenemos salas de cine porque la mayor¨ªa de ellas han cerrado. En los sesenta y setenta hab¨ªa como 300 salas, ahora tememos menos de 30 salas en todo Marruecos. Esta es una gran pregunta: ?por qu¨¦ producimos pel¨ªculas que no podemos mostrar?"
"Igualmente est¨¢ la realidad de que el r¨¦gimen marroqu¨ª nunca permiti¨® las escuelas de cine, por lo que solo llegaban a ser directores las pocas personas que pod¨ªan estudiar fuera del pa¨ªs. Esta es otra forma de controlar. Ahora ya hay algunos institutos de cine, pero no tienen dinero, ni estrategia ni proyecto educacional. Todav¨ªa hoy, en Marruecos no tenemos acceso al estudio del cine. Este es el verdadero problema. Si no ponemos remedio a esto solo personas de la clase media o alta, que pueden estudiar fuera del pa¨ªs, podr¨¢n hacer cine¡±, dice Essafi.
A finales de los a?os cincuenta surgi¨® la primera generaci¨®n que pudo estudiar cine, en Francia. Pero al regresar a Marruecos no pod¨ªan hacer nada sin el consentimiento de las autoridades coloniales. Tras la independencia, cesaron las pel¨ªculas de ficci¨®n, solo se pod¨ªan hacer noticieros y pel¨ªculas institucionales, encargadas por el r¨¦gimen. Era una ¨¦poca en la que no hab¨ªa televisi¨®n y se utilizaba estos noticieros como propaganda. ¡°En estas pel¨ªculas comisionadas, algunos de estos directores pudieron introducir algunas de sus convicciones, a espaldas de los censores¡±, asegura el cineasta. Es el caso de la primera pel¨ªcula de Bouanani: Tarfaya aw masseerat sha¡¯er (Tarfaya o la marcha de un poeta) de 1966. Una pel¨ªcula comisionada sobre lo que el r¨¦gimen estaba construyendo en esa ciudad. ¡°Si ves la pel¨ªcula, realmente tienes dos historias, la comisionada, y las partes que Bouanani consigui¨® introducir. ?l me dijo que su modelo para este cine independiente fue Mohamed Afifi, que solo rod¨® dos pel¨ªculas. ?l le dio la idea a Bouanani y a alg¨²n otro de sus colegas que intentaron seguir el mismo patr¨®n¡±.
En 1969, surge el primer cine independiente de Marruecos, porque se organiza un festival en T¨¢nger y al ver que no hay cintas marroqu¨ªes el r¨¦gimen decide producir dos o tres, ¡°que son malas¡±. Pero en 1969, Bouanani junto a otros tres directores (Hamid Benani, Mohamed Sekkat y Mohamed Abderrahman Tazi) hacen una pel¨ªcula colectiva que fue la primera y m¨¢s famosa obra independiente del cine marroqu¨ª: Twechma (Huellas).
La primera y m¨¢s famosa obra independiente del cine marroqu¨ª es Twechma (Huellas)
¡°El problema fue que la mayor¨ªa de los directores que intentaron hacer cine independiente no contaron con ning¨²n tipo de ayuda de las autoridades y fueron duramente censurados. Sus pel¨ªculas pod¨ªan ser vistas en Europa y otras partes, pero no en Marruecos. Desde 1984, el Centro Cinematogr¨¢fico Marroqu¨ª empez¨® a otorgar fondos para pel¨ªculas de ficci¨®n. Esta es tambi¨¦n una forma de controlar lo que se hace. El r¨¦gimen no pod¨ªa seguir prohibiendo todo lo que se produc¨ªa por eso ide¨® este medio para continuar controlando las producciones cinematogr¨¢ficas¡±.
Las nuevas generaciones cuentan con mecanismos para burlar la censura y re¨ªrse de ella
Essafi opina que ¡°la era de los setenta fue muy dif¨ªcil y complicada, pero en cierta forma los directores ten¨ªan cierta libertad. Lo que se produjo en ese periodo es m¨¢s interesante que lo que vino despu¨¦s de los 80¡±. Desde entonces ¡°no ha existido un cine independiente en Marruecos¡±, afirma el cineasta. ¡°Todav¨ªa hoy, el control sigue siendo muy grande. Aunque no pidas dinero p¨²blico, si quieres rodar tienes que solicitar tantos permisos que el trabajo se vuelve casi imposible. Es casi imposible hacer cine en Marruecos sin el control del r¨¦gimen¡±. Sin embargo, cree que las cosas pueden cambiar. "Las nuevas generaciones cuentan con mecanismos, como Internet, para burlar la censura y re¨ªrse de ella, a pesar de la falta de medios, y lo est¨¢n haciendo¡±.
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