Los macabros secretos de una batalla que no sale en los libros
Una excavaci¨®n en Dinamarca destapa la mayor masacre del comienzo de la era actual
En 2010, un equipo de arque¨®logos daneses descubri¨® una masacre sin explicaci¨®n aparente. En Alken Enge, en el centro de la pen¨ªnsula de Jutlandia, desenterraron m¨¢s de 2.000 huesos humanos con marcas de violencia, una enorme fosa com¨²n que databa del tiempo en que fue crucificado el predicador jud¨ªo Jes¨²s de Nazaret. En aquel tiempo el?imperio romano?avanzaba por el norte de Europa encontrando una fiera resistencia de los pueblos germ¨¢nicos, que infligieron dur¨ªsimas derrotas a las que Roma respondi¨® con campa?as de castigo. El an¨¢lisis de los cad¨¢veres en el yacimiento dan¨¦s apuntaba a que los cad¨¢veres quedaron tirados sobre la tierra y fueron devorados por perros, zorros y lobos. Despu¨¦s alguien volvi¨® al lugar de la matanza, desmembr¨® los restos y elimin¨® toda la carne que les quedaba. Hicieron paquetes con los huesos y los tiraron a un lago en cuyo fondo han quedado depositados hasta ahora.
¡°Esta es la mayor concentraci¨®n de restos humanos que se ha encontrado nunca en esta ¨¦poca¡±, explica Mette L?vschal, arque¨®loga y antrop¨®loga de la Universidad de Aarhus, cuyo cometido en un equipo de unos 50 especialistas ha sido estudiar el extra?o ritual, del que hasta el momento solo hab¨ªa vagas referencias escritas por historiadores romanos. ¡°Normalmente los historiadores de Roma exageraban la brutalidad de sus enemigos b¨¢rbaros pero, a la luz de lo que hemos encontrado, es posible que en este caso no lo hicieran tanto¡±, se?ala la investigadora. Ning¨²n texto romano menciona espec¨ªficamente esta masacre y los pueblos germanos no ten¨ªan escritura, as¨ª que las ¨²nicas evidencias disponibles est¨¢n los huesos.
En Alken Enge hay restos de 84 personas, aunque es probable que en total haya unos 380 muertos, seg¨²n las estimaciones de los arque¨®logos. La inmensa mayor¨ªa eran hombres entre los 20 y los 40 a?os. Entre los restos tambi¨¦n se hallaron unas pocas armas, puntas de lanza, espadas rotas, escudos y animales sacrificados cuyos cad¨¢veres tambi¨¦n fueron arrojados al lago, lo que refuerza que se trate de un ritual, seg¨²n explican los responsables de la excavaci¨®n en un estudio publicado hoy en la revista PNAS de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU.
Aunque a¨²n no est¨¢ claro qu¨¦ sucedi¨® en Alken Enge, lo m¨¢s probable es que los romanos no fuesen los culpables, al menos directamente. ¡°No tenemos ninguna evidencia de que los romanos participasen en esta batalla y, en esta ¨¦poca, la frontera del Imperio romano estaba a 300 kil¨®metros de aqu¨ª, en Alemania¡±, explica Mads Holst, jefe del proyecto de investigaci¨®n. ¡°Probablemente estamos ante un conflicto interno entre pueblos germ¨¢nicos a consecuencia del avance de Roma y el desplazamiento de poblaciones al norte¡±, a?ade el arque¨®logo. Seg¨²n la dataci¨®n de carbono la masacre sucedi¨® entre el a?o 2 antes de Cristo y el 54 de nuestra era. Uno de los hallazgos m¨¢s inquietantes es un palo que une cuatro huesos coxales de la cadera. ¡°Este yacimiento es importante porque nos habla de una magnitud de violencia que no se hab¨ªa visto en yacimientos anteriores. Tambi¨¦n aclara el tipo de rituales que despu¨¦s se perpetuaron en siglos posteriores, aunque ya no se har¨ªan con cad¨¢veres, sino solo con armas, armaduras y caballos del enemigo que se destru¨ªan y se dispon¨ªan en montones¡±, explica.
Normalmente los historiadores de Roma exageraban la brutalidad de sus enemigos b¨¢rbaros pero, a la luz de lo que hemos encontrado, es posible que en este caso no lo hicieran tanto
Lo que s¨ª parece m¨¢s claro es que no fue una batalla de igual a igual. Muchos de los cad¨¢veres tienen heridas en las piernas que t¨ªpicamente sufre quien huye de su enemigo. La mayor¨ªa de los fallecidos no tiene marcas de heridas cicatrizadas, lo que apunta a que no eran guerreros experimentados, sino pastores y agricultores locales que fueron masacrados por otro grupo. ¡°Lo que s¨ª sabemos es que este evento tuvo consecuencias enormes. Esta zona, que hasta entonces hab¨ªa sido de pastos y cultivos, se cubri¨® de un bosque que permaneci¨® 800 a?os m¨¢s¡±, resalta L?vschal.
Los investigadores quieren seguir excavando en la zona y pretenden extraer ADN de los huesos para aclarar qui¨¦nes eran los masacrados de Alken Enge.
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