Prudencia
Con unos ojos tan vagos, toda Espa?a est¨¢ en la oscuridad
En nuestra crisis territorial, ?d¨®nde est¨¢n el bien y el mal?
La bondad en los asuntos p¨²blicos es relativa. La pol¨ªtica es una lucha por recursos limitados. Lo que es bueno para unos es malo para otros. Pero, cuando peleamos por bienes inmateriales (como orden legal, identidad, o democracia), necesitamos un mapa moral para saber qu¨¦ acci¨®n pol¨ªtica es la correcta para todos.
Si, como sucede ahora con el conflicto catal¨¢n, estamos perdidos, lo mejor es volver a los cl¨¢sicos. Griegos, romanos, jud¨ªos y cristianos acentuaron valores distintos. Pero podemos destilar de su sabidur¨ªa un comp¨¢s moral formado por cuatro virtudes b¨¢sicas (o cardinales): prudencia, justicia, fortaleza, y templanza.
Tanto el Estado como los independentistas han actuado con bastante justicia, fortaleza y templanza. Todos se vanaglorian de haber sido justos (de acuerdo con su sentido interno de justicia: la Ley o la Democracia), fuertes (han tomado iniciativas audaces) y templados (han contenido a los m¨¢s radicales de cada bando).
Lo que ha faltado, y a raudales en ambos lados, es la prudencia. Es decir, la visi¨®n del todo. Y es la virtud m¨¢s importante. La destac¨® Plat¨®n y era la madre de todas las virtudes para Tom¨¢s de Aquino. Omnis virtus moralis debet esse prudens. Las dem¨¢s virtudes se derivan de la prudencia, de la capacidad de ver el conjunto. O, como se recuerda en los evangelios, los ojos son la l¨¢mpara del cuerpo. As¨ª que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo tendr¨¢ luz. Pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estar¨¢ en tinieblas (Mateo 6, 22-23).
Y, en el problema catal¨¢n, ni unos ni otros ven bien. El ojo del Estado no ha estado en Catalu?a. El coraz¨®n y las entra?as, s¨ª. Pero el Estado no ha sabido ver la naturaleza, entrelazada pero distinta, de las movilizaciones que ha vivido la sociedad catalana desde 2006: por el Estatut, la soberan¨ªa, la independencia o la libertad de los pol¨ªticos presos. Un error fatal de percepci¨®n.
Los independentistas, m¨¢s all¨¢ del Ebro, solo divisan una imagen, y deformada, de Madrid. Y, m¨¢s ac¨¢, no captan la transversalidad del unionismo. Con unos ojos tan vagos, toda Espa?a est¨¢ en la oscuridad. @VictorLapuente
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