Colombia vota en paz

Las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo en Colombia han sido las primeras en medio siglo que el pa¨ªs sudamericano ha podido celebrar en paz. No puede resultar extra?o, pues, que se haya tratado de los comicios con mayor participaci¨®n en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas.

Si hace tres a?os la violencia era la principal preocupaci¨®n de los colombianos, asuntos como la regeneraci¨®n pol¨ªtica y el progreso econ¨®mico han sido ahora los que han centrado la campa?a presidencial. Solo eso ya constituye otro cambio hist¨®rico en una Colombia en la que, seg¨²n cifras oficiales, el conflicto armado ha afectado directamente a m¨¢s de ocho millones de personas.

La lectura de los resultados de esta primera vuelta ¡ªla segunda se celebrar¨¢ el pr¨®ximo 17 de junio¡ª tambi¨¦n puede leerse a la luz de los acuerdos de paz firmados entre el Gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en septiembre de 2016.

La victoria del candidato de la derecha Iv¨¢n Duque, con el 39,1% de los sufragios, constituye en parte una victoria de su mentor, el expresidente ?lvaro Uribe, un f¨¦rreo opositor a los acuerdos con la guerrilla. De hecho, Duque fue el portavoz de la campa?a por el No en el plebiscito celebrado en octubre de 2016. Entonces el gobierno de Juan Manuel Santos sufri¨®, aunque por escaso margen, una importante derrota que oblig¨® a renegociar parcialmente con las FARC. Y aunque en Colombia existe un ampl¨ªsimo consenso en torno a la irreversibilidad del proceso de paz, Duque pretende a medio plazo modificar la implementaci¨®n de los acuerdos en lo que afecta a la llamada ¡°justicia transicional¡± ¡ªel sistema de reparaci¨®n de las v¨ªctimas y castigo a los culpables¡ª y la integraci¨®n de las FARC en la vida pol¨ªtica.

Pero hay un aspecto importante. Duque ha superado en n¨²mero los votos de Uribe en 2006 y ha centrado su campa?a en la econom¨ªa: el adelgazamiento del Estado y la agilizaci¨®n de los tr¨¢mites administrativos. Eso muestra un tono muy diferente al de Uribe, del que necesita desvincularse, no solo para ganar en la segunda vuelta, sino para gobernar y mantener el proceso de reconciliaci¨®n.

Enfrente tendr¨¢ al populista Gustavo Petro, un exguerrillero del M-19 y exalcalde de Bogot¨¢ que, con un discurso antiestablishment, se ha hecho con el 25,1% de los votos, y que por menos de 300.000 ha logrado el pase a la segunda vuelta frente al candidato centrista, Sergio Fajardo. En el ¨¦xito de Petro tiene mucho que ver la ausencia de la guerra y la decisi¨®n de millones de personas de votar a una izquierda radical pero democr¨¢tica. El candidato ha tratado de apartarse de sus v¨ªnculos con Venezuela, a la que ha llegado a calificar de dictadura insostenible, y tambi¨¦n ha centrado su campa?a en temas econ¨®micos con la propuesta de una transformaci¨®n radical del modelo productivo apostando por las energ¨ªas renovables.

Estas son las dos opciones entre las que decidir¨¢n los colombianos dentro de unos d¨ªas. Propuestas muy diferentes ¡ªpolarizadas si se quiere¡ª de las que saldr¨¢ el primer presidente elegido en 50 a?os sin guerra. Colombia ya ha ganado las elecciones antes de celebrar la segunda vuelta.