Esta democracia necesita aburrirse un poco

La democracia es, se supone, ese sistema en que si suena el timbre a las 5 de la ma?ana no es Pedro S¨¢nchez pidiendo el voto para una moci¨®n de censura sino el lechero. El sistema funciona bajo el encanto brit¨¢nico de lo previsible, e incluso lleva a gala el adjetivo de aburrido, como vacuna para la excitaci¨®n de las sorpresas y las pulsiones revolucionarias en las que siempre se acaban rompiendo demasiadas vajillas. Hay que huir del espect¨¢culo, porque la l¨®gica del espect¨¢culo, como advert¨ªa Neil Postman en Divertirse hasta morir, degrada los valores democr¨¢ticos.

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Editorial | Un Gobierno inviable

El traspi¨¦ de Ciudadanos

El cambio es consustancial a la democracia, pero los vaivenes excitantes suelen ser mal s¨ªntoma. Jean Baudrillard, en sus Cool Memories, anotaba que ¡°la democracia es la menopausia de la sociedad occidental¡± y que ¡°el fascismo es su lujuria¡±. La tediosa normalidad de un sistema eficiente est¨¢ re?ida con los revolcones estimulantes del orden establecido. Y Espa?a lleva unos a?os, no ya desde el 11M, quiz¨¢ incluso desde la Guerra de Irak, abusando del exceso por todas partes, a derecha e izquierda, desde la monarqu¨ªa a la justicia, tanto m¨¢s a partir del proc¨¦s. Y la moci¨®n que ha llevado S¨¢nchez al poder, por supuesto perfectamente legitima, parece emanar de esa seducci¨®n. Los ¡®compa?eros de cama¡¯ del PSOE ser¨¢n Podemos, que proviene de la estirpe en diferido de ¡®contra Franco viv¨ªamos mejor¡¯ pero contra el R¨¦gimen del 78, y los indepes en la fase puigdemon¨ªaca de las cruces en la playa y esto es Turqu¨ªa con presos pol¨ªticos. Es f¨¢cil prever que vienen curvas.

Hay que reprochar el alfombrado de este desenlace a Rajoy, que lleg¨® al poder vendiendo la esperanza de aburrirnos y que esto funcionara. Fue como De la Rua en la campa?a argentina de 1999, con el eslogan triunfal ¡°Dicen que soy aburrido¡­¡± ¨Cpor contraste con el asilvestrado Carlos Menem¨C aprovechando que el peronista Cafiero dec¨ªa "no hay nada m¨¢s aburrido que un domingo de lluvia, sin f¨²tbol y De la R¨²a como presidente". Pero no ha habido modo de aburrirse con Rajoy, a pesar de las expectativas puestas en el registrador de Pontevedra. Catalu?a siempre se le fue de las manos, ha pagado la incapacidad para dialogar, pec¨® de insensibilidad con los perdedores de la crisis y nunca tuvo un discurso convincente sobre la corrupci¨®n; demasiados errores para no despertar nuestros demonios.

Esta democracia, dig¨¢moslo, necesita aburrirse un poco, volver a aburrirnos a todos un poco, y funcionar sin sobresaltos emocionantes. Hay que afrontar los errores cometidos. Con todo, probablemente el mayor problema est¨¢ en lo que los anglosajones denominan ¡°non-partisan basis of Democracy¡±, ese espacio com¨²n de consensos no partidistas que da vigor a la convivencia: unidad territorial y diversidad, bienestar, modelo educativo, respeto a las reglas del juego... En Espa?a, no solo por el proc¨¦s, se ha empeque?ecido. Y ahora los partidarios de romper el pa¨ªs son mayor¨ªa en el bloque ganador, que tiene mejores hechuras para el v¨¦rtigo que para normalizar. No parece, tras esta moci¨®n, que aguarden tiempos tranquilos; y m¨¢s con las encuestas evidenciando la distancia entre el resultado y las preferencias de la sociedad. Pero ojal¨¢ tengan ¨¦xito y no nos toque vivir, como en la maldici¨®n china, tiempos demasiado interesantes.