Una empresa tiene la mitad de las patentes del mar
Tres pa¨ªses acaparan el 74% de las secuencias gen¨¦ticas de especies marinas registradas
Una sola empresa acapara el 47% de las patentes internacionales de especies marinas. En el ¨¢mbito de los estados, tres pa¨ªses controlan dos tercios de las patentes. El estudio que incluye estos datos muestra tambi¨¦n que, a pesar de su cuestionable legalidad, el n¨²mero de solicitudes de patente internacional de la vida marina no ha dejado de crecer: hoy miles de secuencies gen¨¦ticas de casi un millar de especies son propiedad de alguna empresa u organismo privado.
En principio, y dejando a un lado la biolog¨ªa sint¨¦tica, la vida no se puede patentar. Los seres humanos no pueden solicitar una patente que afecte a otro ser vivo que ya est¨¢ inventado. Sin embargo, los avances de la ciencia, en particular la posibilidad de aislar material gen¨¦tico ha venido debilitando aquel principio. Y desde la ¨²ltima d¨¦cada del siglo pasado el registro de patentes que incluyen secuencias gen¨¦ticas de organismos ha ido en aumento... tambi¨¦n en el mar.
"En algunos pa¨ªses, la legislaci¨®n permite registrar una patente sobre una secuencia gen¨¦tica", dice el investigador del Centro de Resiliencia de Estocolmo, un instituto de investigaci¨®n, independiente dedicado al desarrollo sostenible, y principal autor del estudio,?Robert Blasiak. "En otros, como EE UU y Australia se necesita un extra de invenci¨®n. En estos casos se patenta un proceso concreto en el que interviene una secuencia gen¨¦tica, por ejemplo un proceso de s¨ªntesis de un biocombustible en el que participa una determinada porci¨®n de ADN de un organismo vivo. En estos casos, tanto el proceso como la secuencia gen¨¦tica asociada son el objeto de la patente", explica Blasiak.
Secuencias gen¨¦ticas de casi 900 especies marinas ya est¨¢n sujetas a alguna patente internacional
Junto a un grupo de colegas, Blasiak acaba de publicar un estudio de las patentes relacionadas con la vida marina. El trabajo, aparecido en Science Advances, ha encontrado patentes internacionales que protegen (en el sentido de otorgar derechos exclusivos a su propietario) a casi 13.000 secuencias gen¨¦ticas pertenecientes a 862 especies marinas. La primera patente, de 1988, afecta a la anguila europea. Desde entonces, otros miles de porciones de especies han sido patentadas. Aunque hay secuencias de animales tan gigantescos como el cachalote o la mantarraya, el 73% de las patentes est¨¢n asociadas a microorganismos. Adem¨¢s de sus potenciales usos en medicina o en la industria, las min¨²sculas bacterias o arqueas no est¨¢n protegidas por el principio de no patentabilidad de la vida. Sin embargo, algunos mam¨ªferos, peces (16% de los registros) o moluscos (3%) no escapan a las patentes.
Concentraci¨®n
El grado de concentraci¨®n de las patentes en unas pocas manos es enorme. Aunque los autores del estudio encontraron varios centenares de solicitantes de patentes, la compa?¨ªa qu¨ªmica BASF tiene concedidas el 47% del total. "Creemos que una de las razones para este papel dominante es que el umbral de rentabilidad de este tipo de investigaci¨®n es muy alto, es caro acceder a los recursos gen¨¦ticos marinos, es caro investigar y realizar los posibles ensayos cl¨ªnicos asociados con su uso comercial y en todas estas actividades los plazos son muy inciertos y, en ocasiones, prolongados en el tiempo", recuerda Blasiak. Pero el caso de la qu¨ªmica alemana es tan extremo que escapa a esa l¨®gica.
El estudio tambi¨¦n muestra que, por tipo de propietario, el 84% de las patentes son de corporaciones privadas, un 12% de universidades y, el resto, de organismos o institutos p¨²blicos. Por pa¨ªses, una decena de ellos controla el 98% de las patentes, con Alemania (49%), EE UU (13%) y Jap¨®n (12%) muy destacados. Hay 165 pa¨ªses, muchos de ellos con mucho mar, que nunca han registrado una patente relacionada con una especie marina.
"No es sorprendente que la mayor parte de estas patentes est¨¦ en manos de empresas e instituciones basadas en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados" comenta el investigador del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa, Jes¨²s M. Arrieta. Son los que cuentan con "las tecnolog¨ªas necesarias para explotar estos recursos", a?ade. Arrieta, que no ha intervenido en este estudio, si analiz¨® la situaci¨®n en 2010, "Las conclusiones del art¨ªculo coinciden con las que obtuvimos entonces, donde ve¨ªamos que el 90% de las patentes relacionadas con recursos gen¨¦ticos marinos estaban en manos de unos pocos (10) pa¨ªses".
Para los ocean¨®grafos consultados, el genoma del oc¨¦ano deber¨ªa ser patrimonio com¨²n de la humanidad
Para el ocean¨®grafo Carlos Duarte, "la patentabilidad de los genes marinos no es mala en s¨ª, en t¨¦rminos de reconocer una contribuci¨®n intelectual de alguien que ha determinado su funci¨®n y posible aplicaci¨®n". Sin embargo, Duarte, director del Centro de Investigaci¨®n del Mar Rojo de la Universidad de Ciencia y Tecnolog¨ªa Rey Abdal¨¢ (Arabia Saud¨ª), cree que deber¨ªa ser compatible con "el car¨¢cter de patrimonio de la humanidad que el genoma del oc¨¦ano debe tener".
Blasiak ve estas patentes como un indicador de investigaci¨®n, desarrollo y progreso. "La consolidaci¨®n de la propiedad en manos de un peque?o n¨²mero de empresas es problem¨¢tica, pero esto podr¨ªa mitigarse mediante mecanismos voluntarios o regulatorios que provoquen que las empresas compartan m¨¢s informaci¨®n sobre las patentes: ?d¨®nde se recolectaron los genes? ?C¨®mo se rentabilizar¨¢n?" La cuesti¨®n de d¨®nde proceden los genes es clave. En las aguas m¨¢s all¨¢ de la jurisdicci¨®n nacional, dos tercios del oc¨¦ano, el acceso a los recursos gen¨¦ticos no est¨¢ regulado y no existe la obligaci¨®n de compartir ni la informaci¨®n ni los beneficios.
La ONU iniciar¨¢ en septiembre negociaciones sobre una nueva convenci¨®n sobre las aguas internacionales donde el genoma oce¨¢nico ser¨¢ uno de sus ejes. Entonces, dice Blasiak "los pa¨ªses tendr¨¢n que decidir si los recursos gen¨¦ticos encontrados en estas aguas ser¨¢n considerados como patrimonio com¨²n de la humanidad o deber¨ªan estar bajo el principio de libertad de altamar por el que el primero que llega, se lo lleva".
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