Los dos discursos sobre el aborto en el Congreso argentino que recorren el mundo
Durante 23 horas, la c¨¢mara argentina debati¨® la despenalizaci¨®n del aborto los pasados 13 y 14 de junio, en ese tiempo, dos mujeres destacaron por sus intervenciones, Gabriela Cerruti y Victoria Donda
Los pasados 13 y 14 de junio, en las calles argentinas, un grito un¨¢nime eriz¨® la piel. Era Argentina celebrando en las plazas y en las casas que despu¨¦s de mucha lucha, el Congreso hab¨ªa dicho s¨ª al derechos de las mujeres sobre sus cuerpos y su voluntad. Durante 23 horas, la c¨¢mara latinoamericana debati¨® sobre la despenalizaci¨®n aborto, el resultado fue "afirmativo". Nada de mayor¨ªas, 129 frente a 125.
Miles de j¨®venes, no tan j¨®venes, hombres y mujeres, esperaron durante horas ba?¨¢ndolo todo de un intenso color verde mientras llegaba ese enorme paso. Cuando el presidente de la C¨¢mara de Diputados Emilio Monz¨® dijo "resultado afirmativo, art¨ªculo 25 se comunicar¨¢ al honorable Senado", una ovaci¨®n de la mitad del hemiciclo interrumpi¨® el discurso. Los diputados del s¨ª se pusieron de pie entre corbatas desali?adas, abrazos, platos de comida sobre las mesas, botellines de agua semivac¨ªos y pa?uelos verdes en el suelo, atados a las mu?ecas, en alto. En la calle la emoci¨®n fue otra, una euforia intensa que desataba la esperanza en otra respuesta positiva, la del Senado, por donde ahora tiene que pasar la ley.?
En casi ese d¨ªa completo que a la pol¨ªtica argentina le cost¨® decantarse por reafirmar la independencia y la autonom¨ªa de las mujeres para decidir sobre su vida, destacaron algunos discursos. Combativos, emocionales pero cargados de contenido e impregnados de un hast¨ªo profundo por una legislaci¨®n que se manten¨ªa encallada en el pasado. Uno de ellos fue el de Victoria Donda (Buenos Aires, 1977), abogada, pol¨ªtica y activista por los Derechos Humanos, que habl¨® sobre aquellas mujeres "secuestradas, desaparecidas y obligadas a parir". "Como si ese ¨²tero fuera un bot¨ªn de guerra y el resultado del ¨²tero, que eran los beb¨¦s que nac¨ªan vivos, tambi¨¦n fu¨¦ramos un bot¨ªn de guerra".
Poco despu¨¦s habl¨® Gabriela Cerruti (Punta Alta, 1965), periodista, escritora y pol¨ªtica, diputada por Unidad Ciudadana. Su discurso, como el de Donda, se col¨® en medios internacionales, timelines de Twitter y posts de Facebook. Durante alrededor de ocho minutos, la representante habl¨® de lo personal para llegar a lo pol¨ªtico, y apunt¨® a que la ¨²nica obligaci¨®n que ten¨ªan como legisladores era ser capaces de representar la conciencia colectiva de ese momento. Esa conciencia colectiva que Cerruti defini¨® como "feminista, joven y con un pa?uelo verde" estaba en la calle, gritando por un cambio. Que tard¨® 23 horas en llegar, pero que lleg¨®.
La intervenci¨®n de Gabriela Cerruti en el Congreso argentino
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La verdad es que agradezco este cruce entre la biograf¨ªa y la historia que me permite estar hoy ac¨¢, en este debate, el debate de una Ley, de un derecho por el cual hemos luchado y venimos luchando hace tant¨ªsimos a?os. Estamos ac¨¢ por la historia que empez¨®, la larga lucha de la historia de las mujeres, pero que ac¨¢ en la Argentina, en particular, quiero nombrar sin duda algo que me enorgullece, que es el inicio de los encuentros de mujeres, que empieza all¨ª por el a?o 1988, durante el Gobierno del doctor Ra¨²l Alfons¨ªn [Chascom¨²s, 1927 - Buenos Aires, 2009, fue presidente de Argentina desde el 10 de diciembre de 1983 hasta el 8 de julio de 1989, abogado, estadista y defensor de los Derechos Humanos, recibi¨® en 1985 el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de Cooperaci¨®n Internacional].
Con todo, en aquel primer encuentro, con un barco tan transversal como quienes estamos hoy aqu¨ª, debatiendo esta Ley y apoyando este proyecto. Estaba all¨ª Florentina G¨®mez Miranda [Olavarr¨ªa, 1912 - Buenos Aires, 2011, fue una pol¨ªtica y activista femenina argentina, diputada durante el Gobierno de Alfons¨ªn por la Uni¨®n C¨ªvica Radical, y recordada por su intervenci¨®n en el Parlamento en los debates sobre la custodia compartida y el divorcio], estaba Mar¨ªa Elena Walsh [Ramos Mej¨ªa, 1930 - Buenos Aires, 2011, fue una poetisa, m¨²sica, escritora, dramaturga y compositora y una de las primeras mujeres en graduarse en la Universidad Nacional de Tucum¨¢n], estaba Mar¨ªa Luisa Bemberg [Buenos Aires, 1922 - 1995, directora de cine y guionista que puso el foco en la independencia, la emancipaci¨®n y la reivindicaci¨®n de los derechos de la mujer. Con Camila, en 1984, estuvo nominada a los ?scar como mejor pel¨ªcula extranjera], estaba nuestra querida compa?era Nilda Garr¨¦ [Buenos Aires, 1945, abogada, pol¨ªtica y exembajadora en Venezuela y la OEA, fue la primera mujer en ser ministra de Defensa y ministra de Seguridad durante la presidencia de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner] y tantos y tantas otras compa?eras que han venido luchando por estos derechos durante tanto tiempo.
La verdad es que nos dijeron alguna vez, no hace tanto, que los argentinos ¨¦ramos los hijos y las hijas de las abuelas de Plaza de Mayo, a m¨ª me gusta decir que somos las hijas y los hijos de esas locas viejas del pa?uelo blanco y ahora somos las madres y los padres de esas pibas locas del pa?uelo verde. Y los dos pa?uelos, unidos y entrelazados, y en di¨¢logo intergeneracional, est¨¢n construyendo la historia de conquista de derechos y de libertad en este pa¨ªs, en esta comunidad, y est¨¢n dando sin duda muchas veces lecciones al mundo.
La verdad es que durante todo el d¨ªa hemos escuchado cada cosa, hemos escuchado que el cuerpo de una mujer tiene que ser una heladera que conserve embriones, lo hemos escuchado comparado con el cuerpo de una perra que tiene que tener perritos para poder regalarlos, hemos escuchado a un diputado diciendo que por suerte solamente le apropiaron los hijos y los hicieron crecer secuestrados, silenciados, clandestinos, en casas de apropiadores, solamente eso le hicieron a las mujeres que parieron¡ Hemos escuchado todo eso y yo a veces me pregunto de qu¨¦ estamos hablando, de qu¨¦ estamos discutiendo, por qu¨¦ no aceptamos el desaf¨ªo de las pibas, de los pibes, que nos piden que nos deconstruyamos, que podamos repensarnos, que podamos darnos cuenta que el patriarcado ya se cay¨®, solamente no nos dimos cuenta, solamente todav¨ªa no queremos asumir que ya se cay¨® y se cay¨® porque esas pibas y esos pibes que est¨¢n hoy en la calle est¨¢n desencallando el futuro para volver a poner la utop¨ªa en el futuro y para volver a pensar en una sociedad con derechos.
Como dice el feminismo, lo personal es pol¨ªtico, yo por eso voy a traer algo personal, solo desde el lado ese, desde el lado de que lo personal es pol¨ªtico. Ac¨¢ se habla much¨ªsimo de los embriones, y de cu¨¢ndo empieza la vida y no. Y la verdad es que como dijo el diputado Lousteau [Mart¨ªn Lousteau, Buenos Aires, 1970, economista, pol¨ªtico, diplom¨¢tico y exembajador en Estados Unidos] y la diputada Donda [Victoria Donda, Buenos Aires, 1977, abogada, pol¨ªtica y activista por los Derechos Humanos] no pensamos lo mismo del embri¨®n, cuando se descarta el embri¨®n, eso se guarda en una heladera, hoy dec¨ªa el fil¨®sofo Malamut [Andr¨¦s Malamud, polit¨®logo uruguayo], guardado en una heladera nadie es persona, o sea, si hay algo que es un embri¨®n y que se puede guardar en una heladera no estamos hablando de una persona.
Yo voy a traer una historia personal. Yo llev¨¦ adelante un aborto voluntario cuando ten¨ªa 26 a?os, tengo dos hijos y perd¨ª tres embarazos. Fue menos traum¨¢tico, menos triste, menos grave, menos todo, el aborto voluntario porque era voluntario, porque era una decisi¨®n. Cuando los abortos fueron involuntarios, el embri¨®n ten¨ªa tal vez en algunos casos m¨¢s semanas y, sin embargo, como era deseado, como era buscando, como era lo que yo quer¨ªa, fue mucho m¨¢s triste. Fue mucho m¨¢s problem¨¢tico, y yo creo que esa es la discusi¨®n que no nos estamos permitiendo dar.
Porque la diferencia entre el aborto voluntario y el aborto involuntario es el deseo y lo que no queremos discutir es que las mujeres tengamos derecho a ejercer nuestro deseo, tengamos derecho a ejercer nuestra libertad, lo que no queremos discutir es que las mujeres tengamos derecho a elegir nuestro poder, y no lo queremos discutir porque hombres y mujeres en el patriarcado, y no solamente hombres, tambi¨¦n hemos escuchado hoy a muchas mujeres aqu¨ª, se niegan a soltar un poco ese poder porque creen que queremos gobernar sobre hombres, no queremos gobernar sobre otros, no se?ores, queremos gobernar sobre nosotras mismas, no queremos gobernar sobre los hombres, queremos gobernar sobre nuestros cuerpos, queremos gobernar sobre nuestro deseo, queremos gobernar sobre nuestros sue?os.
Las mujeres no creemos que el poder es una ecuaci¨®n cero, y que hay que sacarle al otro para tener poder, las mujeres sabemos que somos el poder, que tenemos el poder, que el poder est¨¢ en nosotras y que no se lo sacamos a nadie.
Rel¨¢jense, el ¨²nico Palacio de Invierno que queremos conquistar es el de nuestra vida, la ¨²nica Bastilla que queremos derrocar es la de aquellos que nos impiden llevar adelante nuestros sue?os y nuestros deseos.
Seamos capaces de mirar un poco por afuera de esta mansi¨®n, de estos cortinados, de estas alfombras, salgamos del pasado. Yo s¨¦ que este edificio monumental a veces nos lleva a no darnos cuenta que estamos repitiendo discusiones de hace much¨ªsimo tiempo, discusiones de siglos atr¨¢s. Seamos capaces de deconstruirnos y de pensarnos, seamos capaces de entender que cuando hablamos de sororidad, las mujeres de lo que estamos hablando es de que el sufrimiento no es privado, la alegr¨ªa no es privada, somos capaces de generar empat¨ªa y lo hemos hecho en este proceso. Y no quiere decir que todas las mujeres y los hombres que estamos juntos en este proceso nos hicimos amigos o nos queremos, quiere decir que tenemos la decisi¨®n ¨¦tica y pol¨ªtica de compartir una visi¨®n de una sociedad m¨¢s justa, donde tenga derechos.
?Qu¨¦ vienen a hablarme del embri¨®n que no puede ser descartado? Lo descartan cuando tiene 5, 10, 15 a?os, el embri¨®n tiene que nacer para darlo en adopci¨®n, pero no se lo van a dar en adopci¨®n a una pareja homosexual. ?Qu¨¦ m¨¢s quieren hacer para normativizar la vida de los otros?
La discusi¨®n que hoy estamos dando es que cada uno puede vivir la vida a su manera y que las mujeres tenemos derecho a poder ejercer nuestra libertad y nuestro deseo, y que nuestro cuerpo, ese cuerpo gestante que aparece en la ley como cuerpo gestante, porque de eso se trata, no es una heladera, no es una perra, no es algo sobre lo que nosotros ac¨¢ podamos decidir, que es lo que estamos haciendo.
Yo les digo solamente una cosa. Ac¨¢ se habla de libertad de conciencia, yo no tengo libertad de conciencia cuando estoy ac¨¢ dentro, legislando y votando, porque a m¨ª no me votaron por mis convicciones personales, a m¨ª no me votaron por mi religi¨®n, a m¨ª no me votaron por lo que yo siento o pienso en alg¨²n lugar, o por la literatura que leo o por los libros que leo.
A m¨ª me votaron para representar un momento hist¨®rico, para representar las demandas de un momento hist¨®rico, yo no tengo ¨ªntimas convicciones cuando estoy ac¨¢ dentro; mis convicciones son pol¨ªticas, son p¨²blicas. Como legisladores, la ¨²nica obligaci¨®n que tenemos es ser capaces de representar el sujeto que mejor exprese el mayor punto de conciencia colectiva de la comunidad en un momento y ese mayor punto de conciencia colectiva de la comunidad argentina hoy, ese sujeto, est¨¢ all¨¢ afuera, en la calle, tiene un pa?uelo verde, es feminista y es joven. No los queremos afuera de esta historia.
La sesi¨®n completa sobre la despenalizaci¨®n del aborto en el Congreso argentino
Aqu¨ª puedes ver la sesi¨®n completa que dio paso a un "s¨ª" al aborto el pasado 14 de junio en la c¨¢mara argentina tras 23 horas de debate.
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