La mirada torcida de la justicia
El caso de La Manada contiene todos los elementos del machismo m¨¢s feroz e insultante
La decisi¨®n del tribunal que impuso nueve a?os de prisi¨®n a los miembros de La Manada se ajusta a derecho. Los cinco condenados han cumplido ya casi dos a?os de prisi¨®n provisional y a¨²n no hay sentencia firme. No es la primera vez que se toma una resoluci¨®n como esta ni ser¨¢ la ¨²ltima, pero es evidente que dos de los tres jueces de Pamplona que les dejan ahora en libertad no han tenido en cuenta las connotaciones especiales de este caso, que tanto han irritado a la sociedad. En ello han colaborado muy activamente los propios acusados, pero tambi¨¦n los mismos magistrados que les juzgaron.
En Espa?a se producen oficialmente cada d¨ªa cuatro violaciones, pero no todas ellas van acompa?adas ni de una falta de reconocimiento del delito por parte de la justicia ni de un voto discrepante tan humillante para la v¨ªctima ni del vil intento de los agresores de culpabilizar a la agredida. Algunos juristas aseguran que la sentencia del tribunal del pasado 26 de abril es jur¨ªdicamente correcta. Pero la ampl¨ªsima argumentaci¨®n sobre los hechos probados recogidos en el veredicto no fue capaz de convencer a casi nadie de que all¨¢ donde los jueces vieron abuso sexual con prevalimiento hubo, en realidad, una violaci¨®n grupal en toda regla.?
El caso de La Manada contiene todos los elementos del machismo m¨¢s feroz e insultante no solo hacia las mujeres; tambi¨¦n hacia los valores que defiende hoy la sociedad espa?ola. El intento de los acusados de demostrar que la v¨ªctima no solo se hab¨ªa prestado a sus juegos sexuales, sino que hac¨ªa alarde de desinhibici¨®n en las redes sociales tras la agresi¨®n alert¨® sobre el c¨®digo ¨¦tico de los miembros de La Manada y de sus abogados.
Llovi¨® sobre mojado cuando se conoci¨® la sentencia, pero, sobre todo, cuando el voto discrepante de uno de los jueces, Ricardo Gonz¨¢lez, se explay¨® en consideraciones vejatorias hacia la v¨ªctima. Aquella agresi¨®n sexual en un oscuro portal la noche de San Ferm¨ªn de 2016 fue para el magistrado poco menos que una org¨ªa en la que la joven agredida fue la primera en disfrutar del encuentro. En los votos discrepantes que defienden la inocencia de los acusados, los jueces se suelen limitar a explicar que no ven delito en los hechos probados. Esa pormenorizada e hiriente descripci¨®n de lo ocurrido levant¨® una oleada de indignaci¨®n que todav¨ªa perdura. En su larga exposici¨®n exculpatoria, Gonz¨¢lez no crey¨® oportuno explicar las razones por las cuales despu¨¦s de un encuentro sexual tan gozoso, seg¨²n su criterio, esos chicos tan estupendos se van dej¨¢ndo sola a su compa?era sexual, uno de ellos le roba el m¨®vil y lo inutiliza y, finalmente, ella se sienta en un banco callejero a llorar desconsoladamente.
Las reacciones a esta nueva decisi¨®n judicial no se han hecho esperar. No es para menos. Ya hay movilizaciones convocadas. Uno de los que han suscrito la libertad provisional es el magistrado Gonz¨¢lez, lo que es coherente con su apreciaci¨®n de lo ocurrido. A la espera del auto, cabe preguntarse tambi¨¦n por qu¨¦ los dos magistrados que les ponen en libertad consideran que no se da la circunstancia de reiteraci¨®n delictiva. Es verdad que solo hay un 5% de reincidencia en los delincuentes sexuales, pero los miembros de La Manada tienen una causa abierta por presunto abuso sexual en Pozoblanco (C¨®rdoba). ?No es ese un dato a valorar?
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