Un pacto decisivo
El acuerdo salarial liquida el ajuste social y cambia la estrategia econ¨®mica
El acuerdo salarial firmado ayer por la patronal CEOE y los sindicatos CC?OO y UGT supone un cambio estrat¨¦gico dr¨¢stico para la econom¨ªa espa?ola durante los pr¨®ximos dos a?os. La primera raz¨®n es que se trata de un acuerdo largamente buscado, que pone fin a la estrategia de recortes salariales puestos en pr¨¢ctica como principal remedio contra los efectos de la recesi¨®n. Podr¨ªa decirse que el acuerdo da por finiquitado el ajuste social aplicado de forma inmisericorde al menos desde 2012 para conseguir la recuperaci¨®n macroecon¨®mica. Con este pacto ¡ªen realidad, una recomendaci¨®n suscrita por las partes¡ª, los trabajadores tambi¨¦n dar¨¢n por superada, al menos formalmente, la crisis que empez¨® en 2007.
Es tambi¨¦n un ejercicio de justicia reclamado al menos desde 2015. Los salarios han sido, hasta ayer lunes, el ¨²nico factor excluido de la celebrada recuperaci¨®n general. El pacto salarial ¡ªsubida en torno al 2%, m¨¢s otro 1% en funci¨®n de los beneficios y la expectativa de elevar los salarios m¨¢s bajos hasta los 14.000 euros anuales y un margen amplio para negociar las revisiones¡ª tiene adem¨¢s un impacto pol¨ªtico evidente. El clima social cambia con este acuerdo, alineado oportunamente con el cambio de Gobierno (aunque el ¨²ltimo Ejecutivo de Rajoy presion¨® mucho para conseguirlo); permite inyectar una cierta estabilidad salarial en las proyecciones de consumo y alienta la presunci¨®n optimista de que la subida salarial recomendada podr¨¢ prolongarse durante los a?os siguientes, quiz¨¢ aumentada.
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La racionalidad econ¨®mica exig¨ªa este acuerdo tanto o m¨¢s que el esfuerzo para reducir el d¨¦ficit y recuperar la solvencia financiera del Estado (por cierto, un objetivo que todav¨ªa no se ha conseguido plenamente). Los empresarios se liberan de los da?os en la productividad que generaba la restricci¨®n de las retribuciones. No hay motivos para temer una subida salarial pactada, porque el aumento de las rentas debe contribuir a elevar el consumo y, por otra parte, las subidas de salarios tienen impactos reducidos o inexistentes sobre las cuentas de resultados si se acuerdan por debajo del crecimiento de la productividad. De hecho, constituyen un apoyo importante para el crecimiento de los pr¨®ximos a?os, muy necesario para afrontar la leve desaceleraci¨®n econ¨®mica que se avecina.
El pacto introduce adem¨¢s dos aspectos laborales muy estimulantes. Los salarios m¨¢s bajos se intentar¨¢n aproximar a los 14.000 euros anuales; un esfuerzo meritorio si se tiene en cuenta que el deterioro de las rentas salariales es una de las principales causas del aumento de riesgo de pobreza en Espa?a. Adem¨¢s, es el primer paso para negociar medidas correctoras de lacras laborales como la subcontrataci¨®n. Quiz¨¢ no se resuelvan de forma inmediata, pero el camino est¨¢ abierto.
El acuerdo demuestra que la percepci¨®n econ¨®mica ha mejorado y que, a partir de este pacto, las estrategias econ¨®micas ser¨¢n muy diferentes. Ya no es posible pensar solo en t¨¦rminos de ajuste social, salarial y, probablemente, presupuestario. Ahora cumple aplicarlo.
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