Los aliados m¨¢s extravagantes de la medicina
Sapos, ratas, hormigas, abejas, perros... Cuando la tecnolog¨ªa es demasiado cara, as¨ª ayudan los animales a diagnosticar enfermedades
Dispositivos de tomograf¨ªas por emisi¨®n de positrones, secuenciadores masivos de ADN, robots cirujanos, gafas de realidad virtual para cirujanos, ec¨®grafos de bolsillo... La progresiva tecnificaci¨®n de la medicina, especialmente en los hospitales, con aparatos cada vez m¨¢s complejos y avanzados, es innegable. Pareciera que para dar cualquier paso en un diagn¨®stico o tratamiento tuvi¨¦ramos que recurrir obligatoriamente a un artilugio de alta tecnolog¨ªa. Sin embargo, no siempre fue as¨ª o, mejor dicho, casi nunca fue as¨ª. La historia de la medicina es casi tan antigua como el hombre y el uso de complicados cachivaches por profesionales sanitarios es un fen¨®meno relativamente reciente en el tiempo.
En el pasado, los m¨¦dicos ten¨ªan que conformarse con lo poco que hab¨ªa para diagnosticar y tratar a sus pacientes y ello foment¨® pr¨¢cticas muy originales. Al fin y cabo, la necesidad es la madre del ingenio. Incluso hoy en d¨ªa, en zonas rurales remotas o en pa¨ªses pobres, la medicina se ejerce con lo m¨¢s b¨¢sico y la alta tecnolog¨ªa brilla por su ausencia. En estos casos, el ingenio para conseguir lo m¨¢ximo a partir de lo m¨¢s sencillo se convierte en imprescindible. As¨ª, ?si la tecnolog¨ªa es demasiado cara para emplearla en medicina, por qu¨¦ no recurrir a la naturaleza?
Podr¨ªa parecer poco heterodoxo, incluso extravagante, pero lo cierto es que diferentes especies animales han ayudado a los humanos en la pr¨¢ctica de la medicina, tanto en el pasado como en el presente. Por ejemplo, textos antiguos de hace milenios ya explicaban c¨®mo las hormigas sol¨ªan arremolinarse en torno a la orina de determinadas personas afectadas por diabetes. ?La raz¨®n? Un incremento de la cantidad de glucosa (com¨²nmente mal llamado "az¨²car") en la orina atra¨ªa a las hormigas, que se alimentaban de ella. En ese sentido fueron unas pioneras en el diagn¨®stico?qu¨ªmico de la diabetes. Tendr¨ªamos que esperar al siglo XVII, cuando el valeroso Thomas Willis tom¨® la iniciativa para catar el pis y diagnosticar as¨ª la diabetes por su sabor dulce.
Las hormigas fueron unas pioneras en el diagn¨®stico 'qu¨ªmico' de la diabetes
No menos original es recurrir a batracios como pruebas r¨²sticas de embarazo. Nos referimos al famoso test de la rana. Se emple¨® intensivamente hasta mediados del siglo XX para confirmar el estado de se?oritas con sospechas de estar encintas pero, a¨²n hoy en d¨ªa, se sigue utilizando en pa¨ªses sudamericanos por su sencillez y bajo coste. El principio por el que funciona es ciertamente curioso: al inyectar orina de una mujer embarazada a una rana o sapo hembra bajo su piel, la hormona gonadotropina cori¨®nica humana (elevada durante el embarazo) induce la ovulaci¨®n del animal, que pondr¨¢ huevos en un plazo de 24 horas, confirm¨¢ndose as¨ª el estado de embarazo. Sin duda, se trata de una soluci¨®n elegante por su sencillez, aunque ciertamente no muy glamurosa, antes del desarrollo de los modernos test de embarazo.
A veces, la vida puede tener un peculiar y sarc¨¢stico sentido del humor. Cuando pensamos en ratas, inmediatamente las asociamos con pobreza, malas condiciones higi¨¦nicas y transmisi¨®n de enfermedades. En Mozambique, sin embargo, cr¨ªan y entrenan a ratas gigantes para diagnosticar la tuberculosis de forma r¨¢pida, precisa y barata (solo 30 c¨¦ntimos de d¨®lar al d¨ªa). Gracias al agudo sentido del olfato que poseen estos roedores, son capaces de reconocer el olor t¨ªpico que desprenden las muestras de esputo (secreci¨®n de las v¨ªas respiratorias) de las personas afectadas por la enfermedad. Son capaces de revisar 70 muestras en 10 minutos. Es mucho m¨¢s eficiente que un t¨¦cnico de laboratorio que tardar¨ªa dos d¨ªas en confirmar el diagn¨®stico. La atrevida idea, desarrollada por la ONG belga Apopo, ha permitido confirmar diagn¨®sticos de decenas de miles de personas en un pa¨ªs pobre como Mozambique, con recursos escasos y una elevada incidencia de tuberculosis.
En el campo de la tuberculosis, parece que no s¨®lo las ratas son una opci¨®n para diagnosticarla. Estudios cient¨ªficos han revelado la gran sensibilidad de las abejas para reconocer el olor que libera la bacteria de la tuberculosis. Por ello, diversos expertos han planteado la posibilidad de entrenar abejas, al igual que las ratas, para diagnosticar la enfermedad de forma sencilla y barata. La ventaja adicional de estos insectos frente a los roedores es que resultar mucho m¨¢s sencillo y barato criarlas y mantenerlas (adem¨¢s de dar rica miel). Adem¨¢s, las abejas no s¨®lo podr¨ªan resultar ¨²tiles para detectar la tuberculosis, sino que tambi¨¦n podr¨ªan serlo para detectar ciertos tipos de c¨¢ncer como de piel y pulm¨®n. Aunque en este campo s¨®lo se ha planteado de forma experimental.
En Mozambique cr¨ªan y entrenan a ratas gigantes para diagnosticar la tuberculosis de forma r¨¢pida, precisa y barata
Tras hablar sobre hormigas, ranas, sapos, ratas y abejas como aliados para la medicina no pod¨ªamos olvidar al mejor amigo del hombre: el perro. Su papel esencial en la detecci¨®n de drogas o de personas enterradas bajo escombros, gracias a su portentoso olfato, es conocido por todos. Lo que es bastante desconocido es su gran habilidad para detectar y avisar con antelaci¨®n a sus due?os diab¨¦ticos de ataques de hipoglucemia o hiperglucemia (glucosa en sangre demasiado baja o demasiado alta, respectivamente). De hecho, existen programas de entrenamiento estandarizado para adiestrar a los denominados perros de alerta de diabetes.
De nuevo, el agudo olfato de los perros, junto con la capacidad para detectar el sudor o ciertos temblores previos a un ataque, son la clave de su habilidad especial para detectar los cambios de glucosa en sangre antes incluso de que la persona diab¨¦tica muestre s¨ªntomas. As¨ª, al reconocer un posible ataque, el perro realiza una tarea espec¨ªfica (ladrar, sentarse o tumbarse) para alertar a la persona para que ¨¦sta pueda tomar medidas inmediatamente: ya sea ingerir comida rica en hidratos de carbono o pastillas de glucosa para ataques hipogluc¨¦micos o inyectarse insulina ante ataques de hiperglucemia. Y es que, diabetes a parte, m¨²ltiples estudios reflejan los beneficios para salud que tiene convivir con este peludo y fiel animal. No es ninguna exageraci¨®n, por tanto, afirmar que el animal que mayor beneficio terap¨¦utico ha aportado a la humanidad como leal cuidador es el perro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.