El m¨¦dico enajenado por la guerra de Vietnam que convierte su locura en arte
Patrick Dillon volvi¨® de Vietnam enajenado mentalmente. Pero la creatividad le salv¨® del caos
Nunca ha usado Internet, ni un ordenador, ni un tel¨¦fono m¨®vil. ¡°Cuando alguien me sugiere que me compre un m¨®vil es como si me pidiera que me inyecte hero¨ªna¡±, asegura Patrick Dillon en su casa-estudio de Harlem. Es un artista sin porfolio, sin acceso a galer¨ªas, que aspira a crear un museo con su obra en Rockaways, abierto a todo el que tenga curiosidad por adentrarse en su complejidad mental. Su rasgo m¨¢s distintivo es el tatuaje de una diana sobre su cabeza rapada.
Su vida est¨¢ marcada por la guerra de Vietnam, donde trabaj¨® como m¨¦dico. Se hab¨ªa alistado ?voluntariamente, ¡°quer¨ªa participar en ese gran momento hist¨®rico de Am¨¦rica¡±, explica, y desert¨® cuando los estadounidenses empezaron a bombardear Han¨®i teniendo por objetivos hospitales llenos de ?civiles. Sus contactos lo redimieron de una condena de por vida en la c¨¢rcel. Lleva 25 a?os sin hablar con su familia: no sabe si est¨¢n vivos o muertos.
¡°Me he pasado la vida tratando de compensar el da?o que hicimos en Vietnam¡±, dice Dillon, que estuvo en los campos de refugiados de Somalia en 1992 (donde fue secuestrado en cuatro ocasiones), en Yugoslavia en 1998, en la Zona Cero en Nueva York en 2001, en Bagdad en 2003, ayudando a las v¨ªctimas del hurac¨¢n Katrina en Nueva Orleans en 2005 y en Hait¨ª tras el terremoto en 2010.
A su regreso de Vietnam, pas¨® una temporada en un monasterio y otra en un psiqui¨¢trico. Despu¨¦s empez¨® a trabajar en la industria del cine: primero en departamentos de arte, luego como productor y finalmente como guionista de ¨¦xito (Somewhere In The City, Hallucination). Fue el protagonista de la pel¨ªcula World Without End (mundo sin fin), coproducida por el Canal 4 brit¨¢nico y dirigida por Richard Kroehling; una cinta visionaria que se estren¨® en 1999 y que parte de la cr¨ªtica ?catalog¨® como ¡°apocal¨ªptica¡±. En ella, Patrick Dillon se interpreta a s¨ª mismo recorriendo Estados Unidos en bicicleta tras regresar de la guerra; los personajes que va encontrando a su paso denotan la alienaci¨®n del pa¨ªs. Durante aquellos a?os en Hollywood, cay¨® en la adicci¨®n al alcohol y a la coca¨ªna y acab¨® en un hotel de Times Square intentando suicidarse.
La creatividad lo salv¨® de la locura; lleva 25 a?os creando obra compulsivamente con basura. ¡°La basura es el mal end¨¦mico de nuestra sociedad, del capitalismo. La basura nos devorar¨¢¡±, enfatiza. Los temas m¨¢s recurrentes de sus obras son la guerra qu¨ªmica, la violencia infantil, el espect¨¢culo circense de la pol¨ªtica (Donald Trump, Putin y Kim Jong-un son protagonistas recurrentes de sus obras), el capitalismo y la cultura de la banalidad, liderada, seg¨²n ¨¦l, por Kim Kardashian. Todos sus objetos forman parte de una serie titulada Los hijos del agente naranja, el herbicida que los americanos arrojaron en Vietnam asesinando y mutilando a m¨¢s de 400.000 personas. En torno a 500.000 ni?os nacieron con malformaciones cong¨¦nitas. ¡°A m¨ª me han extirpado varios tumores¡±, afirma, ¡°los m¨¦dicos me aseguraron que mis hijos saldr¨ªan con deformidades. En dos ocasiones tuve que rogar a mi pareja que abortara¡±.
Lo tiene as¨ª de claro: ¡°Pienso morirme a los 150 a?os. Tengo que hacer mi museo. Tengo ideas para 3.000 guiones de cine, hay 40 pel¨ªcu?las que quiero dirigir y tengo que alimentar a los p¨¢jaros que vienen cada d¨ªa a que les d¨¦ de comer¡±. A la pregunta de cu¨¢nto tiempo lleva solo, Patrick Dillon, que estuvo casado en tres ocasiones, responde: ¡°Llevo solo mil a?os. Llevo solo desde que estaba en el vientre de mi madre¡±.
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