San Ferm¨ªn

Vivimos sin duda una ¨¦poca dorada del ingenio espa?ol (perd¨®n por el gentilicio). Se nos llenan las calles de talentudas manadas de aparentes ignorantes/as capaces de juzgar sin apelaci¨®n a los jueces: el Par¨¢clito ha descendido, en forma de revoluci¨®n. Los no tocados por la gracia esperamos nuestra reforma mental. La zancadilla de censura ha convertido el compadreo y el dedazo de toda la vida en el mejor concurso de m¨¦ritos imaginable. Ahora por fin los leones pastar¨¢n junto a los corderos o si no se los comer¨¢n igual que siempre, pero con buenas maneras. Y Pablo Iglesias est¨¢ como nunca, est¨¢ como nunca¡­

En este Camelot (pron¨²nciese ¡°camelo¡±), para m¨ª que destaca Joseba Asir¨®n, alcalde de Pamplona. ?Asir¨®n, Asir¨®n, el euskera campe¨®n! Ha declarado que los sanfermines no se conciben ya sin los encierros pero que en cambio las corridas¡­ Vamos, lo que opina TVE desde hace muchos a?os (y ahora, ni les digo). Sin embargo, creo que Asir¨®n tiene un plan que va m¨¢s lejos y m¨¢s hondo, aunque su natural modestia le impide explicitarlo. Me atrevo a interpretarle. En nuestros d¨ªas de ajustes presupuestarios, nada mejor que soltar en los encierros toros que luego no sean lidiados. Con seis toros y un par de sobreros, bastar¨ªa para todos los sanfermines. ?Imag¨ªnense el ahorro, toros reutilizables! Los encierros ganar¨ªan en emoci¨®n, porque los toros resabiados ser¨ªan al final casi tan listos como el alcalde y los ¨²ltimos d¨ªas s¨®lo correr¨ªan ante ellos los verdaderos maestros y los suicidas. ?Esos chulos de la Manada, ah¨ª os quiero ver! El p¨²blico se familiarizar¨ªa con los morlacos, se aprender¨ªa sus nombres, celebrar¨ªa a los m¨¢s pr¨®digos en cornadas. Incluso podr¨ªan volver al a?o siguiente, a petici¨®n popular¡­ Y todo eso, ahorrando. ?Asir¨®n, Asir¨®n!