Di¨¢logo unilateral

Quim Torra quiere negociar de t¨² a t¨² con el Gobierno. Es una reivindicaci¨®n cl¨¢sica del independentismo, que quiere una relaci¨®n bilateral con Espa?a, y no multilateral como las dem¨¢s autonom¨ªas. En el ¨²ltimo mes ha habido gestos que han confirmado esa posici¨®n. La l¨ªder de la oposici¨®n en Catalu?a, In¨¦s Arrimadas, se neg¨® el mes pasado a reunirse con Torra hasta que no se distancie del plan independentista de Puigdemont y quite un gran lazo amarillo de la fachada de la Generalitat. Arrimadas perdi¨® la oportunidad de demostrarle que gobierna una autonom¨ªa en la que ella gan¨® las elecciones. A Torra posiblemente le habr¨ªa molestado la normalidad institucional. Prefiere perpetuar una sensaci¨®n de excepcionalidad, a la que contribuy¨® inevitablemente Arrimadas.

Estos d¨ªas, la ministra de Pol¨ªtica Territorial, Meritxell Batet, ha hablado de que Catalu?a exige una ¡°respuesta espec¨ªfica¡±. Es cierto. Por mucho que el constitucionalismo quiera traer de vuelta al Govern hacia el autonomismo, es obvio que las relaciones con Catalu?a son excepcionales. Hablar de infraestructuras o financiaci¨®n no parece suficiente.

Pero esta distensi¨®n del Gobierno se produce mientras en ERC se habla de que el autonomismo ha muerto y en el PDeCAT de que la v¨ªa unilateral sigue viva. Torra ha hablado de reeditar el 1 de octubre, y ha usado la neolengua independentista: lo que tienen que hacer es ¡°ir creando el momento¡±. No parece muy sensato pensar que esto son solo palabras, especialmente cuando no se cumple todav¨ªa un a?o del golpe parlamentario de los d¨ªas 6 y 7 de septiembre, el 1 de octubre y la declaraci¨®n unilateral de independencia (DUI) de finales de ese mes. El Gobierno cede siendo consciente de que la otra parte no parece dispuesta, y propone una distensi¨®n unilateral. Da la sensaci¨®n de que Batet ofrece al independentismo recuperar competencias, revisar art¨ªculos del Estatut rechazados por el Constitucional, y mayor inversi¨®n p¨²blica solo para que no vuelvan a la ilegalidad y la unilateralidad. Esta tesis es algo que molesta a independentistas y catalanistas: que el independentismo se puede comprar.

El di¨¢logo entre S¨¢nchez y Torra tiene que ser sin cortapisas, como se ha dicho. Est¨¢ bien que sea as¨ª. Resultar¨ªa rid¨ªculo que hubiera temas vetados. Torra puede pedir un refer¨¦ndum y S¨¢nchez puede neg¨¢rselo. Resulta sorprendente que el independentismo considere esto una ¡°gran victoria¡±, como afirm¨® Joan Tard¨¤. El l¨ªder de ERC de hecho vot¨® en el Congreso a favor de la nueva RTVE con la ¨²nica condici¨®n de que S¨¢nchez y Torra pudieran hablar de todo, incluido el refer¨¦ndum. Transmite una sensaci¨®n de derrota. Parece que solo le importa poder decir que hablaron del refer¨¦ndum, a pesar de que lo har¨¢n desde posturas antag¨®nicas. El independentismo quiere volver a tener la iniciativa. El nuevo Gobierno se la ha quitado, pero no puede caer en el error de darle demasiado a quien nunca se puede quedar satisfecho.