El talism¨¢n de la selecci¨®n inglesa es un chaleco de 80 euros

El mi¨¦rcoles, Inglaterra se enfrenta a Croacia en lo que ser¨¢ su tercera aparici¨®n en las semifinales de un Mundial de F¨²tbol. La primera fue en 1966, y el combinado de los tres leones termin¨® ganando aquel torneo, que jug¨® como local. La siguiente fue en Italia 90, y cayeron en la tanda de penaltis ante Alemania. La imagen de aquel partido fueron las desconsoladas l¨¢grimas de Paul Gascoigne tras la eliminaci¨®n. Las de este mi¨¦rcoles, pase lo que pase al final del encuentro, ser¨¢ la de una naci¨®n que se ha conjurado para clasificarse para su segunda final ataviada con un¡­ chaleco. En un giro inesperado de los acontecimientos, Inglaterra no solo se ha colado entre los cuatro mejores de este Mundial con una generaci¨®n de futbolistas de la que poco cab¨ªa esperar, sino que, adem¨¢s, su entrenador, Gareth Southgate (Reino Unido, 1970), se ha convertido en un icono de estilo gracias al chaleco de Marks & Spencer que luce en cada partido del equipo. La prenda, que cuesta unos 80 euros ¨Cjusto lo mismo que la r¨¦plica de la camiseta dise?ada por Nike que visten los jugadores¨C ha despertado un renovado furor por el controvertido chaleco, una de esas prendas que cuesta bastante saber si son signo de ponderada elegancia o mamarrachada ret¨®rica.

La prensa brit¨¢nica ya ha declarado este mi¨¦rcoles como el mi¨¦rcoles del chaleco. Las ventas de la prenda han subido un 35% en estas semanas y una ONG dedicada a la investigaci¨®n del c¨¢ncer ha orquestado una campa?a de donaciones a trav¨¦s de la adquisici¨®n y exhibici¨®n de esta cosa sin mangas durante el partido del mi¨¦rcoles. Incluso la marca Huawei public¨® un tuit en el que promocionaba el zoom de la c¨¢mara de su ¨²ltimo modelo de smartphone con una imagen al detalle de un punto del chaleco donde pod¨ªa leerse cosida la leyenda ¡°it¡¯s coming home¡± (se viene para casa). La frase es una referencia al cl¨¢sico tema que compusieron Baddiel, Skinner y Lightning Seeds para la selecci¨®n inglesa en la Eurocopa de 1996, que se jug¨® en las islas y en la que el combinado ingl¨¦s tambi¨¦n alcanz¨® las semifinales, cayendo, como es tradici¨®n, en los penaltis contra Alemania. De hecho, la tanda de penas m¨¢ximas con la que eliminaron a Colombia en octavos de final de este Mundial de Rusia es la primera que ganan los ingleses en toda la historia de los mundiales.

Los motivos por los que Gareth Southgate, antiguo marine, futbolista de equipos como Aston Villa o Crystal Palace y preparador de clubes como el Middlesbrough, luce la prenda tienen que ver tanto con esa nueva sensibilidad est¨¦tica que ha invadido el vestuario de los preparadores de clubes de f¨²tbol como con el supuesto homenaje que el ingl¨¦s rinde a su padre, quien al parecer gustaba de vestir chaleco hasta para bajar a comprar t¨¦.

Seg¨²n narra en The Guardian el cr¨ªtico Nichola Lezard a prop¨®sito de esta renovada fiebre por este atav¨ªo, su origen se encuentra en Nepal, donde el propio escritor adquiri¨® su primer chaleco hace dos d¨¦cadas. Desde entonces, en contra de las modas y de lo complicado que ha sido hasta hace poco para un hombre vestir algo cuya utilidad es nula a no ser que lleves reloj de bolsillo, Lezard ha sido un defensor convencido del chaleco. De cualquier modo, el hombre tiene sus dudas sobre la forma en que lo viste Southgate. A diferencia del preparador, ¨¦l es de la escuela de dejar el bot¨®n inferior sin abrochar, algo que al parecer data de la ¨¦poca de Eduardo VII, un tipo demasiado orondo como para ser capaz de abrocharse el chaleco entero sin reventarlo. Eso s¨ª, Lezard defiende la opci¨®n del seleccionador ingl¨¦s de vestirlo sin americana, aunque en Marks & Spencer igual no est¨¢n tan contentos con esto ¨²ltimo, pues tambi¨¦n venden el traje de tres piezas oficial de la selecci¨®n por 300 euros. Ahora mismo deben tener miles de pantalones y americanas hu¨¦rfanas.

Sea como sea, lo que est¨¢ claro es que este mi¨¦rcoles ser¨¢ el d¨ªa del chaleco en Inglaterra y algunos fans est¨¢n informando de su intenci¨®n de vestirlo sobre la camiseta oficial de la selecci¨®n, algo que no har¨ªa ni Lezard, ni Eduardo VII ni mucho menos el padre de Southgate, pero que est¨¢ mucho m¨¢s en sinton¨ªa con la idea del seguidor del combinado ingl¨¦s que tiene el mundo. Que est¨¦n en semis ya es bastante sorpresa, tampoco hace falta que ahora se conviertan todos en finos. El mundo igual est¨¢ preparado para que ganen otro Mundial, pero no para que, de golpe, sean la afici¨®n m¨¢s elegante del planeta. Para eso est¨¢n los franceses.