Judith Clark, la comisaria de la moda
Esta arquitecta australiana se ha convertido en un revulsivo del dise?o de exposiciones de moda. Sus innovadoras puestas en escena han conquistado los principales museos del mundo
Lleva 20 a?os organizando exposiciones de moda. La ¨²ltima la ha tra¨ªdo a Espa?a, a Getaria para ser m¨¢s precisos. La australiana Judith Clark ofrece una lectura fresca sobre la trayectoria del dise?ador Crist¨®bal Balenciaga en la muestra Moda y patrimonio, que puede visitarse en el Museo Balenciaga hasta el pr¨®ximo mes de enero de 2019. ¡°Aqu¨ª buscaba que la instalaci¨®n se sintiera contempor¨¢nea¡±, se?ala. ¡°Quer¨ªa que fuera una acumulaci¨®n de conversaciones, no solo conmigo, sino con todas aquellas personas que han estudiado la materia¡±. Adem¨¢s de dise?ar exposiciones para instituciones y marcas, Clark es profesora de moda y museolog¨ªa en el Centre for Fashion Curation de la University of the Arts de Londres y desde hace dos d¨¦cadas reescribe las reglas del comisariado tradicional de moda: ha aportado un punto de vista intelectual y conceptualmente in¨¦dito. ¡°La investigaci¨®n y la documentaci¨®n suelen usarse en el proceso, mientras que el dise?o de la muestra est¨¢ menos relacionado con el contenido, pero para m¨ª todo es importante. Desde los pies de foto hasta el tipo de luz. Todo es un activo. La exposici¨®n es el medio¡±.
Para Clark, que prefiere definirse como una ¡°creadora de exposiciones¡±, la puesta en escena debe ser abierta y sugerente para que los visitantes contribuyan con sus propias asociaciones al material: ¡°Las personas son visualmente m¨¢s cultas. Yo defiendo que nada ni nadie debe limitar al visitante y siempre me preocupa que todo quede reducido al pie de foto, que parece ser el encargado de dirigir nuestra mirada¡±, comenta entre risas.
Clark ha mantenido una estrecha relaci¨®n con los museos desde que tiene uso de raz¨®n. ¡°Mi padre trabajaba para Naciones Unidas y le interesaba la historia, y a mi madre le encantaba visitar exposiciones. Eran australianos y para ellos la historia es una obsesi¨®n. Me crie en un entorno en el que la cultura era importante¡±. Creci¨® en Roma y atribuye a Italia su pasi¨®n por la moda ¡ª¡°all¨ª se celebra de una forma muy particular¡±¡ª. Sin embargo, no se plante¨® la disciplina como una opci¨®n profesional: estudi¨® arquitectura en Londres y fue en la capital brit¨¢nica donde fundar¨ªa en 1997 la galer¨ªa Judith Clark Costume: hab¨ªa detectado que el discurso de la moda y la escena expositiva discurr¨ªan por caminos distintos. Y quer¨ªa contribuir a acercarlos. Era su granito de arena. Una iniciativa pionera porque en esa ¨¦poca apenas hab¨ªa museos que recogieran las ideas que se generaban en torno a la moda.
Desde entonces, Clark ha comisariado m¨¢s de 40 exposiciones en centros como el Victoria and Albert de Londres, el Palais de Tokyo de Par¨ªs, el Palazzo Pitti de Florencia o el MoMu de Amberes; cuenta entre su clientela a firmas tan relevantes como Chlo¨¦ o Louis Vuitton, y ha colaborado con referentes como el sombrerero Stephen Jones o el ilustrador Ruben Toledo. La australiana ha elevado el dise?o de exposiciones de moda a otro nivel con encargos de car¨¢cter art¨ªstico ad hoc ¡ª?esculturas, dibujos o tocados¡ª que permiten a?adir nuevas perspectivas al relato: ¡°Es un m¨¦todo muy bonito porque est¨¢s creando objetos¡±. De hecho, confiesa, cuando trabaja codo con codo con diferentes artesanos para la concepci¨®n de piezas singulares es cuando m¨¢s disfruta. Envidia la destreza de estos creadores. ¡°Yo ahora quiero aprender a esculpir¡±.
En 2006 Clark firm¨® la exposici¨®n Anna Piaggi: Fashion-ology, dedicada a la c¨¦lebre editora de moda, en el Victoria and Albert Museum. Todav¨ªa recuerda el mundo de fantas¨ªa que descubri¨® a trav¨¦s de las p¨¢ginas de Vogue Italia y la famosa columna ilustrada de la milanesa: ¡°Ella fue una hero¨ªna para m¨ª. Todas las referencias que reun¨ªa en forma de collage me hicieron so?ar. Fue incre¨ªble trabajar con ella¡±. En la muestra explor¨® el universo irreverente de este icono de la moda a trav¨¦s de sus objetos personales. ¡°Ten¨ªa un sentido del humor fant¨¢stico, le encantaba la historia y era la persona menos conservadora del mundo. Mientras prepar¨¢bamos el proyecto me dec¨ªa: ¡®Prom¨¦teme que no ser¨¢ una retrospectiva. Prom¨¦temelo¡¯. Entonces tendr¨ªa ya unos 70 a?os. Odiaba la idea de mirar atr¨¢s¡±. Tras su fallecimiento, Clark fue la elegida para poner en orden la ropa y complementos que atestaban todas las estancias del apartamento de la italiana. Encontr¨®, recuerda, aut¨¦nticas joyas.
Las exposiciones de moda cada vez suscitan un mayor inter¨¦s. De hecho, en el Metropolitan Museum de Nueva York, algunas de ellas ¡ªpor ejemplo, la dedicada a Alexander McQueen¡ª han logrado colarse en la lista de las m¨¢s visitadas. Fue precisamente en esta instituci¨®n donde, a principios de los a?os setenta, la editora Diana Vreeland desafi¨® el statu quo con sus espectaculares puestas en escena: ¡°Fue muy criticada, pero para m¨ª su legado es muy importante. Con su interpretaci¨®n equivocada del historicismo y una pr¨¢ctica poco ortodoxa, inspir¨® un inter¨¦s en las muestras de moda in¨¦dito hasta la fecha¡±, precisa Clark, que conoce bien el legado de la legendaria directora de cabeceras como Vogue y Harper¡¯s Bazaar: en 2012 comisari¨® una exposici¨®n en el Museo Fortuny de Venecia que analizaba sus influencias, su estilo, su visi¨®n editorial y su trabajo curatorial.
Ahora la moda tambi¨¦n sirve a los museos como reclamo para diversificar su p¨²blico. Y para Clark, la causa de que estas exposiciones batan r¨¦cords radica en el hecho de que todo lo que en ellas se muestra no est¨¢ a la venta: ¡°Hay algo de contracultural en todo ello. Es interesante porque, al estar fuera del sistema comercial, hace que la gente tenga que reflexionar en torno a la moda y, por tanto, trascienda al mero acto de compra¡±.
Por su parte, las marcas han encontrado en las exposiciones un veh¨ªculo perfecto para crear un relato cultural. Sin ir m¨¢s lejos, Dior organizaba el a?o pasado, junto al Museo de Artes Decorativas de Par¨ªs, una inmensa muestra sobre la ense?a francesa que acumul¨® largas colas en sus puertas. ?Divulgaci¨®n o marketing? Acad¨¦micos y comisarios no ven siempre con buenos ojos este tipo de montajes, pero Clark s¨ª es partidaria de que maisons y centros de arte compartan el mismo espacio: ¡°No creo en los l¨ªmites. Los lenguajes est¨¢n disponibles para todos¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.