Tras el deshielo, di¨¢logo
Gobierno central y Generalitat pueden y deben negociar muchas cuestiones que quedaron orilladas
Tras su reuni¨®n con el presidente Pedro S¨¢nchez, el president Quim Torra habl¨® de ¡°hilo de esperanza¡±. En efecto, emplazarse a futuras reuniones, dar paso a encuentros entre los miembros de ambos Gobiernos y reabrir las comisiones mixtas y bilaterales es dar por iniciado el deshielo que har¨¢ posible el di¨¢logo.
Ese ¡°hilo de esperanza¡± no impide constatar las enormes dificultades a las que nos enfrentamos. Mientras el Gobierno independentista de la Generalitat reclama autodeterminaci¨®n, el Ejecutivo de Espa?a se muestra dispuesto a hablar de autogobierno, perspectivas claramente enfrentadas. Aunque el Gobierno independentista de la Generalitat est¨¢ trabajando en el marco legal vigente, no quiere renunciar de forma expresa a la unilateralidad y la desobediencia. Aunque se haya iniciado el deshielo, los procesos judiciales en curso y la prisi¨®n preventiva dictada contra relevantes dirigentes independentistas y miembros del anterior Govern condicionan de forma significativa el di¨¢logo pol¨ªtico.
Tampoco debe olvidarse que el Gobierno de la Generalitat, plenamente leg¨ªtimo, intenta pasar por alto la existencia de una notable divisi¨®n social en Catalu?a sobre el camino a seguir. El Gobierno responde a una mayor¨ªa parlamentaria independentista que no refleja una mayor¨ªa social. Por ello conviene insistir en la necesidad de construir un amplio consenso entre las fuerzas pol¨ªticas catalanas, si lo que se pretende es un cambio en profundidad de nuestro sistema institucional. No me cansar¨¦ de repetir que si los propios catalanes nos autoimpusimos la necesidad de un apoyo m¨ªnimo de dos tercios de los miembros del Parlament para reformar el Estatuto, no puede sostenerse que reformas a¨²n m¨¢s radicales puedan acometerse con un apoyo parlamentario menor.
Ello no impide que los Gobiernos de Espa?a y de la Generalitat puedan y deban dialogar, negociar y acordar muchas cuestiones que han quedado orilladas en los ¨²ltimos ocho a?os. Cuestiones que tienen que ver con la mejora del autogobierno, de la financiaci¨®n, de las inversiones p¨²blicas y de la cooperaci¨®n entre Gobiernos. Todas las comunidades aut¨®nomas se han visto sometidas a un sobreesfuerzo en el proceso de reducci¨®n del d¨¦ficit que exige una reestructuraci¨®n de la deuda, todas ellas aprecian tambi¨¦n una infrafinanciaci¨®n del gasto sanitario y de la dependencia. Muchos conflictos competenciales deber¨ªan haber sido resueltos por la v¨ªa de la negociaci¨®n entre Gobiernos en lugar de haber sido remitidos al Tribunal Constitucional sin haber agotado previamente las posibilidades del di¨¢logo pol¨ªtico. Muchas leyes aprobadas por el Parlament podr¨ªan haber tenido un destino distinto si los Gobiernos se hubieran esforzado en negociar.
Los presidentes Artur Mas y Carles Puigdemont dejaron en la mesa del anterior presidente, Mariano Rajoy, muchas demandas que no fueron ni estudiadas ni atendidas. El propio desarrollo del Estatuto vigente, y algunas reformas de leyes org¨¢nicas permitir¨ªan conseguir un autogobierno m¨¢s robusto y eficaz. El compromiso inversor del Estado con infraestructuras estrat¨¦gicas para Catalunya (como el servicio de cercan¨ªas) y todo el levante espa?ol (como el Corredor Mediterr¨¢neo) ha brillado por su ausencia. Queda mucho por hacer todav¨ªa en el esfuerzo de defensa y promoci¨®n de la diversidad cultural y ling¨¹¨ªstica. Y virgen sigue en gran medida el fecundo terreno de la lealtad y la cooperaci¨®n institucional que deber¨ªa promover una cultura federal y, a trav¨¦s de las correspondientes reformas, la consecuci¨®n de estructuras plenamente federales como el Senado territorial del que carecemos.
Resulta dif¨ªcil explicar por qu¨¦ se ha tardado tanto en iniciar el di¨¢logo. Resulta incre¨ªble que algunos, intentando ara?ar un pu?ado de votos, critiquen el esfuerzo por intentar resolver problemas que afectan directamente al bienestar de nuestros conciudadanos. Quienes condicionan el di¨¢logo a la rendici¨®n previa de uno de los interlocutores, lo que de verdad pretenden es que no se dialogue. Y, desde luego, si se alcanza un gran pacto entre las fuerzas catalanas y entre los dos Gobiernos, ser¨ªa conveniente que los ciudadanos fuesen llamados a refrendarlo. Porque queremos votar, s¨ª, pero no para dividir ni para separar, sino para asegurar que seguimos juntos y mejor.
Miquel Iceta es primer secretario del PSC y diputado del Parlament.
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