Amores de verano, tambi¨¦n en nuestros oto?os
Con la meta de ser felices, la licencia de los a?os y la precauci¨®n m¨ªnima exigible a cada amante est¨¢n servidas unas vacaciones que se pueden convertir en inolvidables
El calor y la luz nos indican que estamos en un verano radiante que invita a salir, a descubrir y a viajar. La playa, el extranjero, la monta?a, el cambio de h¨¢bitos y de costumbres, la apertura a nuevas personas y actividades nos ofrece la oportunidad de conocer a alguien en nuestra misma situaci¨®n y, no es extra?o que, si nos gusta podemos dejarnos llevar y disfrutar una bonita historia.
Puede resultar raro que, viajando en familia, decidamos hacer la guerra por nuestra cuenta y declinemos amablemente el placer que provoca el cuidado de los peque?os en favor de sus padres ¡ªque para eso les tuvieron¡ª, para disfrutar de un tiempo dedicado a nuestro ocio y, porqu¨¦ no, de una relaci¨®n afectiva incipiente.
Esta sensaci¨®n de estar fuera de lugar la podemos abordar directamente con el compromiso de dedicar d¨ªas concretos al cuidado de los nietos, y as¨ª liberar puntualmente a sus progenitores de la bella carga para que se dediquen a recordar que siguen siendo pareja. Pero tambi¨¦n podemos, y debemos, darnos cuenta de que invertir en nuestra salud implica algo m¨¢s que no olvidarnos de tomar la medicaci¨®n y de caminar diariamente media hora; la salud es m¨¢s que la ausencia de la enfermedad, y por eso debemos dedicarnos a ejercitar todas nuestras dimensiones, incluida la sexual y la afectiva.
Es muy aconsejable conocer el espectro de oportunidades que brinda nuestro lugar de vacaciones para planificarlas, si hay playa llevar toallas y ba?adores, ... pues igual de importante es saber si cuenta con ocio y locales destinados a conocer a personas de nuestras edades, bailes o clubes en los que poder desde escuchar buena m¨²sica hasta poder entablar relaci¨®n con alg¨²n grupo de personas interesante con quienes tomar una copa y bailar hasta que nuestros cuerpos digan basta.
El amor de verano adolescente tiene muy poco que ver con el que nos podemos encontrar a la vuelta de tantos a?os de vida, pero si tiene algo de parecido es la intensidad y la felicidad que nos puede reportar. Las mariposillas siempre son bienvenidas, y las oleadas de pasi¨®n que rodean a cada encuentro, con la experiencia modulada para evitar los errores que ya cometimos en la adolescencia.
Con la meta de ser felices, la licencia de los a?os y la precauci¨®n m¨ªnima exigible a cada amante, el uso de preservativo, est¨¢n servidas unas vacaciones que se pueden convertir en inolvidables... Que con nuestro oto?o no ha llegado a¨²n el final del verano.
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