P¨®ntelo, p¨®nselo... tambi¨¦n despu¨¦s de los 60
No nos enga?emos, que no pueda haber concepci¨®n no es excusa para dejar atr¨¢s el preservativo ya que nos previene del contagio de enfermedades de transmisi¨®n sexual
Cuando pensamos en un cond¨®n o preservativo, se nos viene a la cabeza una pareja de j¨®venes sonrientes buscando un sitio furtivo para mantener relaciones sexuales con la cabeza suficientemente amueblada como para prevenir el riesgo de concebir, y evitar con ello una carga quiz¨¢ demasiado pesada para la que no est¨¢n preparados ni sus cuerpos ni sus mentes.
El uso de preservativo para muchos varones supone una barrera no s¨®lo para la concepci¨®n sino para el placer, porque no es lo mismo el tacto de piel contra piel que el de una pel¨ªcula de l¨¢tex entre las dos pieles, por muy fina que esta sea, y por eso prefieren que sea la mujer la que utilice otros m¨¦todos anticonceptivos como la p¨ªldora, el dispositivo intra uterino (DIU) o los geles o anillos espermicidas. Pero aunque controlemos el riesgo de tener descendencia no deseada, hay otros riesgos que deber¨ªan tenerse en cuenta antes de retirar el cond¨®n de la relaci¨®n de pareja.
Al llegar a ciertas edades, el sexo se vive de una forma mucho m¨¢s tranquila y segura, desde la madurez y con la certeza de que la reproducci¨®n ha salido completamente de los riesgos que nos acechan tras mantener una relaci¨®n placentera. Pero no nos enga?emos, que no pueda haber concepci¨®n no es excusa para dejar atr¨¢s el preservativo ya que, adem¨¢s de evitar el embarazo, nos previene del contagio de muchas enfermedades de transmisi¨®n sexual, algo que puede poner en peligro nuestra vida y la vida de los que amamos.
Aunque siempre han existido, pero parece que ¨²ltimamente se ha puesto de moda los encuentros del tipo ¡°aqu¨ª te pillo, aqu¨ª te mato¡±. Es decir, la desinhibici¨®n sexual que nos permite en muchos casos tener relaciones sexuales con alguien a quien acabamos de conocer.
Compartir nuestra intimidad m¨¢s profunda con un completo desconocido es algo que puede ser tremendamente motivante, pero tener unos riesgos evidentes. Los viajes, las salidas de fin de semana, los bailes, sitios todos en los que conocemos gente nueva en ambientes de ocio y desinhibidos; en los que se nos brinda la ocasi¨®n de trabar contacto con personas que enriquezcan nuestro grupo de conocidos y, ?por qu¨¦ no? Que nos acompa?en en una rica relaci¨®n sexual por puro y llano placer.
Pero cuidado, no s¨®lo vamos a tener sexo con ¨¦l, sino con todas las personas con quien esta persona ha estado. Y si con una de ellas tuvo relaciones sin protecci¨®n y ten¨ªa una ETS, estaremos recibiendo el indeseable regalo de aqu¨¦l amante lejano, que inevitablemente vuelve a infectar a alguien sano.
Bien, si con eso y todo hemos decidido embarcarnos en una locura pasional en nuestra segunda juventud, basta con buscar un preservativo para asegurarnos de que podremos seguir disfrutando muchos a?os m¨¢s con salud, con salud sexual.
Comprar preservativos es tan sencillo como ir a la farmacia a por nuestra dosis mensual de medicinas y a?adirlos a la lista de la compra, o puede ser tan divertido como visitar alguna jugueter¨ªa para adultos en la que nos ense?en juguetitos para disfrutar de nuestro cuerpo, y de paso buscar los preservativos que mejor vayan con nuestros gustos y capacidades¡ un mundo por descubrir.
En conclusi¨®n, a menos que tengamos el resultado de un an¨¢lisis reciente de enfermedades de transmisi¨®n sexual que indique que nuestro amante est¨¢ libre de esas cargas deber¨ªamos usar siempre preservativo y colocarlo antes de cualquier tipo de penetraci¨®n. Si te gusta el sexo deber¨ªas intentar poder practicarlo satisfactoriamente hasta el fin de tus d¨ªas.
*Ra¨²l Padilla, psicoterapeuta sexual y de pareja.
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