Los trucos para que los ni?os aprendan matem¨¢ticas, seg¨²n la profesora que lleva 50 a?os ense?¨¢ndolas
La veterana maestra Maria Ant¨°nia Canals, profesora em¨¦rita de la Universidad de Girona, propone una did¨¢ctica de las matem¨¢ticas basada en la manipulaci¨®n y el juego
¡°He olvidado nombres de personas y lugares, como las monta?as que escalaba de joven, pero me acuerdo de todo lo que hay dentro de esta habitaci¨®n¡±, comenta la veterana maestra Maria Ant¨°nia Canals desde su Gabinete de Materiales y de Investigaci¨®n de la Matem¨¢tica en la Escuela (GAMAR), situado en la biblioteca de la Universidad de Girona, donde es profesora em¨¦rita. Las muletas que usa y su salud delicada no pueden competir contra su car¨¢cter.
Las estanter¨ªas del peque?o despacho est¨¢n repletas del material did¨¢ctico que ha desarrollado a lo largo de su vida: coloridos bloques de madera, regletas num¨¦ricas, botes con caramelos de mentira, un peque?o tendedero, tapones, bobinas de hilo, cintas de medir, piezas de cartulina¡ Sus m¨¦todos se derivan de los movimientos de renovaci¨®n pedag¨®gica del siglo XX y proponen una did¨¢ctica de las matem¨¢ticas basada en la manipulaci¨®n y el juego, sin olvidar las particularidades de cada alumno.
El gabinete se cre¨® en 2001 con la dotaci¨®n del premio Jaume Vicens Vives a la docencia universitaria que la Generalitat de Catalu?a otorg¨® a Canals. Es el entorno perfecto para repasar la vida de esta profesora em¨¦rita de la Universidad de Girona y conocer sus consejos para otros maestros.
Pregunta. Naci¨® en Barcelona en noviembre de 1930. ?Tiene recuerdos de la Guerra Civil?
¡°Los seguidores de Maria Montessori convirtieron su m¨¦todo pedag¨®gico en una forma de ganar dinero, con escuelas car¨ªsimas y elitistas¡±
Respuesta. Yo era una ni?a y al principio no entend¨ªa bien por qu¨¦ la gente gritaba ¡°?bombas, bombas!¡± y se volv¨ªa loca. ?bamos a unos refugios que a m¨ª me parec¨ªan fant¨¢sticos. Un d¨ªa vi una casa convertida en escombros y mi madre me explic¨® que eso es lo que hac¨ªan las bombas. As¨ª entend¨ª lo malas que eran. Entonces no sent¨ª miedo, pero s¨ª despu¨¦s, durante el franquismo, sobre todo el d¨ªa que polic¨ªas armados con metralletas enormes nos rodearon en el palacio de deportes de Montj¨¹ic mientras cant¨¢bamos L¡¯Estaca de Llu¨ªs Llach.
P. ?Cu¨¢ndo decide dedicarse a la ense?anza infantil?
R. A principios de los a?os 50 estudi¨¦ Magisterio por libre en la Escuela Normal de Tarragona, y Ciencias Exactas en la Universidad de Barcelona. Lo suyo es que me hubiera puesto a dar clases a los de bachillerato, pero nunca me han interesado. Los peque?os, sin embargo, me parecen formidables y decid¨ª trabajar con ellos. Para m¨ª son los que piensan m¨¢s y mejor. Tambi¨¦n influy¨® que mi abuela y mi t¨ªa eran maestras. Esa t¨ªa hab¨ªa ganado un concurso para formarse varios meses en Italia con Maria Montessori, la precursora del m¨¦todo educativo que lleva su nombre y que puso en marcha en un barrio desfavorecido de Roma. Tengo una foto sentada sobre su falda durante su estancia en Barcelona.
P. ?Puso en pr¨¢ctica este m¨¦todo cuando comenz¨® a trabajar?
R. S¨ª. Lo segu¨ª en mi primer trabajo como maestra en la Escuela Thalita de Sarri¨¤, donde estuve hasta 1962. Aquel a?o, ante la llegada de miles de migrantes a Barcelona, decid¨ª que algo hab¨ªa que hacer con tantos ni?os sin escolarizar. En un humilde barrac¨®n del barrio de Verdum abr¨ª la Escuela Ton i Guida. Empec¨¦ con 40 ni?os un poco gamberros pero poco a poco, yendo a su terreno, razonando con ellos y jugando, logramos que dejaran de escupir o gritar en clase. En esta escuela, que lleg¨® a tener m¨¢s de 400 alumnos, tuve una crisis con Montessori porque algunos de sus materiales num¨¦ricos no funcionaban, por ejemplo sumar con bolitas olvidando el valor del espacio que ocupan en un alambre, como me hicieron ver los propios ni?os.
"Quiz¨¢ este es mi ¨²ltimo mensaje pedag¨®gico: si nosotros no les decimos [a los ni?os] ninguna mentira, ellos responden, aunque lo hagan cada uno a su manera. Tambi¨¦n es muy importante saber escuchar y tener confianza en los alumnos, sin perder la autoridad"
P. ?Entonces ya no es partidaria de esta metodolog¨ªa?
R. El respeto profundo de Montessori por los ni?os nadie lo ha superado. Su esencia es el respeto por cada ni?o o ni?a, pero esto no es ense?ar matem¨¢ticas exactamente. De hecho, ella estudi¨® Medicina, no sab¨ªa muchas matem¨¢ticas. No estoy de acuerdo en algunos aspectos como el planteamiento de la numeraci¨®n, por ejemplo. Adem¨¢s, despu¨¦s de su muerte, sus seguidores convirtieron el m¨¦todo pedag¨®gico en una forma de ganar dinero. Sus escuelas son car¨ªsimas y elitistas.
P. ?C¨®mo hay que trabajar entonces con los ni?os? ?Cu¨¢l es su consejo para los maestros?
R. Lo primero, hay que ser francos con ellos, porque lo notan. Quiz¨¢ este es mi ¨²ltimo mensaje pedag¨®gico: si nosotros no les decimos ninguna mentira, ellos responden, aunque lo hagan cada uno a su manera. Tambi¨¦n es muy importante saber escuchar y tener confianza en los alumnos, sin perder la autoridad. Ellos se dan cuenta de si el maestro les escucha o no, y creo que la mayor¨ªa de los profesores no lo hacen. Adem¨¢s hay que recordar que no es lo mismo ense?ar que conseguir que se aprenda de verdad.
P. Y los materiales que ha creado ayudan en esa tarea¡
R. La acci¨®n de los ni?os y ni?as sobre estos materiales es la que genera conocimiento, junto al apoyo del educador y la respuesta verbal de los alumnos. Los cuadernos y dosieres donde se explica c¨®mo crear y utilizar estos materiales ¨Cdestinados al aprendizaje de las matem¨¢ticas en infantil, primaria e inicio de secundaria¨C, se pueden solicitar en catal¨¢n o castellano a trav¨¦s de l¡¯Asociaci¨® de Mestres Rosa Sensat, en la que tambi¨¦n participo desde los a?os 60. Los materiales manipulables son de distinto tipo: unos son para generar nociones o conceptos (de n¨²meros, operaciones, geometr¨ªa¡), otros potencian capacidades o competencias matem¨¢ticas (como la l¨®gica) y un tercer grupo son juegos o actividades que sirven para consolidar lo aprendido. No hay que olvidar que el juego es la primera asignatura de los ni?os.
P. ?C¨®mo acogen este material los profesores?
R. La verdad es que estoy muy enfadada con los maestros. Compran los libros y no los leen. Los materiales requieren un esfuerzo por parte del maestro y si no los comprenden bien, tampoco los usan correctamente. Por ejemplo, los maestros suelen colocar n¨²meros en carteles para adornar el aula, lo que es una estupidez. ?No lo ven los ni?os ya en los libros, en la calle, en los autobuses...? Una cosa es la cantidad y otra el n¨²mero escrito. Acabo de terminar un dec¨¢logo de errores que cometen los profesores de matem¨¢ticas en infantil y ese aparece el primero.
"Los maestros suelen colocar n¨²meros en carteles para adornar el aula, lo que es una estupidez. ?No lo ven los ni?os ya en los libros, en la calle, en los autobuses...? Una cosa es la cantidad y otra el n¨²mero escrito"
P. ?No ha pensado en adaptar todo este material a las nuevas tecnolog¨ªas?
R. Con mis materiales es mejor dejar el m¨®vil o la tableta en la entrada del colegio. No est¨¢n pensados para las nuevas tecnolog¨ªas. El lenguaje matem¨¢tico hay que ense?arlo y su aprendizaje depende de la edad, la personalidad y el contexto de cada alumno. Cada uno lo hace de una manera y debemos respetarlo. No es lo mismo el campo que la ciudad, por ejemplo. ?Sabes la historia del problema de la cesta de huevos?
P. La verdad es que no¡
R. Un maestro le plantea a un alumno: tenemos un cesto con 500 huevos y vendemos 170. ?Cu¨¢ntos quedan?. El ni?o responde que ninguno y le suspende, pero cuando se lo cuenta a su madre, esta le pregunta: ¡°?Y t¨² qu¨¦ pensaste?¡±. ¡°Que nosotros vamos todos los d¨ªas al mercado a vender huevos y sabemos que si pones 500 huevos en un cesto se rompen todos¡±, responde. En este caso la madre tiene confianza en lo que piensa su hijo. Lo que interesa es que los ni?os piensen, no que yo quede bien como profesora. Y fijarse en sus inquietudes, en sus particularidades¡ incluyendo si tienen alg¨²n tipo de dificultad.
P. ?Tambi¨¦n ha trabajado con alumnos con discapacidad?
R Cuando trabajaba en la Escuela Toni i Guida tuve algunos, como la Mari, con s¨ªndrome de Down. Conseguimos que viniera al cole y fuera respetada por todos. Tambi¨¦n recuerdo el caso de Jos¨¦, que no hablaba nunca. Ten¨ªa autismo, que por aquel entonces yo ni sab¨ªa lo qu¨¦ era. Pero un d¨ªa prest¨® mucho inter¨¦s durante un taller de marionetas a las que los alumnos ten¨ªan que poner voz. Cuando le toc¨® el turno a Jos¨¦ habl¨® por primera vez para decir su parte del di¨¢logo. A ra¨ªz de aquello animamos a los padres para que le llevaran a un especialista. Fue emocionante cuando 50 a?os despu¨¦s, en el aniversario de la escuela, nos reencontramos y estuve charlando con Jos¨¦.
Dec¨¢logo de errores al trabajar las matem¨¢ticas en infantil (3-6 a?os)
1. Mostrar los n¨²meros escritos, grandes y muy visibles, de manera fija y persistente en el aula.
2. Reducir el contaje a solo un trabajo de memoria, con el ¨²nico objetivo de recordar el nombre de unas graf¨ªas.
3. Identificar los bloques l¨®gicos tipo Dienes con los nombres geom¨¦tricos de sus formas.
4. Representar las primeras sumas con bolitas peque?as (tipo collar) sin tener en cuenta el espacio que ocupa el alambre que las une en los extremos de cada cantidad.
5. Introducir el uso de las regletas lisas de colores para la comprensi¨®n de los n¨²meros naturales antes de llegar al primer ciclo de primaria simplemente porque son muy bonitas.
6. Descuidar el trato en profundidad de las actividades b¨¢sicas en matem¨¢ticas: noci¨®n de cantidad y cambios; movimientos en el espacio; l¨ªneas, superficies y cuerpos; y soluci¨®n de situaciones reales, que son los verdaderos problemas.
7. Usar los materiales que resultan bonitos y caros sin ver los que de verdad tienen una relaci¨®n m¨¢s aut¨¦ntica con la vida de la clase y los maestros consideran adecuados para cada ni?o, principalmente con los que tienen dificultades.
8. Olvidarnos de completar todas las actividades con la expresi¨®n verbal de los ni?os sobre lo que se ha hecho, lo que ha pasado, lo que hemos descubierto, etc.
9. Ser v¨ªctimas de un programa que nos hab¨ªamos trazado o nos hab¨ªan impuesto.
10. No confrontar lo suficiente nuestro trabajo, ¨¦xitos y dificultades con nuestro equipo de compa?eros y compa?eras.
(Maria Ant¨°nia Canals, 2018)
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