M¨¢s vale naufragar y morir que volver a Libia
Las "plataformas de desembarco" europeas en pa¨ªses terceros ya existen, son un infierno y est¨¢n en Libia
Los l¨ªderes europeos est¨¢n enredados en los eufemismos. Debaten sobre la conveniencia de crear ¡°plataformas de desembarco¡± y ¡°centros de retorno¡± en terceros pa¨ªses para no mancharse las manos con establecimientos propios donde retener y clasificar a los migrantes. Pero la realidad es que esos centros ya existen. Muchos est¨¢n en Libia y son el infierno para todos aquellos que so?aron con una vida mejor en Europa sin saber, probablemente, que el naufragio o la muerte en el mar no eran las ¨²nicas desdichas que podr¨ªan sufrir.
Seg¨²n cuentan las ONG, algunos inmigrantes prefieren jugarse la vida antes que volver a la tortura libia. Es lo que Proactiva Open Arms cree que les ocurri¨® a esas dos mujeres y ese ni?o de cuatro a?os que hall¨® a la deriva sobre los restos de una embarcaci¨®n destrozada el martes pasado. Los n¨¢ufragos no quisieron que los guardacostas libios los devolvieran a ese pa¨ªs y estos, como represalia, se llevaron al resto de migrantes, dejaron a estos tres en la lancha y la destruyeron antes de marcharse. Una de las mujeres y el ni?o murieron. La segunda mujer fue rescatada. Llevaba 48 horas aferrada a un trozo de madera. Dif¨ªcil imaginar su agon¨ªa.
La tragedia que se vive en el Mediterr¨¢neo ¡ªcasi 1.200 ahogados en lo que va de a?o¡ª es la verg¨¹enza de esta Europa que se escandaliza por la vulneraci¨®n de las reglas democr¨¢ticas y los derechos humanos. Es m¨¢s f¨¢cil echarle la culpa al Gobierno xen¨®fobo y populista de Italia, que ha cerrado sus puertos a los barcos de rescate, pero la cruda realidad es que es la Uni¨®n Europea en su conjunto la responsable ¨²ltima de tanta crueldad.
La periodista de EL PA?S Naiara Galarraga contaba hace unos d¨ªas el relato del sierraleon¨¦s Joshua, obsceno para los delicados o¨ªdos europeos. Violaciones, torturas, encierros, chantajes y castraciones en vivo son algunas de las barbaridades que sufren cientos de migrantes en esas bonitas ¡°plataformas de desembarco¡± en las que tambi¨¦n encierran a ni?os. Doscientos guardacostas libios han sido entrenados para rescatar a los que huyen hacia Europa y devolverlos a Libia. La UE paga el entrenamiento. Otros doscientos ser¨¢n preparados en los pr¨®ximos meses. Se escoge a los mejores, aseguran las autoridades, pero las ONG insisten: adem¨¢s del trato que deparan a los migrantes, muchos tienen relaci¨®n con las mafias de traficantes de personas. C¨ªrculo perfecto.
Lo que est¨¢ haciendo la UE en este asunto se parece mucho a la externalizaci¨®n de servicios de la que abusan a veces las empresas. Es un sistema bien engrasado que permite sortear convenios colectivos y facilita reducciones de plantilla con sencillas resoluciones de contratos mercantiles. Lo llamativo de este caso es que la subcontrataci¨®n deje en manos de un pa¨ªs fallido el trabajo sucio de disuadir a los africanos de que vengan a Europa. Otros pa¨ªses cooperan para frenar los flujos migratorios hacia el norte a cambio de dinero ¡ªTurqu¨ªa y Marruecos, fundamentalmente¡ª, pero encomendar la misma tarea a un pa¨ªs que no puede garantizar los m¨¢s m¨ªnimos est¨¢ndares humanitarios no es de recibo; salvo que el modelo libio sea el que corresponda definitivamente a esta nueva Europa cuyos principios se diluyen en las alcantarillas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.