Italia, ?laboratorio pol¨ªtico de Europa?
Los partidos tradicionales se derrumban y asistimos al surgimiento de fuerzas nacionalistas y ¡°soberanistas¡± dispuestas a romper un proyecto que llevamos d¨¦cadas tratando de construir. ?Vuelve a marcar hoy el camino el pa¨ªs de Berlusconi?
Qu¨¦ representa Italia hoy? A menudo se ha dicho que Italia ha supuesto en numerosas ocasiones un ¡°laboratorio¡± de experiencias pol¨ªticas que luego trascendieron m¨¢s all¨¢ de sus fronteras. Desde los tiempos de la ¡°pureza moral¡± del Partido Comunista de Berlinguer hasta el compromiso hist¨®rico. Desde el terrorismo de las Brigadas Rojas o Autonomia operaia de Toni Negri y Franco Piperno hasta la r¨¢pida aparici¨®n, despu¨¦s de Manos Limpias y del colapso del poder democristiano, de un partido medi¨¢tico-televisivo como Forza Italia y las dos largas d¨¦cadas de Berlusconi en el gobierno ¡ªa lo que volveremos¡ª, que hoy ha acabado refract¨¢ndose, con Donald Trump, m¨¢s all¨¢ incluso de las costas del Atl¨¢ntico. Tal vez merezca la pena preguntarse entonces si en la Italia actual no se estar¨¢ formando un nuevo ¡°laboratorio pol¨ªtico¡±, en una Europa en la que los partidos tradicionales se derrumban, dando lugar a alianzas sin precedentes construidas sobre la dramatizaci¨®n del problema de los inmigrantes. Como tendencia opuesta al siempre lento y laborioso proceso de integraci¨®n europea, asistimos al surgimiento de fuerzas nacionalistas y ¡°soberanistas¡± dispuestas a romper la geometr¨ªa europea que desde los tiempos de Altiero Spinelli y el Manifiesto de Ventotene, llevamos d¨¦cadas tratando de construir. No es cuesti¨®n de demorarnos aqu¨ª acerca de c¨®mo y por qu¨¦ la Europa de hoy, fundada sobre un pacto monetario y no de uni¨®n pol¨ªtica, da cada vez m¨¢s se?ales de desmoronamiento. Preferimos detenernos hoy en el caso italiano y en lo que nos dice y tiene que decir a Europa.
Con el fin de entender si Italia se est¨¢ convirtiendo una vez m¨¢s en un ¡°laboratorio pol¨ªtico¡± europeo y de qu¨¦ manera, conviene cruzar te¨®ricamente dos ¨®pticas: una a corto plazo y otra a largo. La primera de esas ¨®pticas ha adquirido la forma de movimientos insurgentes de orientaci¨®n pol¨ªtica muy distinta que han sido acoplados indistintamente bajo el significado de ¡°populismo¡±. Vale la pena recordar que un fil¨®sofo pol¨ªtico como el argentino Ernesto Laclau ha reivindicado la condici¨®n vaga e indefinible del populismo, llegando a afirmar que ¡°la pol¨ªtica es populismo¡±. Aunque esquivando, eso s¨ª, la pregunta sobre las diferencias entre un populismo de derechas y otro de izquierdas, con el consiguiente atractivo que mucha gente le confiere hoy a este ¨²ltimo. En este caso, el Movimiento 5 Estrellas representa en Italia un ejemplo paradigm¨¢tico, un h¨ªbrido que no ayuda a establecer y captar distinciones. Nacido de la vivacidad c¨¢ustica y sat¨ªrica de un c¨®mico y de la reivindicaci¨®n igualitaria del ¡°uno vale uno¡±, desde sus mismos albores algunos comentaristas creyeron ver en este movimiento unas exigencias izquierdistas semejantes a las de Podemos en Espa?a, a pesar de la distancia abismal entre ambos movimientos, uno nacido a hombros de un trasfondo acad¨¦mico-cultural de peso y otro crecido en la red viral de la web, engarzado ¨²nicamente en el poder del clic en el teclado y convencido de que la pol¨ªtica ha dejado de ser, seg¨²n sosten¨ªa Weber, una ¡°profesi¨®n¡±, para convertirse en una toma de palabra aislada, delante de una pantalla digital, gobernada ¨²nicamente por la bandera de una supuesta y vociferada ¡°honestidad¡±. La par¨¢bola es conocida, y el actual Gobierno amarillo-verde italiano da se?ales de un parentesco mucho m¨¢s estrecho del M5S con un partido de derechas como Ciudadanos, para decepci¨®n de todos aquellos que, al grito de ¡°Rodot¨¤, Rodot¨¤¡±, hab¨ªan apoyado la candidatura del eminente jurista italiano Stefano Rodot¨¤, c¨¦lebre por sus batallas en favor de los derechos civiles, a la presidencia de la Rep¨²blica italiana. Dicho esto, no hay que olvidar que el fen¨®meno del nacimiento y desarrollo del Movimiento 5 Estrellas, hasta su llegada al Gobierno italiano gracias a un ¡°contrato¡± con la Liga, asombra por su rapidez.
Pero tambi¨¦n hay una ¨®ptica m¨¢s amplia: una longue dur¨¦e representada por la sombra de un neofascismo crecido bajo la tutela de las dos caleidosc¨®picas d¨¦cadas de gobierno de Berlusconi. Es cierto que hubo un congreso, celebrado en Fiuggi, en el que el hist¨®rico Movimiento Social Italiano (MSI) repudi¨® el fascismo para crear un partido como Alianza Nacional (AN), que luego desapareci¨® lentamente de la escena pol¨ªtica. Mientras tanto, a la esencia de la Liga Norte se le fue agregando una forma diferente y ¡°subrepticia¡± de neofascismo: si al principio la Liga se hab¨ªa coagulado en torno a determinadas reclamaciones territoriales y autonomistas de regiones como Lombard¨ªa y V¨¦neto, en los ¨²ltimos tiempos, bajo la direcci¨®n de Salvini, empez¨® a consolidarse como una fuerza a escala nacional que, agitando la emergencia de la inmigraci¨®n, puso de nuevo en circulaci¨®n de manera recurrente palabras que parec¨ªan definitivamente relegadas a obsesiones de la vieja propaganda fascista: palabras como ficha policial, censo de todo aquel que fuera diferente, etc¨¦tera. Consignas abiertamente xen¨®fobas, h¨¢bilmente contrapesadas por proclamas ret¨®ricas ¡ªno muy diferentes de las que llevaron a la victoria a Trump, gracias al voto obrero¡ª en defensa de los derechos de los trabajadores italianos contra la competencia desleal de los aspirantes extranjeros al mercado laboral, mucho m¨¢s baratos. Desde luego, habr¨ªa que plantearse lo que significa ese ¡°neo¡± a?adido a ¡°fascismo¡± en el llamado neofascismo contempor¨¢neo; y ello para que la teor¨ªa no aplaste la historia, olvidando las heridas y el car¨¢cter material de esta ¨²ltima. Porque lo que no puede hacerse, en ning¨²n caso, es olvidar que el fascismo fue un ¡°r¨¦gimen¡±, con su aparato y sus instituciones. Pero, siguiendo a Hannah Arendt, las ideas tienen su propia l¨®gica, que se convierte en ¡°ideolog¨ªa¡± hist¨®rica y se encarna f¨ªsicamente en formas de gobierno y de dominaci¨®n.
La Liga de Salvini pusode nuevo en circulaci¨®n palabras de la vieja propaganda fascista
Igualmente cierto es que el asunto con el que Salvini y su nueva Liga Nacional han irrumpido en Europa, el tr¨¢gico caso del Aquarius, tiene un significado que va m¨¢s all¨¢ del episodio concreto. Por un lado, abriendo la puerta a una interminable serie de episodios an¨¢logos. Por otro ¡ªy esto no debemos olvidarlo nunca¡ª, cuestionando a una izquierda, italiana y europea, que se est¨¢ desvaneciendo, desaparecida bajo los escombros de su propia historia. Cabe preguntarse en primer lugar por qu¨¦ solo un gesto declaradamente antidemocr¨¢tico, ejecutado al amparo de un lenguaje populista, ha sido capaz de situar en el centro de las cumbres europeas una cuesti¨®n trascendental, como la de la inmigraci¨®n, que la izquierda no ha sabido gestionar, para la que no ha encontrado palabras. ?Significa eso que hoy en d¨ªa solo un lenguaje y unas pr¨¢cticas abiertamente antidemocr¨¢ticas (pi¨¦nsese en el cierre de los puertos) tienen el poder de sacudir las conciencias europeas? ?Que es impensable un lenguaje democr¨¢tico capaz de hablar a las mentes y los corazones de los ciudadanos, un lenguaje democr¨¢tico de izquierdas? ?Que la ¨²nica alternativa oscila entre un populismo de derechas y otro de izquierdas? Esta es la cuesti¨®n que se plantea ahora Italia, que cada vez es m¨¢s la Italia de Salvini, con el M5S r¨¢pidamente engullido y marginado.
?Es la Italia de Salvini un nuevo ¡°laboratorio pol¨ªtico¡± para Europa? Confiemos en que no. La esperanza es m¨¢s bien que la izquierda europea sepa encontrar nuevas palabras, un lenguaje apropiado a su historia y a su bagaje te¨®rico. Y que sea capaz de hallar as¨ª respuestas a las preguntas que hoy lanza sobre la mesa eso que s¨ª podemos llamar el nuevo fascismo.
Emanuela Fornari es profesora de Filosof¨ªa Te¨®rica y Social en la Universidad Roma III.
Traducci¨®n de Carlos Gumpert.
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