La tela de ara?a de Puigdemont para atrapar a ERC
El l¨ªder independentista impulsa una nueva plataforma unitaria con la que asaltar el espacio electoral de los republicanos
Mientras el Congreso del PP aupaba a Pablo Casado como nuevo l¨ªder de la formaci¨®n, el del PDeCAT defenestraba a Marta Pascal en favor de Carles Puigdemont. Los dos vencedores representaban las opciones m¨¢s extremas y ambos son partidarios de la polarizaci¨®n y el enfrentamiento. El cambio en el PP tardar¨¢ en cuajar porque el partido se encuentra todav¨ªa en estado de choque y est¨¢ por ver c¨®mo va a incidir el esc¨¢ndalo del m¨¢ster regalado en el futuro del rutilante l¨ªder popular. Pero el del PDeCAT puede tener consecuencias inmediatas sobre la pol¨ªtica espa?ola.
Crecido por el veredicto inapelable del tribunal alem¨¢n de Schleswig-Holstein, que ha rechazado su extradici¨®n por rebeli¨®n, Puigdemont contin¨²a ahora su ¨®rdago a la mayor en la pol¨ªtica catalana con una doble opa hostil, una a su propio partido, el PDeCAT, y otra a ERC. De momento, el primer envite lo ha ganado. El segundo est¨¢ por ver. Pero sus ¨²ltimas maniobras revelan que est¨¢ en la tarea de construir una extensa tela de ara?a con la que atrapar, uno por uno, a todos los que se mueven en la ¨®rbita independentista.
A Puigdemont no le ha resultado dif¨ªcil hacerse con el partido y ponerlo al servicio de la nueva Crida Nacional per Catalu?a que formalizar¨¢ en octubre. Lo ocurrido este fin de semana nos sit¨²a ante un nuevo paradigma: la sustituci¨®n de los viejos partidos por estructuras pol¨ªticas mucho m¨¢s vers¨¢tiles y ambiguas, al estilo del movimiento En Marche! que aup¨® a Emmanuel Macron a la presidencia de Francia, y que ahora trata de emular tambi¨¦n Albert Rivera con su Espa?a Ciudadana. Son estructuras de intervenci¨®n pol¨ªtica r¨¢pida, basadas en un hiperliderazgo medi¨¢tico y una idea fuerte, pero indeterminada. En el caso de Puigdemont, la idea de ¡°implementar la rep¨²blica catalana lo m¨¢s pronto posible¡±, sin entrar, por supuesto, en c¨®mo va a ser posible una rep¨²blica que ya se proclam¨® y no logr¨® adquirir materialidad alguna.
Puesto el PDeCAT al servicio de la Crida, ahora ir¨¢ a por ERC. Intentar¨¢ atraparla en la telara?a de unidad utilizando un arma muy poderosa en Catalu?a: el miedo a ser acusado de traidor a la causa. Los promotores de la Crida aseguran que no ser¨¢ una suma de siglas, sino un movimiento de adscripci¨®n individual. Puigdemont ya intent¨® una maniobra similar con la candidatura Junts per Catalu?a para el 21-D, pero no logr¨® sumar a ERC. Con la baza del legitimismo, obtuvo un ¨¦xito al sobrepasar a ERC. Pero las ¨²ltimas encuestas, incluida la del CEO, indican que con la distensi¨®n que ha propiciado el cambio de Gobierno en Espa?a, ERC remonta y Puigdemont cae. Al contrario que Puigdemont, los republicanos no est¨¢n interesados en volver a la din¨¢mica de la unilateralidad y, menos a¨²n, en diluirse en candidaturas conjuntas.
En tiempos de confusi¨®n, el osado tiene ventaja. Mientras los dem¨¢s titubean, ¨¦l corre millas. Puigdemont necesita volver a tensar la cuerda del conflicto con Espa?a. ¡°Vendr¨¢n semanas y meses enormemente dif¨ªciles. Con m¨¢s sacrificios de los que hemos hecho hasta ahora¡±, dijo Quim Torra en el c¨®nclave. De momento, pondr¨¢ en dificultades al Gobierno de S¨¢nchez y tratar¨¢ de romper la idea de que Espa?a sea reformable. Sabe que si Pedro S¨¢nchez lograra hacer cre¨ªble la posibilidad de una tercera v¨ªa para Catalu?a, el castillo de la rep¨²blica se tambalear¨ªa. La batalla va a ser dura porque va a salir toda la artiller¨ªa emocional.
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