S¨ª, es verdad, la Constituci¨®n solo tiene madres. ?Y?
Solo un cambio social real terminar¨¢ por imponer de manera natural un lenguaje distinto
El debate sobre el lenguaje inclusivo empieza a ser cansino. La iniciativa del Gobierno de pedir a la Real Academia Espa?ola una revisi¨®n del texto constitucional no refleja tanto el inter¨¦s por fomentar la igualdad como la voluntad de sumarse al carro de lo pol¨ªticamente correcto. Reputadas expertas vienen se?alando que culpar a la gram¨¢tica de sexismo es desviar el tiro y, de paso, romper las reglas b¨¢sicas del lenguaje, que, por definici¨®n, tiene por principal misi¨®n el f¨¢cil entendimiento entre hablantes. Est¨¢ bien perseguir la igualdad entre mujeres y hombres, pero en este contexto solo un cambio social real terminar¨¢ por imponer de manera natural un lenguaje distinto.
Los ejemplos de esa evoluci¨®n son numerosos. Hace tiempo que en Espa?a, como en otros pa¨ªses, los derechos de la mujer han sido sustituidos por los derechos humanos. Y son ya muy pocas las escritoras y articulistas que achacan problemas o soluciones a ¡°la mano de la mujer¡±, una f¨®rmula que antes englobaba ¡ªy as¨ª lo entend¨ªa todo el mundo¡ª a mujeres y hombres. Hoy, ciertamente, este tipo de f¨®rmulas suenan excluyentes y es mejor evitarlas. Ah¨ª est¨¢ todav¨ªa la exposici¨®n de arte sacro bautizada como Las edades de la mujer, que es imperativo cambiar. La lengua espa?ola es poco sexista y, de hecho, el sistema ha admitido duplicaciones a medida que los hombres se han ido incorporando a la esfera laboral y han ocupado cargos de poder. La capitana tiene su correspondencia con el capit¨¢n, de la misma manera que la directora la tiene con director, mientras otras categor¨ªas m¨¢s neutras han permanecido sin problemas sin su doble: corresponsal, edil, juez o teniente.
El problema es forzar duplicidades artificiosas y tediosas y confundir el g¨¦nero gramatical con el sexo, lo que induce a pensar que el gen¨¦rico femenino responde tambi¨¦n a esa discriminaci¨®n sexual. Porque lo cierto es que cuando se habla de ciudadanas todo el mundo comprende que en ese concepto est¨¢n incluidos los hombres y es absurdo hablar de Consejo de Ministras y Ministros porque la instituci¨®n siempre ha sido Consejo de Ministras. ¡°Las lenguas se rigen por un principio de econom¨ªa¡±, ha explicado la directora de la RAE. ¡°El uso sistem¨¢tico de los dobletes, como miembra y miembro, acaba destruyendo esa esencia econ¨®mica. Las falsas soluciones me parecen absurdas y rid¨ªculas¡±. S¨ª. Es rid¨ªculo y el ejemplo que cita la directora de la RAE no puede ser m¨¢s ilustrativo, dado que una de las acepciones del t¨¦rmino miembro hace referencia al aparato genital masculino. Tambi¨¦n es impensable que un var¨®n se irrite por preguntarle sobre sus madres, porque entender¨¢ que quien lo hace se est¨¢ interesando por su madre, pero tambi¨¦n por su padre.
Se alega que la Constituci¨®n solo tiene madres. Es cierto. En 1978 no participaron oficialmente varones en su redacci¨®n. Es muy dudoso, sin embargo, que tal circunstancia exija una revisi¨®n de sus principios ¡ªm¨¢s all¨¢ de la herencia de la Corona y otros asuntos¡ª y de sus f¨®rmulas ling¨¹¨ªsticas. Lo importante es reconocer que con esta Constituci¨®n las pol¨ªticas que abandera el vicepresidente del Gobierno y ministro de Igualdad se aceleren y que instituciones como la Academia de la Lengua abran las puertas a m¨¢s se?ores. Que solo haya ocho frente a 36 acad¨¦micas es insultante.
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