La Brise?a, una casa lejos del mundo
Hace m¨¢s de 40 a?os que el fot¨®grafo Carlos P¨¦rez Siquier (Almer¨ªa, 1930) le compr¨® a su m¨¦dico esta casa de pastores aleda?a a la hacienda de los vizcondes de Almansa. Situada en la localidad almeriense de Benahadux, el nombre de La Brise?a le viene por la parte del mar, de esa brisa mediterr¨¢nea que impregna las paredes de cal, la tierra y los objetos. Un retiro cerca de todo, lejos del mundo
AQUELLA ESCONDIDA casa de pastores con muros encalados frente al sobrio y singular paisaje almeriense me decidi¨® a escogerla como lugar ¨ªntimo de encuentro personal en momentos de des¨¢nimo. Se llama La Brise?a porque est¨¢ situada en Benahadux, frente a Pechina, floreciente puerto de mar en pasados siglos de dominaci¨®n ¨¢rabe. La fresca brisa llegaba hasta la vivienda aliviando los calurosos vientos de Levante.
Adquirida la casa y su entorno solo era cuesti¨®n de intervenir en el espacio. Los pesebres donde se alimentaban los mulos se cubrieron de argamasa para convertirlos en un amplio muro donde posar objetos. El peque?o rinc¨®n de alimentar fuego se convirti¨® en chimenea y la espartana letrina, en un discreto cuarto de ba?o. Todo lo dem¨¢s se conserv¨® como entonces, hace ya 50 a?os.
El exterior era muy importante, la vivienda se levanta mirando al sur desde un enclave elevado abarcando un paisaje de monta?as. Algunos pobres arbustos fueron sustituidos por pitas y chumberas conformando mi particular jard¨ªn del desierto. Al suroeste la l¨ªnea f¨¦rrea sirve de linde y hay un t¨²nel donde, dos veces al d¨ªa, aparece el tren Madrid-Almer¨ªa y nos despide con un delicado pitido de atenci¨®n. En este particular espacio me dedico a leer, contemplo el paisaje, observo el vuelo de los p¨¢jaros y valoro el silencio viviendo con intensidad mis pensamientos.
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