Que la paz no nos cueste la vida

Una muerte cada cuatro d¨ªas. Desde la firma de los Acuerdos de Paz del Gobierno con las Farc, en diciembre de 2016, un total de 293 defensores de Derechos Humanos han sido asesinados en Colombia, seg¨²n los datos del Instituto de Estudios sobre la Paz y el Desarrollo (Indepaz). Iv¨¢n Duque, candidato del partido uribista y derechista Centro Democr¨¢tico, se estrena hoy como nuevo presidente del pa¨ªs. ¡°El principal valedor de Duque, ?lvaro Uribe, ha sido el peor agresor de defensores de los Derechos Humanos, sociales y ambientales en nuestro pa¨ªs, por lo que tememos un incremento de las amenazas y la criminalizaci¨®n de las personas que luchan por mantener los Acuerdos de Paz, por la restituci¨®n de tierras y por el respeto a los derechos humanos¡±, se?ala Alberto Franco, director de la ONG Justicia y Paz.

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A unos 500 kil¨®metros de Bogot¨¢, a 10 horas de coche y 6 horas m¨¢s en barco, se celebra la 'Asamblea por la Vida y permanencia en el Territorio del R¨ªo Naya', donde cuatro l¨ªderes de la comunidad afrocolombiana fueron raptados y asesinados, el pasado mes de mayo. No es nada nuevo: pese a que la violencia tras el Acuerdo de Paz se ha visto muy reducida, los asesinatos a l¨ªderes sociales y defensores de Derechos Humanos han aumentado de forma cr¨ªtica. Dos de las viudas y una de sus hijas comparten su dolor: ¡°Mi esposo iba para el lugar de trabajo, para la escuela y su hermano lo acompa?aba. Durante dos meses no supimos nada. Merecemos derechos y respeto. Somos seres humanos. ?Hasta cu¨¢ndo el Gobierno va a estar sin mirar a los campesinos de coraz¨®n?¡±, dice una de las viudas, ahora desplazada desde la zona rural del R¨ªo Naya a la ciudad de Buenaventura.

Seg¨²n la Unidad para la Atenci¨®n y Reparaci¨®n Integral a las V¨ªctimas, en los 53 a?os de conflicto se han registrado 8 millones y medio de v¨ªctimas. Entre ellas, las comunidades afrocolombianas han sido de las m¨¢s afectadas: tres de cada diez personas desplazadas son afrocolombianas, una cifra muy significativa teniendo en cuenta que esta comunidad representa menos del 9 % de la poblaci¨®n total del pa¨ªs. Las mujeres son las principales v¨ªctimas del desplazamiento. Mujeres afrocolombianas mayoritariamente cabezas de familia que, tras el asesinato de sus esposos, hermanos o hijos, se ven desplazadas de zonas rurales a las urbes donde pierden su vida en comunidad, sus tradiciones y su cultura para ser ridiculizadas y estigmatizadas en los lugares de destino. Se ven solas y obligadas a mantener al resto de la familia en un entorno de racismo. Son v¨ªctimas de una triple discriminaci¨®n por el hecho de ser mujeres, afrocolombianas y desplazadas.

¡°La paz que a?oramos, que reclama correcciones, tendr¨¢ correcciones para que las v¨ªctimas de verdad sean el centro del proceso para garantizar verdad, justicia y reparaci¨®n¡±, record¨® Duque al pronunciar en Bogot¨¢ su primer discurso tras ser elegido. Para las organizaciones sociales con las que llevamos a?os acompa?ando a las verdaderas v¨ªctimas del conflicto, a las m¨¢s vulnerables y a las frecuentemente olvidadas por los Gobiernos, el proceso de correcci¨®n que el ahora nuevo presidente quiere poner en marcha supone un riego para la vida y la implementaci¨®n de la Paz. "Si Duque modifica el acuerdo de paz, existe el peligro de que el n¨²mero de disidentes de las FARC aumente y supone tambi¨¦n un riesgo para las actuales negociaciones de paz con el otro grupo guerrillero, el ELN¡±, insiste Thomas Mortensen, responsable de InspirAction en Colombia.

Naciones Unidas ha instado de nuevo al Congreso de Colombia a poner en marcha el sistema de Justicia Especial para la Paz (JEP), un aspecto crucial de los Acuerdos de Paz basado en la verdad, la justicia, la reparaci¨®n para las v¨ªctimas y la no repetici¨®n, pero que se encuentra paralizado desde la elecci¨®n del nuevo presidente. ¡°Se pretende sacar a los militares de la JEP y quitar los curules (los asientos que ocupan las Farc en el Senado y la C¨¢mara de Representantes producto del acuerdo de paz) de las FARC pactados en el acuerdo. Se habla de la erradicaci¨®n forzosa del cultivo de coca volviendo incluso a las fumigaciones a¨¦reas con glifosato, sin respetar y promover los acuerdos de sustituci¨®n voluntaria que ya se han firmado al amparo del acuerdo de paz¡± asegura Mortensen.

A mediados de junio, las organizaciones socias de InspirAction en Colombia, CAJAR, CCEEU, CREDHOS, Sisma Mujer y PBI mantuvieron reuniones con 11 embajadas (Suiza, Holanda, Austria, Espa?a, Suecia, Portugal, Alemania, Rumania, UK, Dinamarca y Canad¨¢), la Delegaci¨®n de la Uni¨®n Europea y la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas para transmitir sus principales preocupaciones ante las anunciadas correcciones al Acuerdo de Paz por parte de Duque. El papel de todas ellas ha sido clave para conseguir unos acuerdos que, aunque no son perfectos, suponen una ventana de esperanza. La presi¨®n internacional es clave para evitar que se quede en papel mojado y se lance de nuevo a millones de personas a la violencia y el desplazamiento.