La apasionante vida de la 'madame' que se hizo millonaria vendiendo bolsos
Michelle Berk tuvo un negocio de chicas de compa?¨ªa, fue detenida, cumpli¨® arresto domiciliario y hoy vende bolsos de lujo, entre otras, a la matriarca de las Kardashian

Michelle Braun tard¨® poco en tunear su primer coche, un regalo de sus padres: conduc¨ªa al instituto en una camioneta Chevrolet morada con llamaradas rosas en los costados y una matr¨ªcula que dec¨ªa ¡°YOOSEXY¡± (t¨², sexy). Una d¨¦cada despu¨¦s, hab¨ªa ganado siete millones de euros con su negocio de prostituci¨®n de lujo seg¨²n la investigaci¨®n del FBI que culminar¨ªa con su detenci¨®n. Hoy preside una empresa de venta de bolsos Herm¨¨s que factura 15 millones al a?o. Si Estados Unidos es la tierra de las oportunidades, se las han dado todas a ella.
¡°Las chicas y los clientes estaban siendo asediados, yo recib¨ª aquella bala por todos ellos. En cierto modo soy como Jesucristo, solo que m¨¢s guapa¡±
Michelle Berk
Michelle Braun (nacida en Bakersfield, California, en un a?o indeterminado) viaj¨® a Rosarito, M¨¦xico, durante unas vacaciones en su primer a?o en la universidad de San Diego. All¨ª particip¨® en un concurso de camisetas mojadas y gan¨® cientos de d¨®lares: ¡°Desde el principio de Internet me obsesion¨¦ con la comunicaci¨®n a trav¨¦s de la red, era una friki de la tecnolog¨ªa en el cuerpo de una chica fiestera¡±, record¨® en una entrevista concedida a Rolling Stone. Sus primeros trabajos fueron en un gimnasio, en un sal¨®n de bronceado y en una discoteca. All¨ª, una noche un tipo le pidi¨® que le concertase una cita con una de sus amigas y le dio 400 euros: donde cualquiera ver¨ªa un golpe de suerte o una an¨¦cdota extravagante, Michelle vio un hueco de mercado.
Y ese negocio se beneficiaba de otro hueco, el de la legalidad. Mientras que el proxenetismo es delito en Estados Unidos, cobrar dinero a cambio de organizar citas entre dos adultos no lo es. Michelle Braun se forj¨® una imagen de marca bajo el alias Nici y la oferta de un producto tan exclusivo, aspiracional y hermoso (porque la cultura pop te ha convencido de que lo es) como un bolso de Herm¨¨s: chicas Playboy, actrices porno famosas, animadoras de la NBA, modelos que hab¨ªan sido portada de Maxim o FHM y estrellas de la telerrealidad. Las chicas de Nici satisfac¨ªan una fantas¨ªa que muchos hombres, desde el mec¨¢nico que cuelga un calendario de desnudos en su taller hasta el actual presidente de los Estados Unidos, desean poseer desde su adolescencia: mujeres sobreproducidas, con una belleza inhumana (pelo de un color rubio que no existe, piel dorada que ninguna raza tiene, voz infantil y una proporci¨®n insostenible entre su pecho y su cintura) que entronca con un canon est¨¦tico que nunca parece pasar de moda.
El magnate turco Hakan Uzan, al que Michelle Braun fue a buscar a Estambul expresamente para captarle como cliente cuando ten¨ªa 24 a?os y estaba embarazada de seis meses de su segunda hija, pagaba por grupos de chicas (20.000 euros a cada una) para que estuviesen esper¨¢ndole en su hotel. Ni siquiera manten¨ªa relaciones sexuales con ellas. Si el sexo es poder, para algunos la mera disponibilidad de ¨¦l es suficiente. O como explicaba Braun, ¡°los hombres tambi¨¦n pagan por sus Ferraris y eso no significa que sea placentero conducirlos¡±.
¡°Nici era la menos turbia de todos los agentes¡±, relat¨® una modelo de Penthouse que lleg¨® a ganar 170.000 euros al a?o trabajando para Braun. ¡°Los dem¨¢s me hac¨ªan sentir como un producto, ella me trataba como a una amiga. La diferencia es que la mayor¨ªa de agentes utilizan a sus chicas, pero ella utilizaba a sus clientes¡±. La mansi¨®n Playboy estaba revolucionada. Las novias de Hugh Hefner, que recib¨ªan una paga de 862 euros a la semana, se sacaban un sobresueldo haciendo horas extras para Nici en su tiempo libre. Las actrices porno, cuya profesi¨®n estaba siendo devaluada por el masivo consumo de pornograf¨ªa en Internet, ansiaban rentabilizar su popularidad ejerciendo como chicas de compa?¨ªa: una escena sexual se pagaba a menos de mil euros, una noche con un multimillonario a m¨¢s de 10.000. Esos hombres no solo pagaban por sexo, sino por recibir la atenci¨®n de un tipo de mujer que llevan toda su vida considerando inalcanzable. Y Michelle Braun, bajo la identidad de Nici, decidi¨® que ya que el sistema iba a explotar a las mujeres como ella al menos ser¨ªa en sus propios t¨¦rminos.
Paris Hilton posa con uno de los bolsos de Herm¨¨s de Priv¨¦ Porter en el Instagram oficial de la empresa, que tiene m¨¢s de 90.000 seguidores.
Las chicas de Nici eran las m¨¢s caras del mercado (si a principios de siglo la inflaci¨®n dispar¨® el alquiler de la vivienda, por qu¨¦ no iba a suceder lo mismo con el alquiler del cuerpo) pero sus servicios tambi¨¦n eran de lujo: mientras Charlie Sheen estaba en rehabilitaci¨®n, Braun se las ingeniaba para abastecer de chicas al actor en la consulta de su m¨¦dico, el ¨²nico lugar donde Sheen estaba autorizado a ir. Ella clasificaba a sus chicas respecto a lo que estaban o no dispuestas a hacer y cu¨¢nto val¨ªa (si se prestaban al fetichismo sado, si se pod¨ªan comportar como novias, si hac¨ªan squirt o si hablaban griego). Pero la econom¨ªa libre tiene consecuencias en todos los sectores y, cuando Nici revolucion¨® el negocio de la prostituci¨®n de lujo revalorizando el producto y gestionando las transacciones por la reci¨¦n popularizada Internet, cientos de competidores imitaron su modelo de negocio bajando los precios. Ese tipo de chica hipersexualizada ya no era exclusivo del porno, las revistas picantes o la televisi¨®n: ahora Instagram est¨¢ plagado de ellas.
Los competidores de Nici trataron de alertar al FBI y a los servicios sociales para que cuestionasen su capacidad como madre. ¡°Le daba el pecho a mi hija y la mec¨ªa mientras coordinaba los pedidos de mis clientes por tel¨¦fono¡± ¨Ca?adi¨® Braun durante sus confesiones a Rolling Stone¨C?¡°y yo lloraba porque me hab¨ªa convertido en una f¨®bica social. Me preocupaba lo que le ocurrir¨ªa a ella si yo me met¨ªa en problemas¡±. Y s¨ª: se meti¨® en problemas.
En mayo de 2002, Mark Yagalla pag¨® 430.000 euros por conocer a una chica Playboy a qui¨¦n despu¨¦s regal¨® una casa de 730.000 euros y abandon¨® por una novia de Hugh Hefner. Novia a la que compr¨® una casa de mill¨®n y medio, dos Rolex, seis coches (entre ellos, un Ferrari Spider y un Bentley) y una reproducci¨®n del collar de diamantes que Julia Roberts lleva en Pretty Woman.?Poco despu¨¦s fue arrestado por malversaci¨®n de fondos y se?al¨® a Michelle Braun como una de sus socias. El FBI irrumpi¨® en su casa con granadas de humo y encontr¨® unos vaqueros con una bolsita de coca¨ªna. Braun reaccion¨® como habr¨ªa hecho en sus a?os de adolescente cuando conduc¨ªa aquella camioneta de llamaradas rosas: diciendo que se lo estaba guardando a una amiga. ¡°Esos vaqueros no eran m¨ªos, eran una talla 34 ¨Cexplicar¨ªa¨C, ?la pierna era del tama?o de mi pantorrilla!¡±.
Mark Yagalla fue condenado a cinco a?os. Braun, arrestada solo por posesi¨®n de coca¨ªna. El siguiente novio de la chica Playboy, asesinado mientras trataba de vender las joyas regaladas por Yagalla.
Como el show (o, en este caso, el dinero) siempre debe continuar, Michelle Braun relanz¨® una divisi¨®n low cost de Nici's Girls. M¨¢s chicas (m¨¢s de cien), m¨¢s baratas (1.200 euros la hora) pero igual de problem¨¢ticas. ¡°La mayor¨ªa eran est¨²pidas¡±, se quej¨® Braun en Rolling Stone. ¡°Ganaban medio mill¨®n en un a?o y luego ven¨ªan a m¨ª sin tener d¨®nde caerse muertas porque se lo hab¨ªan gastado en ropa o en coca¨ªna. Lo siento por ellas, pero yo no quer¨ªa ser la terapeuta de nadie¡±. En 2006, el FBI volvi¨® a por ella y esta vez no pudo librarse: fue detenida durante la fiesta de cumplea?os de su hija. Acept¨® los cargos de blanqueamiento de capital y de trasladar a una mujer fuera del estado de California con la intenci¨®n de prostituirla. ¡°Las chicas y los clientes estaban siendo asediados, yo recib¨ª aquella bala por todos ellos ¨Clamenta¨C. En cierto modo soy como Jesucristo, solo que m¨¢s guapa¡±.
Kris Jenner hizo crecer el negocio de Michelle Berk despu¨¦s de etiquetar su cuenta de Instagram en la suya propia, que cuenta con m¨¢s de 20 millones de seguidores.
Y como Jesucristo, Michelle Braun resucit¨®: no a los tres d¨ªas, pero s¨ª a los dos a?os. Tras seis meses de arresto domiciliario y cuando todav¨ªa estaba cumpliendo tres a?os de libertad condicional dej¨® a su segundo marido por Jeff Berk, relanz¨® su propia marca dejando atr¨¢s a Nici para erigirse como Michelle Berk y fund¨® Priv¨¦ Porter. Hoy es la empresa de reventa de bolsos m¨¢s exitosa del planeta. En palabras de la propia Michelle Berk: ¡°?Sabes cu¨¢l es la peor parte de ser millonaria? Ninguna¡±.
Priv¨¦ Porter vende solo bolsos Birkin de Herm¨¨s. Fabricados completamente a mano durante cinco semanas, esta l¨ªnea est¨¢ bautizada en honor a la actriz Jane Birkin (cuando coincidi¨® con el presidente de Herm¨¨s en un avi¨®n se le cay¨® el contenido de su bolso al suelo, ¨¦l prometi¨® dise?arle el bolso perfecto y ella dibuj¨® lo que necesitaba en un papel) y tienen un precio de salida de unos 5.000 euros. En 2016, Priv¨¦ Porter vendi¨® uno al precio r¨¦cord de 257.000 euros. El 90 por ciento de sus beneficios provienen de Instagram (si alguien sabe de vender productos sobrepreciados a trav¨¦s de Internet, esa es Michelle Berk) y el resto de tiendas pop-up, que solo aparecen durante un d¨ªa y casi sin previo aviso, como la que visit¨® en 2016 Kris Jenner en Aspen, Colorado.
Tras comprarse dos Birkins por 15.000 euros cada uno y etiquetar a Priv¨¦ Porter en la correspondiente foto de Instagram, la cuenta de la tienda subi¨® en 8.000 seguidores y vendi¨® 20 bolsos id¨¦nticos por un total de 300.000 euros. Hoy la lista de espera es de seis meses y sus integrantes no pueden elegir el modelo que reciben. Solo saben que ser¨¢ un Birkin aut¨¦ntico.
Michelle Berk ha aprendido la lecci¨®n y hoy vuela debajo del radar. En su cuenta de Twitter, con 33 seguidores y abandonada tras publicar nueve tuits (la mayor¨ªa apoyando a Donald Trump), sigue entre otros a Kanye West, a los Knicks de Nueva York y a Kimberly Holland, chica Playboy en octubre de 2004. Como le ocurri¨® a Nici's Girls, la competencia de gangas est¨¢ saliendo de debajo de las piedras digitales: Poshmar o LuxeDH ofrecen Birkins m¨¢s baratos y con posibilidad de financiaci¨®n a plazos. Pero Jeff Berk no est¨¢ preocupado y explica: ¡°?Por qu¨¦ iba nadie a darme 45.000 euros sin ver el producto? Pues porque conf¨ªan en m¨ª. Porque llevo vendiendo productos de lujo toda mi vida adulta¡±. Su mujer tambi¨¦n.
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