Ser empresaria bajo la ocupaci¨®n: mi ¡®startup¡¯ en Gaza
La emprendedora Ghada Ibrahim comparte su experiencia de trabajar en su propia empresa tecnol¨®gica e intentar construir una nueva vida para ella y su familia en un contexto de inseguridad
Vivir en Gaza significa adaptarse continuamente a las perturbaciones. Tenemos que estar preparados para cualquier cosa que pueda suceder. El conflicto puede interrumpir nuestra vida en cualquier momento.
El tejido de nuestra sociedad es muy denso, as¨ª que cuando sucede algo terrible, como el estallido de violencia en la frontera en mayo de este a?o, en el que los soldados israel¨ªes mataron a m¨¢s de 100 palestinos, todo el mundo conoce a alguien que result¨® muerto o herido.
Sin embargo, en medio de la escasez de agua y alimentos, de los cortes de suministro el¨¦ctrico y de la constante amenaza de la violencia, Gaza Sky Geeks (GSG), la empresa en la que trabajo, es un refugio para las personas con talento. Fundada en 2011 por Mercy Corps y Google, somos la ¨²nica aceleradora de startups de la Franja de Gaza. Nuestra funci¨®n consiste en proporcionar financiaci¨®n y orientaci¨®n a las personas que sue?an con tener su propia empresa tecnol¨®gica.
Los habitantes de este territorio somos conscientes del valor de la educaci¨®n. Es una manera de contraatacar. Licenciarte, poner en pr¨¢ctica tus conocimientos y compartirlos con otros es una forma de resistencia.
Esto es especialmente cierto en el caso de las mujeres. Gaza tiene un alto porcentaje de mujeres licenciadas en ciencias inform¨¢ticas o ingenier¨ªa del software, a veces porque sus padres son conservadores y prefieren que su hija estudie una disciplina que supone que acabar¨¢ trabajando frente a un ordenador y no tendr¨¢ que relacionarse con hombres.
Tengo tres hijos, y cada d¨ªa libro una batalla interior cuando tengo que dejarlos para ir a trabajar. Hay que creer de verdad en lo que haces. De lo contrario, la culpa por ser empresaria puede ser aplastante. No me queda m¨¢s remedio que obligarme a ver las cosas de otra manera. Estoy criando a unos j¨®venes independientes capaces de hacer cosas por s¨ª mismos. Mis hijos tienen una madre con sus propios sue?os y aspiraciones, y eso es una lecci¨®n importante para ellos.
Los habitantes de este territorio somos conscientes del valor de la educaci¨®n. Es una manera de contraatacar. Licenciarte, poner en pr¨¢ctica tus conocimientos y compartirlos con otros es una forma de resistencia
En Gaza, las mujeres tienen la posibilidad de alcanzar grandes logros si cuentan con el apoyo adecuado. En GSG, la participaci¨®n femenina es de alrededor de un 42%, lo cual representa un porcentaje inusualmente alto en el sector de la tecnolog¨ªa. En 2015 pusimos en marcha un programa de inclusi¨®n que ofrece clases de programaci¨®n solo para mujeres y una ayuda de transporte para que puedan desplazarse hasta nuestro centro.
Yo misma soy un ejemplo de c¨®mo GSG apoya a las mujeres empresarias. Empec¨¦ a colaborar con la empresa hace un a?o y medio como traductora voluntaria. Hasta entonces solamente hab¨ªa hecho programaci¨®n b¨¢sica, pero pens¨¦ que tambi¨¦n pod¨ªa dise?ar programas. Me inscrib¨ª a un curso de formaci¨®n para aprender a programar. Estaba en la primera promoci¨®n. Cuando me admitieron, fue una sorpresa. Lamentablemente, a menudo dudar de una misma forma parte del hecho de ser mujer.
Aqu¨ª he visto c¨®mo las mujeres encuentran soluciones aunando sus esfuerzos. Eso me dio la idea de conectar con m¨¢s mujeres a trav¨¦s de Internet. No pod¨ªa pagar a analistas-programadores para que me ayudasen, as¨ª que tuve que aprender a programar y crear una plataforma yo misma. Espero poner en marcha Women in Technology, o Witlist, a finales de a?o. Se trata de un recurso para las mujeres que trabajan en tecnolog¨ªa que incluye un directorio y contenidos en ¨¢rabe.
Desde hace nueve meses formo parte de este equipo. He colaborado en el programa Code Academy como instructora de los cursos, y recientemente he pasado al puesto de coordinadora del programa. Trabajo seis d¨ªas a la semana y me encanta lo que hago.
Fui premiada por mi iniciativa Women in Technology, y me invitaron a un congreso en Estados Unidos, pero no llegu¨¦ a tiempo porque el permiso para salir de la Franja de Gaza lleg¨® tarde
La Franja de Gaza tiene la tasa de paro m¨¢s alta del mundo. Alrededor de la mitad de la poblaci¨®n no tiene trabajo, y las mujeres son las m¨¢s afectadas. Mucha gente con empleo no dispone de ingresos regulares porque los empresarios bajan o retienen los salarios cuando la actividad se interrumpe por el bloqueo. Hay pocas posibilidades de mudarse a otro sitio o de desarrollar las capacidades que uno tiene.
En estas condiciones, poder trabajar en tu propia empresa tecnol¨®gica alimenta tu mente y tu esp¨ªritu. No es f¨¢cil, por supuesto. He sido premiada por mi iniciativa Women in Technology, y me invitaron a un congreso en Estados Unidos, pero no llegu¨¦ a tiempo porque el permiso para salir de la Franja de Gaza lleg¨® tarde. Cuando por fin lo recib¨ª, sufr¨ª m¨¢s retrasos en los puntos de control, y al final solamente pude pasar unos d¨ªas en San Francisco.
Aun as¨ª, llam¨¦ a esta experiencia mi primera vez en todo. Fue la primera vez que sal¨ª de Gaza, mi primera vez en el extranjero y la primera en Estados Unidos. Ten¨ªa la sensaci¨®n de haber cruzado el universo. A decir verdad, estaba asustada, pero, al mismo tiempo, sent¨ªa en la sangre la emoci¨®n de la aventura.
En Gaza, adaptarnos a nuestra situaci¨®n forma parte de nuestra existencia. No puedo controlar la situaci¨®n pol¨ªtica, pero s¨ª mi vida. Acepto que vivo en la Franja de Gaza, que es dif¨ªcil salir de ella y que no tengo suficiente dinero para hacer todo lo que me gustar¨ªa por mis hijos. Sin embargo, al introducirme en el mundo de la tecnolog¨ªa, he empezado a encontrar alternativas a mi situaci¨®n. Tenemos que descubrir la manera de hacerlo, porque es nuestra ¨²nica esperanza.
Este texto fue previamente publicado en ingl¨¦s en Newsdeeply.
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