El genoma del trigo: una proeza y un salto de gigante
Los 13 a?os de esfuerzo de un consorcio cient¨ªfico internacional han merecido la pena y han creado una herramienta poderosa para mejorar la alimentaci¨®n humana
El trigo es una de las plantas de cultivo m¨¢s importantes del mundo, y ello a lo largo de toda la historia de la agricultura. Hoy aporta una de cada cinco calor¨ªas a los 7.000 millones de habitantes del planeta, y es el principal alimento de un tercio de ellos. Como la poblaci¨®n mundial va a seguir creciendo, y la temperatura de la Tierra tambi¨¦n, es necesario incrementar la producci¨®n de trigo sin comer m¨¢s terreno al bosque ni abrasar toda la tierra con pesticidas, y eso es imposible sin utilizar la ciencia, mal que les pese a algunos grupos ecologistas encastillados en una especie de pante¨ªsmo naturista, es decir, en una pseudociencia tan da?ina como todas. El genoma completo y anotado del trigo es un paso de gigante esencial, como puedes leer en Materia. Y no ha resultado nada f¨¢cil. La historia compleja de las hibridaciones y adaptaciones agr¨ªcolas de esta planta ¨Ceso s¨ª que eran manipulaciones gen¨¦ticas¡ª ha convertido este problema en uno de los m¨¢s correosos de la no muy larga historia de la gen¨®mica.
No hubo que esperar a la agricultura para que el genoma del trigo empezara a complicarse. Una hibridaci¨®n natural entre dos variedades de estas gram¨ªneas produjo el trigo duro que a¨²n hoy se usa para fabricar la pasta. Pero desde luego la agricultura espes¨® la trama posteriormente. El trigo duro fue re-hibridado con otra variedad de la gram¨ªnea, generando un nuevo trigo que es el que se utiliza para hacer pan, cerveza de trigo y muchas otras cosas por todo el mundo. No es infrecuente que la hibridaci¨®n entre dos plantas genere una duplicaci¨®n del genoma: en lugar de adoptar un juego de cromosomas de cada progenitor ¨Ccomo ocurre con la reproducci¨®n normal¡ª, la nueva variedad h¨ªbrida se queda con todos los cromosomas de los progenitores. El resultado es que el trigo actual, que ha experimentado dos hibridaciones, tiene seis juegos de cromosomas, en lugar de los dos normales. Cada gen, por tanto, est¨¢ presente en seis copias. Esto es un escollo formidable para los mejoradores del trigo, y para los ingenieros gen¨¦ticos que quieren aumentar su rendimiento o su resistencia a la sequ¨ªa o a las plagas. Ha costado 13 a?os, pero el genoma ha salvado este escollo por entero.
Una vez que uno tiene un genoma fiable, completo y bien anotado, la investigaci¨®n se acelera en ¨®rdenes de magnitud. Por ejemplo, los investigadores pueden examinar qu¨¦ genes se activan en condiciones de sequ¨ªa, o cuando el trigo sufre una plaga u otra, o la temperatura es demasiado alta o baja, o el agua es demasiado salina. Los genes que se activan en cada una de esas condiciones son firmes candidatos a dianas para la intervenci¨®n, ya sea biotecnol¨®gica o de mejora tradicional. Ya han encontrado un gen que (una vez inactivado) acelera el ciclo de cultivo, y otro que endurece el tallo y hace as¨ª polvo a una plaga que se dedica, precisamente, a comer tallos. Son temas que prometen una aplicaci¨®n inmediata a la mejora del trigo, y tambi¨¦n de otras plantas.
Tambi¨¦n hay 365 genes cuyos productos (las prote¨ªnas que esos genes codifican) estimulan reacciones inmunol¨®gicas y al¨¦rgicas en los consumidores. Los cultivadores tienen ah¨ª mucho margen de acci¨®n para crear variedades de trigo menos problem¨¢ticas para quienes se las comen. Las campa?as ecologistas irracionales han tenido, y siguen teniendo, un gran efecto en Europa. Pero, en el fondo, lo que hagamos los europeos con nuestros cultivos es irrelevante para el gran esquema de las cosas planetarias, y los pa¨ªses asi¨¢ticos y africanos llevan ya a?os desarrollando sus propios transg¨¦nicos. Ellos ser¨¢n los principales beneficiarios de este gran avance.
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