La persecuci¨®n contra la sargento Gloria Moreno
Las islas pueden ser un para¨ªso para los caciques. En Lanzarote, una agente del Seprona ha sido expedientada en cinco ocasiones por hacer su trabajo.
HOY NO PUEDO permitirme florituras literarias. Es un asunto demasiado grave y necesito todo el breve espacio del que dispongo para enunciar siquiera el tema, que es muy largo. Porque larga es la persecuci¨®n que est¨¢ sufriendo Gloria Moreno, sargento jefe del Seprona (Servicio de Protecci¨®n de la Naturaleza de la Guardia Civil) en Lanzarote. Por otro lado, no es una novedad. Seguramente ya han o¨ªdo esta historia, y eso es bueno. Deber¨ªa convertirse en un clamor.
Las islas, y m¨¢s a¨²n si son peque?as y lejanas, pueden ser un para¨ªso para los caciques. Y una prisi¨®n para quienes disienten. Al parecer, todo el mundo sab¨ªa que en Lanzarote se cazaba habitualmente de manera ilegal la pardela, un ave en riesgo de extinci¨®n, y que era un deporte practicado por las ¨¦lites del lugar con aparente impunidad. Al fin, en 2015, una gran operaci¨®n policial detuvo a 19 personas cazando o asando pardelas: grandes empresarios, propietarios de gasolineras e incluso un agente de la Polic¨ªa Nacional. Gente de poder. En la detenci¨®n tuvo mucho que ver la segoviana Gloria Moreno, que lleg¨® a la isla en 2014. No s¨®lo hizo eso Gloria; adem¨¢s se convirti¨®, por vez primera seg¨²n las organizaciones animalistas, en alguien fiable para gestionar las denuncias por maltrato animal. Gracias a ella, los crueles due?os de un perro llamado King pueden ser los primeros en entrar en la c¨¢rcel en Espa?a por un delito as¨ª. Es una genia.
Las islas, y m¨¢s a¨²n si son peque?as y lejanas, pueden ser un para¨ªso para los caciques. Y una prisi¨®n para quienes disienten.
Y bien, ?le hacen la ola sus jefes por su trabajo impecable? Nada de eso. En nueve meses, Gloria ha sido expedientada en cinco ocasiones por sus superiores. Primera sanci¨®n (leve), por la queja del director del Centro Isla de La Graciosa ¡°por entender que la sargento no le hab¨ªa tratado con la consideraci¨®n debida¡± al preguntarle por el destino de unos gatos. Segunda (leve), por ¡°incentivar a una ciudadana a poner queja¡± por unas denuncias de maltrato no cursadas. Tercera (grave), porque, al regresar al trabajo tras la baja maternal, dio respuesta a las protectoras de animales cuyas denuncias no hab¨ªan sido registradas (no comprendo que la sancionaran a ella en vez de a quienes no tramitaron esas denuncias). Cuarta (grave), por solicitar copia de las declaraciones de testigos en otros expedientes. Y quinta (muy grave), por una queja del veterinario de la perrera de Arrecife cuando la sargento investigaba denuncias contra ¨¦l. Por cierto que hace poco se archiv¨® un proceso penal contra Gloria iniciado por una queja de ese mismo veterinario, al constatarse que la denuncia carec¨ªa de fundamento. Aun as¨ª, y pese a la poca credibilidad de las alegaciones de este hombre, la sanci¨®n muy grave sigue su curso. Si la ratificaran, se la inhabilitar¨ªa durante seis meses y la separar¨ªan dos a?os del Seprona. Pero un momento, que a¨²n falta la traca. En agosto, la Fiscal¨ªa ha pedido cuatro a?os de c¨¢rcel para ella y tres de inhabilitaci¨®n por supuesta falsedad en documento oficial. Y eso tiene que ver otra vez con la pardela: cuando lleg¨® a la isla, Gloria recibi¨® una informaci¨®n sobre un guardia civil que supuestamente pod¨ªa estar avisando a los pardeleros de los movimientos del Seprona, informaci¨®n que comunic¨®, como es natural, a sus superiores. Y esos superiores, que son los mismos que la est¨¢n cosiendo a expedientes, no dieron importancia al asunto y cerraron el caso. De esa fallida investigaci¨®n viene la petici¨®n de la Fiscal¨ªa. Hoy d¨ªa (ya saben que escribo este art¨ªculo dos semanas antes de que se publique), de las cinco sanciones, Gloria ha sido absuelta de dos, la tercera ha caducado y est¨¢n a la espera del recurso de la cuarta y de que se termine de tramitar la quinta. M¨¢s el hachazo pendiente de la Fiscal¨ªa. Me temo que el hecho de que sea mujer tampoco ayuda. Hay dos estupendos reportajes que explican con amplitud esta historia incre¨ªble. El suplicio de la agente que plant¨® cara a los cazadores de aves protegidas, de Elena Sevillano, en El Pa¨ªs, y ?Qui¨¦n investiga en Canarias los delitos contra los animales?, de Laura Ruiz, en eldiario.es. L¨¦etelos: te quedar¨¢s tan horrorizado como yo, y con la inquietante sensaci¨®n de que la hermosa y acogedora Lanzarote a lo peor es como Sicilia.?
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