La derecha tira al monte del ¡®proc¨¦s¡¯

A pesar de que S¨¢nchez haya advertido a Torra que no negociar¨¢ un refer¨¦ndum, e incluso le deje ver la sombra chinesca del 155 si persevera en la v¨ªa unilateral fuera de la ley, la derecha no deja de atacar al presidente. Casado le ha advertido de que ¡°ponga orden¡± o lo har¨¢ el PP por ¡°mecanismos parlamentarios¡± o en ¡°los ¨®rganos judiciales¡±. S¨ª, es blablabl¨¢, pero en definitiva el PP, que en el Gobierno ped¨ªa lealtad en torno a Rajoy, busca el conflicto. Y aunque hay mucho de pulso t¨¢ctico con Ciudadanos, el bloque constitucional hace aguas. De las dos hip¨®tesis ¡ªculpa de la izquierda, culpa de la derecha¡ª es previsible una hip¨®tesis tercerista no maniquea. Pero hay algo seguro: el liderazgo del bloque corresponde al presidente, al menos mientras no cruce las l¨ªneas rojas. S¨¢nchez respet¨® a Rajoy bajo el 155 y, de momento, la derecha parece optar por tirar al monte.

El PP ha tenido su responsabilidad hist¨®rica en el proc¨¦s, aunque hayan impuesto el lugar com¨²n de la culpa entreguista de Zapatero a un nacionalismo irreparable. No es tan sencillo. El proc¨¦s, aunque suele datarse desde 2012, en realidad arranca en 2003. Ciertamente hay un comienzo formal en el Parlament con la declaraci¨®n 742/IX del 27 de septiembre de 2012, planteando el fraude del derecho a decidir y la consulta; pero es inseparable del Estatut. La izquierda del Tripartit sembr¨® un desastre al renunciar en 2003 al consenso estatutario con el Pacto (sectario) del Tinell, y sucedieron dos cosas: CiU intuy¨® que pod¨ªa reventarles el plan sembr¨¢ndolo de minas soberanistas; y el PP, tras los atentados del 11M y la derrota electoral, pas¨® a una oposici¨®n implacable con el mantra estrella de Espa?a se rompe que llev¨® al boicot a productos catalanes y la recogida de firmas con una ret¨®rica incendiaria. Entre todos abonaron el conflicto. Y la derecha, como la izquierda, deber¨ªa hacer autocr¨ªtica. En definitiva, en el reparto de responsabilidades, nadie sale indemne.

Hay razones para ver con desconfianza los planes de S¨¢nchez, sobre todo en su estado de necesidad para sumar mayor¨ªas, pero de momento no ha cruzado l¨ªneas rojas. Y s¨ª, est¨¢ arriesgando, pero esto tiene l¨®gica seg¨²n ese principio cient¨ªfico tan einsteniano: si algo hasta ahora no ha funcionado, no sigas haciendo las cosas de la misma manera. Tras el fracaso de la judicializaci¨®n dontancredista de Rajoy, es razonable explorar otros modos, sobre todo porque la unidad del nacionalismo ha dejado de ser firme. Ah¨ª est¨¢ el Parlament cerrado; y muchos asumen el fracaso de la v¨ªa unilateral. S¨ª, Puigdemont pilota una estrategia de confrontaci¨®n, con los amigos y compa?eros de Torra en los CDR, pero hay fisuras donde buscar v¨ªas para el deshielo. Y el bloque constitucional, en lugar de debilitar al presidente, deber¨ªa contribuir. Es al presidente al que corresponde liderar eso, y a la oposici¨®n de PP y Ciudadanos vigilar, pero no boicotear. El sabotaje es irresponsable cuando la prioridad es desactivar la fractura social ahora que asoma el oto?o caliente dise?ado por los indepes. El martes Torra encender¨¢ la mecha.