?Quiere vivir m¨¢s? Considere los aspectos ¨¦ticos
La carrera por la longevidad plantea cuestiones como estas: ?una vida m¨¢s larga es algo bueno?, ?prolongar la vida podr¨ªa ser perjudicial para los dem¨¢s?
Prolongar la vida ?es decir, utilizar la ciencia para ralentizar o detener el envejecimiento humano de manera que la gente viva mucho m¨¢s de lo que vive de manera natural? puede ser posible alg¨²n d¨ªa.
Las grandes empresas se est¨¢n tomando en serio esta posibilidad. En 2013, Google fund¨® una compa?¨ªa llamada Calico para desarrollar m¨¦todos de prolongaci¨®n de la vida, y los multimillonarios de Silicon Valley Jeff Bezos y Peter Thiel han invertido en Unity Biotechnology, cuya capitalizaci¨®n burs¨¢til es de 700 millones de d¨®lares. Unity Biotechology se centra sobre todo en la prevenci¨®n de las enfermedades relacionadas con la edad, pero es posible que sus investigaciones lleven a descubrir m¨¦todos para frenar o evitar el envejecimiento en s¨ª.
Desde mi perspectiva de fil¨®sofo, esto plantea dos cuestiones ¨¦ticas. En primer lugar, ?una vida m¨¢s larga es algo bueno? Y en segundo, ?prolongar la vida podr¨ªa ser perjudicial para los dem¨¢s?
?Es bueno vivir eternamente?
No todo el mundo est¨¢ convencido de que prolongar la vida sea bueno. En un sondeo realizado en 2013 por el proyecto Religi¨®n y Vida P¨²blica del Centro Pew de Investigaci¨®n, a algunos entrevistados les preocupaba que la existencia pudiese llegar a resultar aburrida, o que se perdiesen las ventajas de envejecer, como adquirir una mayor sabidur¨ªa o aprender a aceptar la muerte.
Algunos fil¨®sofos, entre ellos Bernard Williams, han compartido esta preocupaci¨®n. En 1973, Williams argument¨® que la inmortalidad se volver¨ªa insoportablemente aburrida si uno no cambiaba nunca. Asimismo, sostuvo que si las personas cambiaban lo suficiente como para evitar el aburrimiento insoportable, acabar¨ªan transform¨¢ndose hasta tal punto que ser¨ªan totalmente diferentes.
Por otra parte, tampoco todo el mundo est¨¢ seguro de que una vida m¨¢s larga sea algo malo. Yo no lo estoy. Pero esa no es la cuesti¨®n. Nadie propone obligar a nadie a que utilice las t¨¦cnicas de prolongaci¨®n de la vida y, por respecto a la libertad, no se deber¨ªa impedir a nadie que hiciese uso de ellas.
El fil¨®sofo del siglo XIX John Stuart Mill defend¨ªa que la sociedad debe respetar la libertad individual cuando se trata de decidir qu¨¦ es bueno para nosotros. En otras palabras, es un error interferir en las opciones de vida de alguien incluso cuando las decisiones que toma son malas.
No obstante, Mill sosten¨ªa tambi¨¦n que nuestro derecho a la libertad est¨¢ limitado por el "principio del da?o". Este principio establece que el deber de no causar da?o a los dem¨¢s restringe el derecho a la libertad individual.
Los posibles perjuicios son muchos. Los dictadores podr¨ªan vivir demasiado, la sociedad podr¨ªa volverse demasiado conservadora y reacia al riesgo, y puede que hubiese que limitar las pensiones, por mencionar solo algunos. Uno de los m¨¢s destacados desde mi punto de vista es la injusticia del acceso desigual.
?En qu¨¦ consiste este cuando se trata de la prolongaci¨®n de la vida?
?Solo al alcance de los ricos?
Muchas personas, entre otros el fil¨®sofo John Harris y los participantes en el sondeo del Centro Pew, temen que la prolongaci¨®n de la vida solo est¨¦ al alcance de los ricos y aumente todav¨ªa m¨¢s las desigualdades ya existentes.
Ciertamente, es injusto que haya gente que viva m¨¢s que los pobres porque dispone de mejores cuidados m¨¦dicos. Todav¨ªa ser¨ªa mucho m¨¢s injusto que los ricos pudiesen vivir m¨¢s d¨¦cadas o siglos que los dem¨¢s y dispusiesen de m¨¢s tiempo para consolidar sus ventajas.
Algunos fil¨®sofos proponen que la sociedad deber¨ªa impedir la desigualdad prohibiendo la prolongaci¨®n de la vida. Es la igualdad por la negaci¨®n: o todos tienen acceso a ella, o no lo tiene nadie.
Sin embargo, como se?ala el fil¨®sofo Richard J. Arneson, la "nivelaci¨®n hacia abajo" ¡ªlograr la igualdad empeorando la situaci¨®n de algunas personas sin que mejore la de nadie¡ª es injusto.
Efectivamente, tal como sostengo en mi reciente libro sobre la ¨¦tica de la prolongaci¨®n de la vida, la mayor¨ªa de nosotros rechazamos la nivelaci¨®n hacia abajo en otras situaciones. Por ejemplo, no hay suficientes ¨®rganos humanos para trasplantar, pero nadie piensa que la respuesta sea prohibir los trasplantes.
Adem¨¢s, es posible que prohibir o frenar el desarrollo de la prolongaci¨®n de la vida solo sirviese para retrasar el momento en que la tecnolog¨ªa fuese lo bastante barata como para que todo el mundo accediese a ella. Antes los televisores eran un juguete para ricos. Hoy en d¨ªa los tienen hasta las familias pobres. Con el tiempo podr¨ªa pasar lo mismo con el aumento de la esperanza de vida.
Para que haya justicia, la sociedad tiene que subvencionar el acceso a la prolongaci¨®n de la vida en la medida en que pueda permit¨ªrselo, pero no prohibirla solo porque no es posible proporcion¨¢rsela a todo el mundo.
?Una crisis de superpoblaci¨®n?
Otro posible perjuicio es que el mundo llegar¨ªa a estar superpoblado. A mucha gente, entre la que se encuentran los fil¨®sofos Peter Singer y Walter Glannon, le preocupa que la prolongaci¨®n de la vida humana pudiese causar un exceso de poblaci¨®n, contaminaci¨®n y una escasez de recursos graves.
Como han propuesto algunos fil¨®sofos, una manera de evitarlo es limitar el n¨²mero de hijos una vez haya aumentado la esperanza de vida.
Esto ser¨ªa muy dif¨ªcil pol¨ªticamente, y muy duro para aquellos que quieren vivir m¨¢s. No obstante, intentar prohibir la prolongaci¨®n de la vida ser¨ªa igual de dif¨ªcil, y negar a la gente una mayor longevidad ser¨ªa igualmente duro para ella, si no m¨¢s. Por severo que resulte, limitar la reproducci¨®n es una manera mejor de respetar el principio del da?o.
?La muerte ser¨ªa peor?
Otro posible perjuicio es que la generalizaci¨®n de la prolongaci¨®n de la vida har¨ªa la muerte peor para algunas personas.
En igualdad de condiciones, es mejor morir a los 90 a?os que a los nueve. A los 90 no te pierdes demasiados a?os, pero a los nueve te pierdes la mayor parte de tu posible vida. Como sostiene el fil¨®sofo Jeff McMahan, la muerte es peor cuantos m¨¢s a?os te quita.
Ahora imaginemos que la gente que viviese en un barrio mucho m¨¢s rico no tuviese que morir alrededor de los 90 a?os, sino que pudiese permitirse prolongar su vida y llegase a los 190, y que usted no pudiese permit¨ªrselo y muriese a los 80. ?Su muerte no ser¨ªa tan mala, ya que solamente se perder¨ªa unos pocos a?os, o ser¨ªa todav¨ªa peor debido a que, si hubiese accedido a la prolongaci¨®n de la vida, podr¨ªa haber llegado los 190? ?Se perder¨ªa 10 a?os o 110?
En un mundo en el que algunas personas accediesen a la prolongaci¨®n de la vida y otras no, ?de cu¨¢ntos a?os te privar¨ªa la muerte en realidad?
Tal vez la medida correcta sea el n¨²mero de a?os que la prolongaci¨®n de la vida te otorgar¨ªa, multiplicado por la probabilidad de obtenerlos. Por ejemplo, si una persona tuviese un 20% de probabilidades de llegar a los 100 a?os, la fatalidad de su muerte se incrementar¨ªa en una medida equivalente a los a?os a los que habr¨ªa llegado si su vida hubiese durado lo normal, m¨¢s otros 20.
En tal caso, el hecho de que algunas personas pudiesen acceder a la prolongaci¨®n de la vida aumentar¨ªa en cierta medida la fatalidad de la propia muerte. Es un perjuicio m¨¢s sutil que el de vivir en un mundo superpoblado, pero un perjuicio al fin.
Sin embargo, no cualquier perjuicio tiene entidad suficiente para prevalecer sobre la libertad. Al fin y al cabo, existen nuevos tratamientos m¨¦dicos muy caros que permiten prolongar la duraci¨®n normal de la vida, pero, aunque conviertan la muerte en algo ligeramente peor para aquellos que no se los pueden permitir, nadie piensa que habr¨ªa que prohibirlos.
Creo que la prolongaci¨®n es la vida es algo bueno, si bien supone una serie de riesgos para la sociedad que deben ser tomados en serio.
John K. Davis es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la Universidad del Estado de California en Fullerton.
Cl¨¢usula de divulgaci¨®n:
John K. Davis es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la Universidad del Estado de California en Fullerton. Su investigaci¨®n sobre la prolongaci¨®n de la vida ha sido financiada en parte mediante una beca de la Fundaci¨®n Templeton a trav¨¦s del Proyecto Inmortalidad. La editorial del Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts le proporciona fondos en calidad de miembro de The Conversation USA.
Este art¨ªculo fue publicado originalmente en ingl¨¦s en la web The Conversation.
Traducci¨®n de News Clips.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.