Una defensa errada
El Museo de la Memoria no pretende presentar un relato de la historia del Chile contempor¨¢neo, sino mostrar lo que fue la dictadura
El gran novelista y dem¨®crata Mario Vargas Llosa ha salido a la defensa del ensayista chileno Mauricio Rojas, en estas mismas p¨¢ginas, con la pasi¨®n del leal amigo, pero omitiendo hechos que entran mucho m¨¢s en la pol¨ªtica que en el debate intelectual. Rojas, autodenominado ¡°converso¡± de la izquierda radical a la derecha liberal, hab¨ªa sido nombrado ministro de las Culturas por el presidente de Chile, Sebasti¨¢n Pi?era, pero dimiti¨® del cargo 90 horas m¨¢s tarde por una pol¨¦mica suscitada por antiguas afirmaciones suyas sobre el Museo de la Memoria de Chile, que exhibe los horrores de la dictadura pinochetista.
No hubo, como sostiene Vargas Llosa, una ¡°impecable operaci¨®n de descr¨¦dito y calumnia¡± de la izquierda. La supuesta campa?a fue una reacci¨®n desorganizada y de amplio espectro iniciada por un tuit del galardonado poeta chileno Ra¨²l Zurita.
Vargas Llosa sintetiza las palabras de Rojas contra el Museo de la Memoria en la frase: ¡°Un montaje dram¨¢tico m¨¢s que un museo¡±. En realidad, lo que Rojas expres¨® hace menos de dos a?os fue que ¡°se trata de un montaje cuyo prop¨®sito, que sin duda logra, es impactar al espectador, dejarlo at¨®nito, impedirle razonar¡±, y que el museo hace ¡°un uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional¡±.
El presidente Pi?era ha manifestado que cuando nombr¨® a Rojas como ministro ¡°no tuvimos conciencia ni nadie advirti¨® sus opiniones [de] hac¨ªa algunos a?os respecto al museo¡±. Y agreg¨®: ¡°No comparto sus palabras respecto al Museo de la Memoria cuando habl¨® de un montaje, una mentira¡±.
M¨¢s a¨²n, el propio Rojas reneg¨® de su dictamen: ¡°Ya no reflejan mi posici¨®n actual¡±, declar¨®. Entonces no hay necesidad de proveerle amparo.
En su alegato, Vargas Llosa culpa a la izquierda por haber contribuido ¡°a destruir la democracia chilena y a llevar al poder al sanguinario r¨¦gimen de Pinochet, que, por supuesto, la golpe¨® a mansalva¡±. Y le recomienda ¡°examinar con un ojo cr¨ªtico sus errores y excesos durante aquel periodo¡±.
Resulta que la m¨¢s severa autocr¨ªtica del periodo previo al golpe de 1973 ha provenido de la izquierda. De ese proceso surgi¨® el ¡°socialismo renovado¡± que, en alianza con la Democracia Cristiana, adversaria durante el Gobierno de Salvador Allende, lider¨® la recuperaci¨®n de la democracia con ¡°un l¨¢piz y un papel¡± en el plebiscito de 1988. Con excepciones individuales, la derecha a¨²n no hace un mea culpa institucional de su apoyo a la dictadura pinochetista.
La admisi¨®n de la brutalidad dictatorial para algunos debe ir aparejada de un ¡°contexto hist¨®rico¡±, aunque no hay contexto alguno que pueda justificar cr¨ªmenes de lesa humanidad. Por lo dem¨¢s, el Museo de la Memoria no pretende presentar un relato de la historia del Chile contempor¨¢neo, sino mostrar lo que fue la dictadura.
Las palabras de Rojas tocaron algo muy profundo en el alma de Chile, m¨¢s all¨¢ de izquierdas o derechas. La indignaci¨®n emergi¨® de nuevo 45 a?os despu¨¦s del golpe por fuerza de la memoria, como con la exigida salida de los restos de Franco del Valle de los Ca¨ªdos.
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