Atentado en Brasil

La pu?alada sufrida por el candidato a la presidencia de Brasil Jair Bolsonaro es un acto inaceptable y grav¨ªsimo al que no hay que conceder la m¨¢s m¨ªnima oportunidad de desestabilizar la campa?a electoral de las trascendentales elecciones del pr¨®ximo octubre. Las condenas expresadas por los rivales del candidato agredido no son pues ¨²nicamente una muestra de solidaridad m¨¢s all¨¢ de las ideolog¨ªas, sino un mensaje al electorado de que Brasil no puede transigir con el peor acto de violencia f¨ªsica contra el proceso democr¨¢tico vivido en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas.

Bolsonaro es un candidato populista, con planteamientos de ultraderecha que ha caracterizado su campa?a a la Jefatura de Estado por una defensa velada ¡ªy en ocasiones expl¨ªcita¡ª del recurso a la violencia. Pero una de las grandezas de la democracia ¡ªy no cabe duda de que Brasil es una democracia¡ª es precisamente tolerar, proteger y otorgar igualdad de oportunidades a las voces m¨¢s discrepantes siempre que estas acepten las reglas del juego.

Brasil vive una complicad¨ªsima crisis institucional desde que se abri¨® el proceso de destituci¨®n de la presidenta ganadora de las pasadas elecciones, Dilma Rousseff, y comenzaran las primeras condenas de c¨¢rcel por corrupci¨®n pol¨ªtica entra las que destaca la impuesta al expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva. En estas circunstancias, lo ¨²ltimo deseable es una campa?a electoral tumultuosa que impida una elecci¨®n sosegada.

Por eso mismo son preocupantes y absolutamente fuera de lugar los intentos de los colaboradores de Bolsonaro de crispar todav¨ªa m¨¢s los ¨¢nimos. Las palabras de la mano derecha del candidato, Gustavo Bebianno, asegurando que ¡°ahora es la guerra¡± son un inmejorable ejemplo de irresponsabilidad y falta de sentido de Estado.

Un individuo en solitario ha atentado con un cuchillo contra un candidato. Esa es la realidad. Brasil no est¨¢ en guerra.