Viaje al ?rtico
M¨¢s que la llegada de inmigrantes, deber¨ªa preocuparnos el que podamos ba?arnos en el B¨¢ltico como si fuera el Mediterr¨¢neo
Este verano tuve la oportunidad de cruzar Europa en coche con mi familia y viajar hasta la Laponia sueca, la tierra de mi madre. Viajar en coche permite apreciar las distancias de un modo m¨¢s real que cuando uno se desplaza en avi¨®n. Permite tambi¨¦n experimentar los cambios de paisaje y de gentes de manera gradual y tomar cierta perspectiva sobre lo que nos une y separa entre pa¨ªses y lo que significa el mestizaje cultural. Como todo viaje, ofrece la oportunidad de relativizar nuestras preocupaciones cotidianas y descubrir que hay asuntos m¨¢s esenciales ¡ªel cambio clim¨¢tico sin ir m¨¢s lejos¡ª en los que deber¨ªamos reparar.
Otros art¨ªculos de la autora
Sin llegar a las dimensiones americanas o africanas, Europa sigue siendo un continente alargado, especialmente su extremo norte. Salvo excepciones, es tambi¨¦n un continente de grandes espacios abiertos sin urbanizar, algo todav¨ªa m¨¢s apreciable en la regi¨®n ¨¢rtica donde la densidad de poblaci¨®n es menor a un habitante por kil¨®metro cuadrado. Culturalmente, pens¨¦ mientras viajaba, Europa se asemeja a un espectro de color en el que las tonalidades van mutando y confundi¨¦ndose con las siguientes: el azul en verde, el verde en amarillo... Por ejemplo, hay caracter¨ªsticas est¨¦ticas en el norte de Francia que contin¨²an observ¨¢ndose en Alemania, y lo mismo sucede entre el norte de Alemania y Dinamarca y entre este pa¨ªs y el sur de Suecia. Las fronteras oficiales ¡ªlas que hist¨®ricamente han sido objeto de cruentas guerras¡ª son indicativas de estos cambios de tonalidad, pero no rompen abruptamente el espectro.
Percib¨ª tambi¨¦n el v¨ªnculo cultural que guardan las sociedades europeas con otros continentes, incluso aquellas m¨¢s perif¨¦ricas como Suecia. En el siglo XIX lleg¨® a emigrar un tercio de la poblaci¨®n sueca a Am¨¦rica del Norte. Los suecos que emigraban buscaban unas condiciones clim¨¢ticas y de terreno similares a las que conoc¨ªan y trajeron consigo h¨¢bitos de trabajo y ocio con los que contribuyeron a moldear la idiosincrasia estadounidense. Los que regresaron portaban a su vez tendencias de ese lado del Atl¨¢ntico. Hoy la impronta estadounidense sigue siendo palpable en los gustos y preferencias de los escandinavos del norte, desde el fast food hasta los coches vintage americanos. En ese inevitable vaiv¨¦n de influencias que es la historia me preguntaba: ?qu¨¦ cruces entre costumbres suecas y, por ejemplo, de Oriente Pr¨®ximo, se producir¨¢n conforme se asienten los refugiados de aquella regi¨®n en el pa¨ªs n¨®rdico y algunos regresen a sus pa¨ªses de origen?
En estos momentos de especial suspicacia hacia los de fuera, resulta ¨²til reflexionar sobre el mestizaje cultural en el pasado para tratar de normalizar el fen¨®meno y diluir el temor que causa en cada vez m¨¢s sectores: pocos de nuestros h¨¢bitos y costumbres, incluso los aparentemente m¨¢s arraigados, no son de generaci¨®n espont¨¢nea y aislada, sino fruto del intercambio y la fusi¨®n de tradiciones de distinto origen a lo largo del tiempo.
Nuestros h¨¢bitos y costumbres son fruto del intercambio y la fusi¨®n de tradiciones de distinto origen a lo largo del tiempo
Durante el viaje, fue, asimismo, inevitable no percatarse de la sequ¨ªa en la que ha estado sumida Europa en los ¨²ltimos meses. Pudimos ver campos y parques urbanos amarillos, ¨¢rboles de aspecto oto?al y flores chamuscadas pr¨¢cticamente a lo largo de todo el continente. En el ?rtico, el habitual fen¨®meno del sol de medianoche conflu¨ªa con temperaturas diurnas de 30 grados, creando una atm¨®sfera tan ins¨®lita como inquietante.
Suecia no se hab¨ªa enfrentado antes a los incendios forestales masivos, algo que en el sur de Europa vivimos con triste normalidad en ¨¦poca estival. El Gobierno tuvo que pedir ayuda a la Uni¨®n Europa para controlar los cientos de incendios que se desataron sucesivamente en el pa¨ªs. Durante semanas, los bosques en llamas, las evacuaciones, la ausencia de medios propios para paliar el fuego, y, en general, los efectos del calor coparon portadas y tertulias. Parec¨ªa incluso que el asunto del calentamiento global iba a terminar por eclipsar el de la inmigraci¨®n en la campa?a electoral que ha precedido a las elecciones generales que se celebran all¨ª este domingo, 9 de septiembre. El Partido Verde (Milj?partiet), el que m¨¢s en serio dice tomarse el cambio clim¨¢tico, ha mejorado sus perspectivas electorales en un pa¨ªs que ya es referente en pol¨ªtica medioambiental.
Desde Andaluc¨ªa hasta Laponia, el paisaje europeo est¨¢ cambiando. Pero no es la llegada de desconocidos procedentes de otros continentes lo que lo est¨¢ alterando de manera irreversible. Los flujos de personas y las transformaciones culturales que vive Europa son una constante en la historia del continente. La novedad que debe preocuparnos es que uno se pueda ba?ar en el B¨¢ltico como si del Mediterr¨¢neo se tratase. Es el cambio clim¨¢tico el que alterar¨¢ nuestro modo de vida radicalmente. Y no para bien.
Olivia Mu?oz-Rojas es doctora en Sociolog¨ªa por la London School of Economics e investigadora independiente. Su blog es www.oliviamunozrojasblog.com
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Crisis refugiados Europa
- Crisis migratoria
- Crisis humanitaria
- Refugiados
- Problemas demogr¨¢ficos
- Inmigraci¨®n irregular
- Pol¨ªtica migratoria
- V¨ªctimas guerra
- Cat¨¢strofes
- Fronteras
- Inmigraci¨®n
- Pol¨ªtica exterior
- Desastres
- Cambio clim¨¢tico
- Migraci¨®n
- Uni¨®n Europea
- Problemas ambientales
- Europa
- Demograf¨ªa
- Sucesos
- Organizaciones internacionales
- Conflictos
- Relaciones exteriores
- Sociedad