Lo que se aprende construyendo por el mundo: un proyecto es solo un guion
Un estudio espa?ol construye un curr¨ªculum internacional dise?ando, desde Madrid, y viajando para estudiar las realidades locales de Puerto Rico, Namibia o Paraguay. ?La mayor lecci¨®n? La necesidad de ser flexible
Hace siete a?os, Marcelo Ruiz Pardo (1980), un arquitecto que hab¨ªa estudiado en Madrid y en Ginebra, y una ingeniera, Sonia Nebreda (1979), que tras titularse en Burgos ampli¨® estudios en Madrid y Barcelona, formaron el estudio Ruiz Pardo¨CNebreda. En este tiempo, han finalizado edificios en Paraguay, Puerto Rico, Namibia, Espa?a o El Salvador. Y han acumulado una lista de reconocimientos y premios. En esta entrevista, Ruiz Pardo explica c¨®mo lo han hecho y qu¨¦ han aprendido en el proceso.
Pregunta. ?Qu¨¦ han hecho para trabajar en lugares tan distintos como Paraguay y Namibia?
Respuesta. Trabajar en lugares muy distintos entre s¨ª ha requerido gran capacidad de adaptaci¨®n, ya que, adem¨¢s de la variedad geogr¨¢fica, muchas de las obras que hemos realizado en el extranjero las hemos hecho a la vez, en un mismo espacio de tiempo. El primer encargo que tuvimos fuera de Espa?a fue para un cliente privado en Puerto Rico. Lo que les hizo volver a confiar en nosotros para otros trabajos y recomendarnos a otros agentes en pa¨ªses de Latinoam¨¦rica y ?frica fue la manera flexible en que trabajamos con la industria local. Nos adaptamos a trabajar con lo que hab¨ªa. Aunque hemos hecho obra p¨²blica ganada por concurso, casi todos nuestros trabajos tienen clientes privados. Para trabajar con ellos siempre barajamos m¨²ltiples opciones. En lugar de tratar de convencerles de una alternativa que consideramos ideal, analizamos diversas propuestas. Creemos que ha sido eso lo que ha generado una relaci¨®n de confianza basada en la viabilidad de las propuestas. Conocer el lugar es estudiarlo a ¨¦l y a su contexto: la geograf¨ªa, las costumbres, la topograf¨ªa, la industria y la manera de construir.
Entendemos que la ¨²nica manera de aproximarnos a un nuevo contexto es atender no solo a la realidad cultural y social de cada pa¨ªs, sino tambi¨¦n a su realidad industrial y artesanal. No entendemos el lugar solo como el soporte f¨ªsico de un entorno. Conocer un lugar es saber c¨®mo est¨¢n estructuradas las relaciones de la industria y de la construcci¨®n, su marco normativo, la tradici¨®n artesanal o las relaciones comerciales. Ese conocimiento requiere viajar y dialogar pero tambi¨¦n mantener una visi¨®n cr¨ªtica distante, como la de una persona que visita un lugar por primera vez.
P. En Namibia no hab¨ªa planificaci¨®n posible¡
R. Por eso en cada visita era necesario actuar como un bricoleur. En la Sede de Puma Energy en Paraguay, en cambio, pudimos explorar una soluci¨®n de proyecto condicionados por una restricci¨®n municipal. Tambi¨¦n por la influencia en este pa¨ªs de la t¨¦cnica del postesado, proveniente de la arquitectura brasile?a. Nuestro proyecto requer¨ªa una soluci¨®n de grandes luces y al mismo tiempo la altura permitida era muy reducida por lo que la estructura horizontal la construimos con losas postesadas bidireccionales. El resultado fue un volumen compacto en secci¨®n con una planta baja flexible y di¨¢fana conectada con la ciudad. La indeterminaci¨®n del uso y la conexi¨®n con la calle convirtieron nuestra planta baja en un espacio intermedio entre lo p¨²blico y lo privado.
En Puerto Rico es fundamental tener en cuenta las relaciones comerciales con Estados Unidos, donde es habitual el empleo de materiales estandarizados, mientras que en Tanzania es importante conocer la influencia comercial de la India o en Zambia la de China y Sud¨¢frica a la hora de definir las especificaciones de los materiales y equipos.
P. ?En qu¨¦ pa¨ªs le ha costado m¨¢s construir y por qu¨¦?
R. Cada pa¨ªs tiene unas circunstancias que es necesario ir descubriendo poco a poco cuando se act¨²a en ¨¦l por primera vez. Desde su normativa, hasta la disponibilidad de materiales, pasando por el encaje profesional de todos los agentes involucrados. Pero quiz¨¢ donde ha habido mayor complejidad ha sido en ?frica en general y m¨¢s concretamente en Namibia.
All¨ª construimos el NM Operaciones Industriales, un peque?o edificio en Walvis Bay dentro de una terminal de tanques de combustible que alberga un espacio de oficinas y servicios para el personal de la terminal y los conductores de los camiones cisterna, todos vinculados por un corredor exterior elevado del suelo y cubierto por un voladizo. Lo que hicimos fue espacio protegido del sol y del tr¨¢fico rodado que facilita la interacci¨®n entre usuarios.
P. ?Por qu¨¦ fue tan dif¨ªcil?
R. Toda la ciudad es una extensi¨®n del puerto industrial y est¨¢ ubicada en un ambiente extremadamente corrosivo e inh¨®spito. Se trata de un lugar de paso de mercanc¨ªas en el que apenas hay poblaci¨®n estable y, por lo tanto, apenas hay servicios y recursos para ser utilizados en este lugar. Esto hizo que durante el transcurso de la obra fuera necesario improvisar y reformular todas las soluciones constructivas en cada visita dependiendo de lo que estuviera disponible en cada momento en los almacenes de la regi¨®n a los que solo se pod¨ªa llegar a trav¨¦s de largos viajes por el desierto.
Aunque ya hab¨ªamos realizado proyectos en el extranjero, esta fue la primera obra que completamos fuera de Espa?a y supuso un gran aprendizaje para lo que vendr¨ªa despu¨¦s. Aprendimos a afrontar los proyectos y las obras con mayor flexibilidad y capacidad de adaptaci¨®n. Desde entonces, para nosotros los proyectos son un guion que debe ser completado y enriquecido a lo largo de su ejecuci¨®n.
P. ?Los materiales y la industria son m¨¢s determinantes que las normativas?
R. En Paraguay convive la normativa espa?ola con la estadounidense, mientras que en Zambia se aplica fundamentalmente la sudafricana y la brit¨¢nica. Como resultado de esta superposici¨®n de mapas e influencias, pueden darse situaciones parad¨®jicas en las que las normas exigen criterios importados de calidad a los cuales el pa¨ªs en cuesti¨®n no tiene acceso. En R. D. del Congo se emplean Euroc¨®digos y normas de origen franc¨¦s, pero los equipos realmente disponibles no permiten su cumplimiento.
Las obras son espacios de negociaci¨®n donde un mismo proyecto puede ser un ¨¦xito o un fracaso. Por eso dedicamos mucho tiempo y esfuerzo a estar en ellas para discutir y coordinar a todos los agentes, desde el promotor hasta el pe¨®n. Teniendo en cuenta la dispersi¨®n geogr¨¢fica de los proyectos, eso nos obliga a viajar de manera constante de un lugar a otro, y al mismo tiempo, mantener en marcha el estudio en Madrid. Muchas veces nos dividimos y mientras uno gestiona el estudio, el otro viaja a las obras.
P. ?Alg¨²n proyecto les representa m¨¢s a ustedes?
R. En los ¨²ltimos a?os hemos construido m¨¢s por oportunidad que por elecci¨®n. Entendemos que ciertas l¨ªneas de trabajo e investigaci¨®n se pueden llevar a cabo independientemente del encargo. Tal vez en la Sede de Puma Energy en El Salvador hemos podido sintetizar ciertas cuestiones sobre las que trabajamos habitualmente: la integraci¨®n de lo industrial y lo artesanal, la inserci¨®n de lo p¨²blico y colectivo en programas privados o la adecuaci¨®n clim¨¢tica de los edificios a las diferentes localizaciones.
En El Salvador, descubrimos que oficios como los herreros o los ebanistas mantienen una fuerte tradici¨®n entre generaciones. A partir de ah¨ª, determinadas soluciones que originalmente estaban previstas de un modo m¨¢s industrializado se modificaron para aprovechar ese potencial artesanal, de manera que la propia obra se convirti¨® en un gran taller de oficios donde lo industrial se transformaba e integraba de manera artesanal. No entendemos la tecnolog¨ªa como lo opuesto a lo artesano sino que procuramos poner en pr¨¢ctica su fusi¨®n.
Por otro lado, a pesar de haber trabajado mayoritariamente con programas privados, hemos procurado siempre incluir la noci¨®n de espacio colectivo en cada uno de ellos. En la Sede de Puma Energy en El Salvador, la estrategia ha sido sobredimensionar ciertas ¨¢reas del edificio sin ning¨²n programa espec¨ªfico y ubicarlas en lugares muy visibles y accesibles. Esta concepci¨®n de la inserci¨®n de espacios indefinidos dentro de programas privados permite su apropiaci¨®n por parte de los usuarios y la aparici¨®n espont¨¢nea de actividades no intencionadas como si de un espacio p¨²blico se tratara.
Procuramos tambi¨¦n que los edificios se adec¨²en a sus emplazamientos empleando estrategias pasivas y sencillas.
Cada proyecto en un pa¨ªs nuevo supone una aventura. En Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo hemos llegado a realizar nueve propuestas para un mismo encargo, tres de ellas hasta la fase de licitaci¨®n. Finalmente, no creemos que se vaya a construir ninguna debido a cuestiones pol¨ªtico-econ¨®micas, pero la experiencia ha sido muy importante.
P. ?Qu¨¦ lecci¨®n pueden compartir?
R. Uno de los aprendizajes m¨¢s significativos ha sido el de entender el rol del arquitecto en cada pa¨ªs. Hay lugares donde apenas tiene voz, salvo en cuestiones banales del dise?o, o sencillamente donde no es habitual que est¨¦ involucrado en la direcci¨®n o supervisi¨®n de la obra. Es precisamente en estos contextos, donde cada profesional solo atiende a su parcela de responsabilidad, donde vemos que la figura del arquitecto tal y como la entendemos, puede ser un instrumento de di¨¢logo capaz de establecer v¨ªnculos entre ellos. Creemos que el arquitecto debe ser un catalizador que haga confluir las visiones e intereses de todos.
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