El h¨¢bito que te ayuda a mejorar tu futuro en treinta segundos
Despu¨¦s de cada reuni¨®n o clase o cualquier experiencia interesante, anota brevemente tus conclusiones
Si queremos tomar mejores decisiones, necesitaremos aprender cosas nuevas. Eso no pasa solo por leer libros, asistir a clases o tomar notas como un loco, porque la experiencia demuestra que, pasado un tiempo, la informaci¨®n se evapora como por arte de magia. Lo que necesitamos es vivir experiencias de aprendizaje, recordarlas y trabajarlas para que se conviertan en buenos criterios. Pues bien, existe un peque?o truco muy sencillo, de tan solo treinta segundos, que nos ayuda a conseguirlo: despu¨¦s de cada reuni¨®n o clase o cualquier experiencia interesante, debemos anotar brevemente nuestras conclusiones. No se trata de recoger los principales puntos tratados ni un resumen de lo vivido, porque seguramente se nos olvidar¨¢. Hemos de escribir nuestras reflexiones y ¡°en caliente¡±, sin esperar a llegar a casa. Y el motivo de hacerlo es que funcionamos con dos tipos de memoria: la de trabajo y la de largo plazo.
La memoria de trabajo es la que se activa conscientemente cuando hacemos algo. Est¨¢ ubicada en la corteza prefrontal y es capaz de contener cuatro fragmentos de informaci¨®n al mismo tiempo (antes se pensaba que eran siete, pero parece que no somos tan habilidosos). Solo una parte de lo que entra en nuestra memoria de trabajo somos capaces de llevarla a la del largo plazo, que almacena recuerdos e informaciones durante a?os. Pues bien, lo que ayuda a que una informaci¨®n permanezca en el tiempo es trabajarla de manera consciente, seleccionando lo esencial y repasando las conclusiones de vez en cuando. Dichas conclusiones son piezas de informaci¨®n (o chunks, como se dice en ingl¨¦s en la jerga de la neurociencia) y que act¨²an como ingredientes para elaborar buenas decisiones futuras. As¨ª al menos lo han demostrado personas brillantes que he tenido la suerte de conocer.
Anxo P¨¦rez es un empresario gallego con una gran trayectoria, que habla nueve idiomas y es capaz de tocar nueve instrumentos musicales. Comenz¨® con los idiomas extranjeros cuando ten¨ªa 16 a?os. Tiene varios libros sobre su ¨¦xito, pero una de las claves me la cont¨® en persona. Cuando hace la inmersi¨®n en un nuevo idioma, tiene una libreta en la que anota solo y exclusivamente las palabras que cree que son esenciales. No se despega de ella durante su proceso de aprendizaje y diariamente, la repasa. Esto le obliga a descartar, a focalizarse en las piezas de informaci¨®n clave y a conseguir hablar idiomas tan dispares como el ingl¨¦s, el chino o el ruso.
Otra persona muy brillante en los negocios que conoc¨ª, cada vez que se reun¨ªa terminaba la conversaci¨®n con una pregunta: ?qu¨¦ hemos aprendido hoy de este encuentro? Los asistentes reflexion¨¢bamos sobre lo conversado y ¨¦l, adem¨¢s, lo anotaba en una peque?a libreta. Por eso, algo que podemos hacer en la educaci¨®n de nuestros hijos es preguntar diariamente qu¨¦ han aprendido (y, de paso, qu¨¦ agradecen de lo vivido). Esto les ayudar¨¢ a entrenar la mente, a relativizar los errores y a comprender que todo puede ser una oportunidad para aprender y superarse.
En definitiva, el h¨¢bito de los 30 segundos no consiste en tomar notas y notas, sino en pensar qu¨¦ es lo nuclear de las experiencias vividas, apuntarlas y repasarlas. Es preferible hacerlo siempre en un mismo soporte, sea un cuaderno o en alguna aplicaci¨®n del m¨®vil. Lo que se prefiera. Se ha de hacer ¡°en caliente¡± y consultarlo en el tiempo. Y si se practica con regularidad, se conseguir¨¢ que nuestra mente tenga a mano las piezas de aprendizaje de experiencias pasadas para tomar mejores decisiones.
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